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Roberto González será homenajeado con un concierto en el Foro Alicia

El músico nació el 24 de septiembre de 1952, en la calle Sotero Ojeda número 18, barrio de El Tigrillo en Alvarado, Veracruz y murió el pasado 20 de mayo, a los 68 años.
jueves, 19 de agosto de 2021 · 14:01

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El próximo viernes 20 a las 19 horas en el Foro Alicia de la Colonia Roma CDMX, colegas músicos del Movimiento del Rock Rupestre despedirán a Roberto González, autor de “El huerto”, quien falleció el 20 de mayo a los 68 años de edad. 

Su hija cantora Julia González y la banda La juerga, Nina Galindo, Eblén Macari, Fausto Arrellín, Armando Rosas, Follaje, y la esposa de González, Raquel Larson Guerra, se cuentan entre los participantes de este homenaje al fundador del conjunto Un Viejo Amor en los años setentas.

Manuel Roberto González García nació el 24 de septiembre de 1952, en la calle Sotero Ojeda número 18, barrio de El Tigrillo en Alvarado, Veracruz. Sus padres fueron Manuel González Colina y Norma Elvit García Uzcanga.

En abril del 2020, previamente al concierto que ofrecieron en el ya citado Foro Alicia para juntar fondos debido al tratamiento por complicaciones del cáncer que padecía González (Avenida Cuauhtémoc 91-A, Colonia Roma), éste ofreció una entrevista a Proceso. He aquí un fragmento de la misma para nuestros lectores.

Trovador alvaradeño 

--¿Lo trovadoresco le viene de Alvarado o de sus padres?

--Un poco día de Alvarado y un poco de mi familia, pero también mucho de la Ciudad de México; digamos que mamé la tradición de la cultura jarocha y los tríos de son veracruzano, bandas salseras, música afroantillana; comí pescadito y mariscos, aprendí a hablar allá.

Acepta que lo trajeron al D.F. a los diez años de edad para cursar el quinto de primaria, dejándose atrapar por el rock y el blues urbanos.

--¿Qué deseaba estudiar?

--Nada –ríe sabroso--, mi papá me lo repetía, que estudiara, y yo le decía “pero si yo quiero cantar”, y él me respondía “pues estudia música” ...

“Pero toda mi vida he sido duro de entendederas, me ha costado trabajo entender la realidad. Vivía en la Country Club por Churubusco y en las tardecitas-nochecitas, en una de las esquinas del Parque de la Pagoda [Masayoshi Ohira] se juntaba una bandita de gente más o menos de mi edad, un poquito mayores, y dos o tres llevaban su lira, tocaban canciones. Coincidió que mi padre me regaló una guitarra y me apersoné ahí con mi guitarrita, ¿no? Empecé a imitar cómo tocaban, como changuito, ya sabes…

“Yo era sumamente retraído, hablar y platicar con ellos no se me daba; pero sí trataba de hacer lo que hacían cuando tocaban, cómo ponían la mano… Eso fue importante para mí. Aleccionador. Y sobre todo, en la calle empecé a oír blusecitos en vivo, con la chela. Fue maravilloso.”

--¿Le siguen pidiendo piezas del álbum “Sesiones con Emilia”, como “Satisfaga sus deseos”, “La soga”, “El palacio de los espejos” o “El huerto” (ésta comienza con las sonadas preguntas: “¿Y con qué fin toda esta dialéctica en la historia, para qué ir al Paraíso estando muerto, para que alcanzar la gloria estando vivo?”)?

--Sí, de alguna manera en esas canciones viejas hay algunas pinceladas que retratan no la realidad, sino la época. El momento. Hay como pequeñas postales. No sé cómo decirlo… metáforas, frases a veces afortunadas, raras. Algunas veces, ininteligibles.

Y narra que una vez alguno lo cuestionó: “¿Por qué dices allí eso de ‘se goza aguadoso un pez’?”. Tras discutir un rato, Roberto González se dio cuenta de que “ese verso cacofónico incomprensible había sido tergiversado por quien lo escuchó”, pues la lírica pertenecía a “El palacio de los espejos”, refiriéndose a la línea original: “egos aguados son pez”.

--Sin embargo, su pieza “Violación” del álbum Flor de poder [Pentagrama, 1991] es actual. Fue una de las primeras rolas en denunciar un ataque sexual de agentes judiciales a una menor en Iztapalapa, un caso real.

--En una estación de radio me pidieron que no la cantara. A’i sí tuve que dejar de cantar lo prohibido… O sea, ¡no siempre he cantado lo prohibido!

Roberto ríe, ya que justamente “El huerto” finaliza con la frase: “Seguiré siempre cantando lo prohibido y gozando de los frutos de este huerto.” Sobre “El huerto”, apunta sin ralentizar su humor:

“Es una canción que la he visto de muy distintas maneras a través de diferentes épocas, depende del berrinche que me aquejaba. Me gusta que a mucha gente le agrade y que se hayan hecho varias versiones interesantes, solidarias, esclarecedoras. Yo oigo alguna versión de ‘El huerto’ y comprendo cosas, porque cada quien interpreta de forma distinta o específica las canciones. Cuando oyes a alguien cantarla te das cuenta en qué hace hincapié, qué subraya, qué dice con una sonrisa o con un gesto. Te va enseñando y eso me gusta… La canción ya no es mía. He llegado de repente a lugares donde la oigo, la cantan y ni saben de quién es… Algunas veces le han llegado a adjudicar otros autores. Es una canción que me rebasó.”

Roberto González agradece a su esposa Raquel Larson y su hija artista Julia González (con su compañero Mauricio Fragoso), haberlo acompañado al pie del cañón en sus presentaciones, antes de la pandemia y en estos días de confinamiento. Asimismo, al Foro Alicia de Ignacio Nacho Pineda, y a otros colegas músicos rupestres por lanzar esta nueva coperacha para una tocada en abril del 2020: Nina Galindo, Eblén Macari, Tere Estrada, Carlos Arellano, “a mi doctor Jorge Anselmo Vázquez Delgado y Jaime Rivero, a quien conozco desde antes de formar Un viejo amor”. La cuenta para depósitos está a nombre de Julia González Larson, en Banorte clabe 072180010248227130.

La muerte de Roberto González ha sido la más sentida entre los amigos del rock rupestre, desde la de Rodrigo González, “El profeta del Nopal” autor de “Estación de Metro Balderas” en los sismos de 1985.

El 6 de abril Roberto González ofreció aquella entrevista a Proceso, que puede escucharse en

 

El costo para la entrada personal al Foro Alicia este viernes 20 será de 200 pesos. Cubrebocas indispensable.

 

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