Cine

“Adiós idiotas”

Rodada en plena pandemia, Adiós idiotas (Adieux le cons; Francia, 2020) confirma el talento y la madurez artística de Albert Dupontel como actor, realizador y guionista. A partir de dos situaciones funestas, Dupontel desarrolla una farsa en la que se mofa de la policía y de la burocracia
sábado, 5 de marzo de 2022 · 17:26

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Premiada con siete César, entre ellos al de Mejor Película, esta comedia mal apreciada y vituperada por la crítica anglosajona espera una buena recepción en México, donde se disfruta más el humor francés. Rodada en plena pandemia, Adiós idiotas (Adieux le cons; Francia, 2020) confirma el talento y la madurez artística de Albert Dupontel como actor, realizador y guionista.

A partir de dos situaciones funestas, cada una con un personaje patético, Dupontel desarrolla una farsa en la que se mofa de la policía y de la burocracia, instituciones solemnes, nada populares en la cultura francesa. Luego de que el médico le anuncia brutalmente que padece una enfermedad mortal, Madame Trappet (Virginie Efira), peinadora, se apresura a buscar a ese hijo que tuvo cuando era adolescente y al que sus padres dieron en adopción; frente al desprecio de sus superiores, un experto en informática, Monsieur Cuchas (Dupontel) decide suicidarse; el intento de suicidio falla estrepitosamente y provoca destrozos en plena oficina donde su destino se cruza con el de Madame Trappet, enfrentada a la aplastante burocracia.

Así comienza la épica de la peculiar pareja, a la que se agrega un oficinista ciego (estupendo Nicolas Mairé), en la que juntos se enfrentan a la policía y al aparato burocrático plagado de procedimientos absurdos, programas de computadora que sirven para abrir simultáneamente cajones de archiveros pero no para localizar datos; laberintos del poder que evocan a Kafta y al Brasil de Terry Gilliam, mismo que hace un cameo en un horroroso anuncio publicitario de armas a la americana. Claro, la noción de absurdo en la tradición de los herederos de Descartes implica lógica y sistema, mismo que se articula a partir de la obsesión burocrática por compartimentar la realidad, y una maquinaria policiaca incapaz de entender matices.

Sin que choquen entre sí, Adiós idiotas combina hábilmente géneros que van desde el policiaco, acción, melodrama, comedia romántica, el Hollywood de Bonnie and Clyde, la comedia caricatural del francés Lautner, hasta el cine de Cassavettes con una heroína a lo Gina Rowlands (Gloria, 1988), rubia de tacones con revolver en mano que Virginie Efira encarna con mucho estilo, sin caer en la parodia; a diferencia del cine que hace del género meta y ejercicio de estilo, Dupontel lo pone al servicio de su historia y de su crítica; temas de actualidad como el de la rentabilidad de la imagen de joven sobre la experiencia de viejo, los hackers, o las masacres propiciadas por la venta de armas, imponen el estilo.

Puede gustar, o no, la farsa de Adiós idiotas, pero sorprende la falta de aprecio al increíble talento de Alberto Dupontel para escenificar cada escena, encuadres perfectamente controlados donde sintetiza espacio y acción, como el parabrisas que refleja el paisaje urbano entristecido, o situaciones caóticas en las que el espectador nunca pierde el eje de la acción y de paso disfruta detalles, como ocurre en la evacuación del edificio de oficinas, y los resbalones de los oficinistas apenas vistos desde lejos. 

Crítica publicada el 27 de febrero en la edición 2365 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace. 

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