Cultura

La muestra de Betsabé Romero en el Museo de la Ciudad de México

El recorrido que se propone para sumergirse en estas propuestas inicia con varias piezas, donde utiliza hormas de madera antiguas de zapatos para representar la migración; el cruce de las fronteras, especialmente en Texas, Ciudad Juárez, El Paso y San Diego.
domingo, 12 de junio de 2022 · 11:00

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-“Cuando el tiempo se rompió” se titula la muestra individual de la artista Betsabé Romero (México, 1963) en el Museo de la Ciudad.

Esta exposición ha sido exhibida en Europa, Estados Unidos y América del Sur, y se podría considerar una retrospectiva pues aborda la temática vertebral de su trabajo: Migración, Tráfico de personas, Pandemia, Iconografía indígena, son los cuatro núcleos temáticos.

El recorrido que se propone para sumergirse en estas propuestas inicia con varias piezas, donde utiliza hormas de madera antiguas de zapatos para representar la migración; el cruce de las fronteras, especialmente en Texas, Ciudad Juárez, El Paso y San Diego. Esta idea va marcando un recorrido hacia el Tráfico de personas, que lo aborda a través de las piezas de papel picado, así como los parabrisas intervenidos y los medallones de autos fracturados, para hablarnos sobre la violencia.

Acerca de esto Romero ha manifestado que “la frontera es una línea artificial, es un arma punzocortante que divide a las poblaciones de una zona, incluso a las familias”.

Para el tema de la pandemia, en varias pinturas, la mirada gira a través de los diferentes elementos visuales, como aviones, flores, virus, peces, etc. Representan el caos, que por el colorido pareciera un caos vital, pero caos. Aquí también aparece el tema de las geopolíticas y el más reciente éxodo de Ucrania (segundo más grande después de la segunda Guerra Mundial).

La iconografía indígena le permite a Romero, entre otras cosas, hablar sobre la relación de los indígenas con la naturaleza, su respeto hacia ella, sus valores, su convivencia, lo mucho que hay que aprender. La artista ha trabajado con la comunidad de Mississagua en Ontario, Canadá, y con la Universidad de York.

Con una museografía acertada y llena de color, hace de sus diferentes instalaciones, pinturas, objetos, en fin, una propuesta muy atractiva.

Su lenguaje y vocabulario propios enfrenta de manera formal una serie de asuntos urgentes y actuales que determinan nuestra contemporaneidad.

Acercarse a visitar esta exposición es una experiencia que el hermoso Palacio de los Condes de Calimaya, en Pino Suárez 30, Centro Histórico, ha desplegado de manera excelente.

ap/

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