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"Lightyear": el origen del héroe

Todo se conjuga para hacer de esta comedia de acción una producción que despliega todas las banderas que identifican a Pixar.
viernes, 17 de junio de 2022 · 19:54

MONTERREY, N. L. (apro).- Es necesario olvidar, por ahora, todo lo que se conocía del patrullero intergaláctico Buzz de la saga Toy Story.

Lightyear (Lightyear, 2022) es una aventura totalmente nueva, que está fuera del universo de los muñecos animados que han dado cuatro estupendas cintas al estudio Pixar.

La explicación es sencilla: esta nueva película es la que vio Andy en 1995 y que fue la que lo animó a tener su propio juguete del viajero espacial quien, con una personalidad completamente diferente, vivió emocionantes odiseas con el vaquero Woody y la pandilla.

Lo que en Toy Story era Buzz con la voz de Tim Allen, ahora es con la de Chris Evans, el Capitán América, héroe de acción de moda.

Todo se conjuga para hacer de esta comedia de acción, una producción que despliega todas las banderas que identifican a Pixar, con un guion genial, imágenes magníficas, que no se le parecen a las de otros modelos de películas anteriores y una sostenida profundidad temática, marca de la casa.

Buzz es un legendario patrullero intergaláctico que se encuentra en una misión rutinaria a años luz de la Tierra. Un acontecimiento cataclísmico inesperado hace que la misión se quede atorada en medio de la nada, en un planeta hostil, pero acompañado de un montón de científicos voluntariosos y de buen corazón, que se establecen como colonia.

El gran astronauta ha fracasado, pero sus compañeros lo arropan con comprensión.

Sintiéndose culpable e indispuesto a aceptar la derrota emprende su propia búsqueda, obstinado en ser el héroe, lo que lo lleva a sufrir terribles consecuencias relacionadas con complejos elementos ligados a la relatividad, los saltos cuánticos en la cronología y el desfase de los años cuando se emprenden travesías a la velocidad de la luz. Las alteraciones en la vida del navegante podrían ser mejor explicados desde la óptica de la maravillosa Interestelar (Interestellar, 2014), de Christopher Nolan, que abordó con crudeza la amarga experiencia del desafío a las inexplicables leyes del tiempo y el espacio.

El hilo conductor a través del tiempo es Alisha, una compañera a la que el piloto respeta como compañera de trabajo y de quien se va distanciando en cada vuelo experimental, hasta ver cómo se embarazada y vive feliz con su pareja, una mujer con la que se da un breve beso en los labios, lo que ha generado un mayúsculo e injustificado escándalo.

Obstinado en su propósito de encontrar los elementos que consigan sacarlos del problema y hacer que todos vuelvan a la normalidad, hace equipo con un grupo de improbables novatos con los que tiene qué entenderse, pese a su marcada inexperiencia y su disposición enfermiza a equivocarse en los momentos menos oportunos. Junto a todos ellos está el gato cibernético Sox, que se roba todas las escenas, como el soporte emocional del patrullero, y auxilio reflexivo para resolver problemas.

El contrincante es el temible Zurg y su ejército de androides, que quieren impedir que falle la misión del joven jinete intergaláctico.

El muchacho aprende por la vía difícil el peso de la responsabilidad, y las consecuencias que debe afrontar cuando asume compromisos cuyo cumplimiento van a afectar a otras personas. Ser héroe es un trabajo pesado.

Queda como saldo de este agotador viaje interplanetario, el inicio de una franquicia nueva y fresca, que se aparta por completo a lo que se conocía de su origen, con una anécdota que fue creada a partir de juguetes que acompañaban a un niño, en un vecindario cualquiera. Este Lightyear, que se toma todo en serio, veterano de épicas batallas, no se parece al ingenuo y formal Buzz, que se sentía un astronauta real en la sala de juegos de Andy.

Lightyear contiene emociones, acción, humor y un maravilloso espectáculo visual proporcionado por las manos mágicas de los hechiceros de Pixar.

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