Lourdes Gobret

Grobet, símbolo de la fotografía libre y vanguardista; su partida una celebración a la vida

La partida de Lourdes Gobret a los 81 años deja un vacío en la fotografía y gremio cultural, pero también una labor pendiente para que su obra continúe difundiéndose y llegue a nuevas generaciones.
domingo, 17 de julio de 2022 · 22:09

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Las fotógrafas Maya Goded, Lizeth Arauz, Patricia Aridjis y Pía Elizondo coinciden: la partida de Lourdes Gobret a los 81 años deja un vacío en la fotografía y gremio cultural, pero también una labor pendiente para que su obra continúe difundiéndose y llegue a nuevas generaciones.

Dueña de una visión única, a través de su lente Grobet cultivó una trayectoria en donde la cultura y la parte social de México anduvieron de la mano, en lo personal su carisma, humildad y generosidad se reflejó hasta en su partida este sábado 16 en el Salón Los Ángeles, en donde amigos, colegas, familiares, discípulos y seguidores la despidieron entre música y comida en una celebración a su vida.

Previo a su despedida la Agencia Proceso habló con la fotógrafa Maya Goded, quien vía telefónica recordó que su trabajó la impresionó desde que estaba en sus años preparatorianos, y más tarde cuando conoció la serie de fotos sobre teatro campesino, recordó:

Ver su trabajo me impactó mucho, es un referente de su personalidad y trabajo, una mujer libre, aventurera, experimental y vanguardista para su época. Recuerdo su exposición-documental sobre las implicaciones sociales de la frontera, del teatro campesino, la lucha libre, verla con esa vitalidad que irradiaba era increíble.

“Tuve la oportunidad de compartir con ella en Francia hace unos años, previo a la pandemia, con motivo de la exposición ‘Bering. Equilibro y resistencia’ (cuyo trabajo tuvo previamente documental que obtuvo el Premio Ariel al Mejor Largometraje Documental), junto a Pía Elizondo convivimos mucho en ese momento, me acuerdo de una noche en París en donde Lourdes se despidió para descansar, pero al comentarle que íbamos a conocer una zona de la ciudad, no dudó en acompañarnos, su curiosidad también fue una constante, lo experimental y los viajes”.

Y remató:

“Lamentó, mucho, mucho su partida”.

Al respecto la artista de la lente Pía Elizondo, desde Francia, recordó a Grobet como una transgresora:

“Es una gran perdida para el mundo fotográfico y para la cultura mexicana en general. Lourdes era una persona increíblemente vital, llena de curiosidad y totalmente comprometida fotográfica y políticamente. Siempre fue transgresora y así abrió caminos en la fotografía mexicana muy importantes para las generaciones que siguieron.

Su gran irreverencia fue una gran enseñanza para todos aquellos que tuvimos la suerte de estar cerca  de ella en algún momento. Creo que fue una gran maestra de vida y su partida deja un enorme vacío”.

Por su parte, Lizeth Arauz añadió que su generosidad se extendía a todos los campos de su vida, en especial con los jóvenes:

“Cuando la conocí presencialmente fue en una expo de jóvenes creadores donde yo presente la muestra ‘Mirada hacia arriba’ sobre personas pequeñas, y se acercó a mí para comentarme de manera muy positiva lo que sintió de mi trabajo, celebró y reconoció una ’mirada amorosa’ y me dio que mi gran obra está por venir, fueron tan bellas esas palabras, su humildad me impactó mucho.

“Después de eso poco a poco nos hablamos con más frecuencia hasta que tuvimos una relación cercana, Lourdes tenía esa rebeldía, locura creativa, tenacidad, le decía ‘eres incansable Lourdes’, porque  no había proyecto que dejara a la mitad, su creatividad era constante, pensaba, resolvía y llevaba a cabo”.

La fotógrafa comentó que un par de días antes de su deceso pudo despedirse de Grobet:

“Sus comentarios hacia mí siempre fueron generosos porque me decía que se sentía identificada, como al compartir maternidades y procesos creativos, pese a ser una mujer tan exitosa nunca fue egocéntrica y envanecida. Dos días antes de su deceso su hija me llamó y me pidió que la visitará a petición de la maestra, por supuesto que fui, la vi y la abracé mucho.

Su capacidad de ser feliz es el mayor legado, siempre dispuesta a trabajar, disfrutando el proceso,  la posibilidad de compartir es un legado espectacular”.

Finalmente, Patricia Aridjis refirió que la recuerda como una mujer fuerte y aguerrida, y que la difusión de su trabajo es primordial para que actuales y próximas generaciones aprendan a partir de su obra y actitud:

“A Lourdes la conocí en los años noventas, una fotógrafa y mujer generosa, empática, la conocí dentro de un marco de exposición sobre fotoperiodismo y se acercó a comentarme algunos aspectos positivos de mi obra, empezamos a coincidir en exposiciones y poco a poco surgió la amistad, puedo decir que tuve una amistad solida y fraterna con ella, la tengo en mi corazón siempre por su actitud jovial en todos sentidos, su mirada fuerte, aguerrida, innovadora”.

Y concluyó:

“En los últimos años se fue a cruzar el estrecho de Bering, y fue una pionera del performance en México, creo que hay mucho que aprenderle, no solo en lo fotográfico sino de la vida, una mujer imparable, fresca y generosa.         

“Me alegra haberla encontrado en mi camino y siempre, siempre tendrá un lugar en mis afectos”.

         

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