Peter Brook

Peter Brook, "la modernidad del teatro": Luis de Tavira

El exdirector de múltiples instituciones teatrales en el INBA, la UNAM y la Compañía Nacional de Teatro, contó que cuando Peter Borook vino al Galeón a montar “Ubu tey”, alguien “con ingenuidad” le preguntó por qué había entrado al teatro.
domingo, 3 de julio de 2022 · 22:16

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-Al reflexionar sobre el director escénico inglés Peter Brook --fallecido a los 97 años--, y luego de evocar su puesta en los años ochenta en El Galeón de “Ubu rey” de Alfred Jarry, el director Luis de Tavira respondió “no lo que Brook es para mí sino para el teatro”:

“Es la modernidad, la del teatro que sobrevive a la sentencia de muerte dictada en la inmediata postguerra”.

En ese momento Brook habla, según de De Tavira, que el teatro está atrapado en una perpetua agonía --ni muerto ni vital, y se propone, “en un desafío, en un salto de audacia”, recuperar la vitalidad del hecho teatral que se debate entre la vida y la muerte, “y triunfa, y triunfa el teatro”.

Consigue así, para el también dramaturgo y poeta mexicano, apropiarse de la tradición e incorporarla a la vanguardia, y logra hacer, más que una síntesis, una suma junto a los vanguardistas que permitió a la larga “la sobrevivencia del teatro, su autonomía como arte, liberándolo como mero sirviente de la literatura para recuperar su poderosa esa autonomía original”.       

Al mismo tiempo, asimila la teatralidad brechtiana (“lo cual se ha visto poco por oponérsele a Brecht políticamente”), en ese diálogo tradición-vanguardia.

Asimismo, De Tavira señaló que Brook “propuso la fórmula feliz de la democratización del teatro”:

“Ahí él se plantea: ‘dame un espacio vacío, alguien lo cruza y otro lo contempla”. Eso es todo lo que hace falta para volver a hacer teatro. Es decir, cualquiera puede hacer teatro, y más, en la idea de Brook, cualquiera tiene que hacer teatro”.

Claro que el problema de ese espacio liberador deja el aspecto estético, expuso De Tavira, “pues hay que cruzar el espacio, ¿pero para qué? Ahí está lo brchectiano: el teatro debe hablar de lo que le sucede al espectador esta noche”.

Por ello lo llama “creador inmenso”:

“Una luz que ilumina las rutas de la incertidumbre, las rutas de las crisis en las que siempre vive el teatro, porque el teatro es actual, y la sociedad es el cambio. Y aquí se da una paradoja: si bien la sociedad cambia más rápido que el teatro, la historia avanza más lento que el despertar de la conciencia, que es de lo que se trata el teatro”.

Y esta teatralidad abierta que propone Brook no quiere disimular que el espectador está en el teatro:

“Stanislavski trataba de hacer que el espectador se olvidara de él, y Brecht no. Brook es capaz de emparentar el brechtianismo con las profundas propuestas de Grotoswski, por eso digo que Book es suma, y en lo que hoy llamamos una deconstrucción para llegar  a la esencia de lo teatral y conseguir la autonomía. Por eso Barba dice que el de Grotowski es un teatro pobre, Brecht es la fiesta de las artes, y con Brook convergen”.

El exdirector de múltiples instituciones teatrales en el INBA, la UNAM y la Compañía Nacional de Teatro, contó que cuando Peter Borook vino al Galeón a montar “Ubu tey”, alguien “con ingenuidad” le preguntó por qué había entrado al teatro, y dio una respuesta maravillosa: ‘Cuando yo era muy joven el teatro significaba viajar’. Y sí, eso fue Brook, un hombre que se pone en el camino, una puerta abierta, como él decía, y se lanza a conocer”.

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