Margo Glantz

“Desbiologizar la escritura”: Margo Glantz al recibir el Premio Carlos Fuentes

Con la premisa de entregarle el reconocimiento por su “imprescindible y lúcida obra”, la autora de “El Rastro” llegó a la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en donde los presentes –entre ellos la escritora Elena Poniatowska-- la recibieron con un minuto de aplausos.
viernes, 11 de noviembre de 2022 · 23:39

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La escritora Margo Glantz recibió esta mañana el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2022, un acto en donde dio cátedra sobre la escritura, y la necesidad "desbiologizar la escritura" en relación a los géneros.

Con la premisa de entregarle el reconocimiento por su “imprescindible y lúcida obra”, la autora de “El Rastro” llegó a la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en donde los presentes –entre ellos la escritora Elena Poniatowska-- la recibieron con un minuto de aplausos.

Al premio otorgado por la Secretaría de Cultura federal y la UNAM, asistieron en mesa de honor el rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue Wiechers; la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto; Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes; Liliana Weinberg en representación del jurado; y la escritora galardonada.

El jurado estuvo conformado, además de Weinberg, por María Fernanda Ampuero, David Huerta (recientemente fallecido), Pedro Ángel Palou y Diamela Eltit (ganadora del premio en 2020).

La primera en tomar la palabra fue Silvia Lemus, quien se dijo contenta por Glantz y recordó la amistad que la unió a Fuentes.

Después tocó el turno a Weinberg, quien rindió un breve homenaje a Huerta, cuya mención de nombre causó un aplauso largo del auditorio, para en un discurso recordar a la “mil y un Margo”:

¡Viajera entre mundos y saberes, y como dijo en un texto recordado por Miriam Moscona --aquí presente--, y que agradezco haya recogido ese texto, alguna vez ante una escalinata de Roma, al que llegó Margo, Monsivais dijo “¡Vean, hasta ahí llegó Margo, quitándose todos los años que nos caen a nosotros por encima y sin piedad!”, lo que desató algunas risas entre el público, y continuó:

“Curiosidad infinita, capacidad de exploración, genio e ingenio, gravedad e ironía, margo nos deslumbra y nos impulsa, con Premio Carlos Fuentes a Glantz reunimos a dos grandes ciudadanos de las letras iberoamericanas, ambos grandes representantes de creación y critica, originales, disruptores, críticos. Valientes en sus búsquedas, los premios honran tanto al que recibe como al que decide otorgárselo”.

Tras ello Graue Wiechers indicó que con la escritura Glantz “ha visitado casi todos los géneros creando ambientes, realidades y ficciones donde todos podemos encontrarnos con la sensación de que hemos visitado otros tiempos.

“Glantz no es solo autora única y versátil, su energía es de múltiples facetas, desde la docencia e investigación, a su cercanía con estudiantes y colegas. Como universitario era asiduo de ‘Punto de partida’, revista que aún se mantiene, por todo ello la felicito, querida Margo, en este premio a su familia, seres queridos, la Universidad y toda la comunidad lectora”.

Al final, Frausto hizo énfasis en la pluma de Glantz y su contribución “de manera valiente” al escenario literario, y como ejemplo de vitalidad creativa:

“Con este premio reconocemos a una figura importante y entrañable, muy mexicana, muy universal, querida Margo, a decir del jurado ha inaugurado nuevas rutas para la escritura y crítica, del quehacer literario, no podemos dejar de recordar a David Huerta, parte de esta decisión y desde aquí un homenaje y reconocimiento. Por tercera ocasión, una mujer es reconocida con el premio, esto no es casualidad, celebramos el espíritu de Luisa Valenzuela, y luego el de Diamela Eltit, ahora a Margo quien ha contribuido de manera valiente al escenario literario”.

Al finalizar, la autora de La polca de los osos (2008), tomo el micrófono para agradecer a los presentes, haciendo suyo el discurso de Nicanor Parra al recibir el primer Premio Juan Rulfo.

Más tarde dio cátedra sobre el oficio de escribir y finalizó con una crítica-comentario sobre el sentirse sorprendida de que sea necesario subrayar que es una mujer la que recibe un premio literario, lo que no sucede cuando lo gana un hombre. 

Evocó las palabras de la escritora chilena Diamela Eltit, ganadora de la edición pasada del premio, con respecto a la necesidad de democratizar el espacio literario y desbiologizar la escritura, y dijo: “Lo subrayo, lo suscribo; si no lo hacemos, caemos en el tradicional esencialismo donde siempre se ha encasillado a la mujer”.

Cabe recordar, que Glantz estudió en la Preparatoria número 1 en el antiguo Colegio de San Ildefonso, y luego Letras Inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, a donde volvió como profesora tras doctorarse en Letras Hispánicas en París, en la Sorbona.

Ha sido directora del Instituto Cultural Mexicano Israelí, del Centro de Lenguas Extranjeras de la UNAM, de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y agregada cultural de la embajada de México en Gran Bretaña.

Entre su obra destacan las novelas Las genealogías (1981), Síndrome de naufragios (1984), De la amorosa inclinación a enredarse en  cabellos (1984), El día de tu boda (1982), Apariciones (1996), Zona de derrumbe (2001), El rastro (2002), Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (2005) y Saña (2006), así como los libros de ensayos Narrativa joven de México (1969), Onda y escritura (1971), Repeticiones (1979), Intervención y pretexto (1981), La lengua en la mano (1984), La Malinche, sus padres y sus hijos (1994), Erosiones (1985), Borrones y borradores (1992), Esguince de cintura (1994), La desnudez como naufragio (2005) y La polca de los osos (2008).

Ello además de haber sido fundadora, en 1966 de la revista ‘Punto de Partida’ en la UNAM, casa en donde, por más de medio siglo, ha formado a generaciones de estudiantes en letras clásicas y modernas, mexicanas e hispanoamericanas. 

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