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Exposición en Oaxaca de la obra de Leopoldo Méndez; un deseo cumplido de Francisco Toledo

La muestra rinde homenaje al grabador en los 120 años de su natalicio. Incorpora piezas de José Guadalupe Posada y de artistas del Taller de Gráfica Popular. Estuvo “comprometido con la justicia… con la idea de que los creadores hacen su arte para servir al pueblo”, dice la curadora Deborah Caplow.
martes, 20 de septiembre de 2022 · 21:17

OAXACA, Oax. (apro).- Un deseo del maestro Francisco Toledo cobró forma con la muestra “Leopoldo Méndez ¡Presente!”, a 120 años del natalicio del artista y activista político (Ciudad de México, 1902-1969), quien sigue presente en el arte mexicano.

La muestra fue inaugurada el pasado fin de semana en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), espacios culturales creados por Toledo.

La investigadora Deborah Caplow, curadora de la muestra, dice que “era un deseo del maestro Toledo” que se expusieran las obras de Méndez que se encuentran en la Colección Toledo-INBA, junto con las de sus compañeros del Taller de Gráfica Popular y del artista José Guadalupe Posada. Señala que al mismo tiempo ella quería “hacer una exposición que pusiera la obra de Méndez en su contexto y la continuación de su presencia en el arte de México de hoy”.

La curadora, quien realizó su tesis de doctorado en historia del arte sobre la obra de Leopoldo Méndez, comenta que éste fue un grabador muy importante, adulado por sus contemporáneos, pero “no tan conocido”.

“En mi opinión fue uno de los grandes maestros del arte gráfico en el mundo. Su obra es muy amplia y trata de muchos temas. Tiene una influencia muy grande en el arte de México de hoy”, afirma.

Dice que la muestra también expone la obra de Posada, “a quien Méndez admiraba muchísimo; fue uno de los primeros artistas que mostró una influencia grande de Posada”.

Caplow considera conveniente relacionar la obra de Méndez con la situación actual porque “los problemas del mundo siguen siendo muy parecidos, y es importante reconocer la lucha contra la injusticia, la guerra, valorizar la vida y la cultura de México que está en la mente de los grupos que se formaron en esas épocas”.

“Para mí –expone--, Leopoldo Méndez era un hombre y artista muy dedicado a la justicia, a la vida, a la cultura; muy honesto y apegado a los valores de una generación de creadores que se formaron después de la Revolución mexicana con la idea que los artistas pueden ser los representantes del pueblo, que están haciendo su arte en servicio del pueblo”.

“Leopoldo es único en este sentido: no buscaba fama ni dinero; al igual que Posada, era un poco anónimo, trabajaba colectivamente y siempre estaba luchando contra la guerra, la corrupción, las cosas malas, y en favor de las personas que sufren o que están oprimidas y para un mundo mejor”, menciona la también autora del libro, Leopoldo Méndez: Revolutionary Art and the Mexican Print.

La exposición en el IAGO comienza con una selección de obras de José Guadalupe Posada. Hay obra temprana de Méndez y sus compañeros y en el CaSa se presenta la obra de la etapa de los años cuarenta, cincuenta y sesenta de Méndez y sus contemporáneos, así como una selección de piezas de artistas del presente marcadas por la influencia de Méndez.

Y “En el CaSa la exposición se enfoca en secciones: hay un núcleo de la Segunda Guerra Mundial, otro trata de historia y política de México, otra sala sobre la vida cotidiana y la cultura mexicana y una más donde se puede ver unas piezas que hizo Méndez para una serie de películas de la época de Oro del cine mexicano: realizó varios grabados para su amigo el cineasta Gabriel Figueroa. Luego vamos a presentar una pared de arte contemporáneo, con artistas de Oaxaca y la Ciudad de México”, explica.

En esta exposición, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) rememoran a Leopoldo Méndez (1902-1969), activista político, grabador, profesor, diseñador de libros de arte.

La directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, señaló que esta exposición reafirma la vocación de las instituciones que creó Toledo. Esta muestra, dijo, es parte del compromiso que el maestro asumió de volver la voz, la mirada, la visibilidad y sobre todo subrayar la contemporaneidad de aquellos artistas que construyeron el trabajo de una manera colectiva y ligada a la historia del movimiento social de nuestro país.

Comentó que con Pablo Méndez, hijo del artista, “caminamos mucho tiempo alrededor de la recuperación del ingenio, de la imagen, de todo lo que implica ese México profundo que nace en los pueblos, y particularmente en Oaxaca”.

Y afirmó: Si alguien se caracterizó por esto fue precisamente Leopoldo Méndez, quien prácticamente tiene su nombre impreso en la historia de las luchas de México y también en la creación de muchas instituciones que en su momento fueron la voz de los artistas comprometidos con su tiempo político: la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), también protagonista del Taller de Gráfica Popular y yo creo que de muchas otras instancias en defensa de la paz.

Calificó de importante esta colaboración entre IAGO, el CaSa y El Estanquillo, porque este recinto viene representando ese lugar donde Carlos Monsiváis realizó una siembra histórica, de amistad y alianza con Francisco Toledo; pero sobre todo, añadió, establece ese vínculo entre el México que habla desde las ciudades, desde el arte, desde lo periférico, pero que en realidad es central.

Como parte de las celebraciones por el 120 aniversario del natalicio de Leopoldo Méndez, la titular del Inbal hizo el compromiso de traducir al español el libro Leopoldo Méndez: Revolutionary Art and the Mexican Print, de Deborah Caplow, con el propósito de darle mayor difusión.

Por su parte, el director de El Estanquillo, Enoc de Santiago, afirmó que Oaxaca es cuna de grandes grabadores, de talleres, de colectivos, de este arte que es para el pueblo y que se difunde de manera tan importante.

Asimismo, señaló que no podemos pensar en la gráfica mexicana sin pensar en Leopoldo Méndez, heredero de la tradición que inicia José Guadalupe Posada.

Tras relatar la intervención de Monsiváis y Toledo para recopilar la obra de este grabador, Pablo, hijo de Leopoldo Méndez, agradeció a la directora del Inbal y quienes han participado en el esfuerzo para que estos tesoros sigan siendo públicos. De 83 años, expresó el amor que su padre imprimió en sus obras: “Era un compromiso garantizar que su legado se mantenga como un bien de la nación, porque mantenerlo es para millonarios”.

Inspirado en José Guadalupe Posada, Leopoldo Méndez fue uno de los primeros grabadores del periodo postrevolucionario en adoptar el uso de calaveras. En 1920, tras graduarse de la Academia de San Carlos, se unió al Movimiento Estridentista, un grupo de escritores y artistas de vanguardia. Años más tarde, Méndez y sus compañeros fundaron la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y el Taller de Gráfica Popular (TGP) en 1933 y 1937, respectivamente.

El autor de El sembrador (1929), José Guadalupe Posada (1950), Cuauhtémoc (1950) y Paisaje (1982), entre otros grabados, fundó en 1959 el Fondo Editorial de la Plástica Mexicana, la primera editorial de libros de arte en México.

Entre sus influencias figuraban artistas como Francisco Goya, Otto Dix y Käthe Kollwitz, así como artistas mexicanos, entre ellos José Guadalupe Posada, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

 

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