CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Óscar Liera escribió en los ochenta Las juramentaciones, obra sobre una familia en la que las mujeres hablan a partir de la muerte de la madre. Eurídice Coronado Lucio y Caín Coronado Martínez, del colectivo El Rinoceronte enamorado de San Luis Potosí, retoman este texto para seguir abordando los mecanismos interfamiliares construidos a partir de las alianzas, las traiciones, los secretos y el sistema de opresión en el que viven y reproducen estas mujeres.

La autora y el autor –también director de la propuesta– entretejen el drama familiar con una historia contemporánea y el simbolismo de la ballena, el mar y la caza de estos majestuosos mamíferos.

Las juradas actualiza la problemática de las mujeres viviendo en una comunidad pueblerina, cerrada y tradicional, con la realidad de lucha de una joven que busca justicia para su amiga asesinada.

En Las juramentaciones, las hermanas, la sobrina y la cuñada se reúnen para hacer un juramento sobre la unión familiar, y descubren que han vivido siempre con mentiras. Al no ser capaces de enfrentar la realidad, juran seguir viviendo en el engaño a pesar de que parecía vislumbrarse en la joven generación una esperanza de cambio. Después de un periplo de intrigas, se cierra un ciclo desolador para mujeres sumidas en un ambiente opresivo y sufriente.

En Las juradas, la joven se desdobla en dos tiempos. Transita en el pasado y en un presente como alternativa de vida. Ella se ha citado en la biblioteca José Vasconcelos de la Ciudad de México para exigir la investigación, rendición de cuentas y proceder con justicia en el caso de su amiga desaparecida. En la biblioteca se encuentra el esqueleto de una ballena que pende al centro del recinto, y provoca (tanto en el personaje como en la creación del espectáculo) un simbolismo que se va desarrollando a lo largo de la propuesta.

El acertado juego de tiempos y realidades, de metáforas y analogías que plantean Eurídice Coronado Lucio y Caín Coronado, se complementa con el atractivo dispositivo escénico diseñado por Caín Coronado y la multimedia de Héctor Cruz. Es un lenguaje polifónico con diversos niveles de interpretación que vuelve compleja la propuesta visual.

Más de 10 aparatos de televisión colocados en proscenio y colgados alrededor se acompañan de la pantalla del fondo que proyecta imágenes de ballenas y textos sobre ellas. Hay imágenes detenidas y en movimiento, relativas al tema o presentadas aleatoriamente, que también se convierten en una fuente de luz.

Las mesas del escenario son el campo de acción de las actrices, quienes interpretan con verosimilitud a su personaje: Yolanda Legazpi, Angustias Lucio (en alternancia con Irma Alvarado), Martha Aguilar, Isabel Dávila y Eloísa Zapata habitan el escenario de manera contundente. Sostienen cada una de las escenas y nos involucran en los problemas individuales y familiares que están viviendo. Cada una pareciera identificarse con su mesa. Cinco peculiares mesas que se acomodan de diferentes formas según las necesidades de la historia.

Las juradas es una obra de gran fuerza expresiva que se estrenó el año pasado y forma parte del repertorio de El Rinoceronte enamorado. Tuvo una temporada este año y se presentó como parte de las actividades del homenaje a Fernando Betancourt. Las funciones se realizan en la sede del Colectivo, un nuevo teatro construido y equipado por ellos con apoyo gubernamental y de otros aliados, ubicado en el centro de la ciudad de San Luis Potosí.