Babasónicos

Babasónicos hace regreso glorioso al Palacio de los Deportes

El espectáculo destacó por su magna producción. Las luminarias generaron ambientaciones cósmicas, aderezadas por una serie de plasmas en forma de torrecillas cobijando a la banda, donde brillaban visuales de estilo futurista y de arte digital.
domingo, 12 de febrero de 2023 · 19:44

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–Una poderosa descarga de rock retumbó en el Palacio de los Deportes con la banda argentina Babasónicos la noche de este sábado, velada especial donde presentaron su reciente discografía, “Trinchera”, y un recorrido por sus éxitos. 

El espectáculo destacó por su magna producción. Las luminarias generaron ambientaciones cósmicas, aderezadas por una serie de plasmas en forma de torrecillas cobijando a la banda, donde brillaban visuales de estilo futurista y de arte digital. Incesantes llamaradas fulguraban como géiseres para una delirante celebración de conexión entre ejecutantes y audiencia.

“Trinchera”, el idilio de las utopías

Previo al show, el guitarrero Mariano Gabriel Domínguez, hijo del comediante Rolo Puente, comentó en entrevista para Proceso sobre “Trinchera” (lanzado en abril de 2022). Lo definió como un material conceptual que sueña el idilio de las utopías contra la sociedad de consumo: 

“Está bueno pelear por las utopías en esta época en donde hay una búsqueda de acorralar a la gente en un sistema de consumo y satisfacción vacía, que tiene que ver con un montón de situaciones, como las redes sociales o el bombardeo de compras online. Está bueno despertar algún tipo consciencia para que la gente se rebele un poco”.

En cuanto a las redes sociales, reconoció los espacios de crítica “hay un nuevo lenguaje mucho más dinámico y mucho más inmediato. Existen cosas positivas, se amplifica muy rápido cualquier protesta o movimiento, la voz de las minorías. Vivimos en un mundo de muchas más libertades, la gente tiene su voz”. 

  Respecto al rock señaló que históricamente “también ha aportado ese grano de arena y el mundo es un poco más tolerante, porque el rock siempre ha sido un espacio de libertad”. 

En relación a las agrupaciones rockeras actuales, añadió:

“Hoy en día el espacio de protesta va por otro lado, existen medios más rápidos, la música se tiene que ocupar más de comentar sobre la época en la que vive, de la búsqueda de la belleza, de dar un mensaje estético. Cualquier letra de ‘Trinchera’, por más que parezca que está hablando de una cosa también está hablando de política, de la gente y las costumbres, no hay que ser literal, ni directo, ni panfletario”.

Apuntó que los Babasónicos se sienten contentos por los conciertos después del confinamiento, toda vez que “la pandemia marcó un antes y un después. La gente valora mucho más este tipo de espectáculos en vivo, de juntarse con gente, de ver una banda en la comunión que genera este tipo de cosas. Hay una euforia especial que tienen que ver con la común de compartir todos juntos”.

Magna producción y algarabía

 La energía de 16 mil 500 almas reunidas abarrotando el recinto del Palacio de los Rebotes estalló a los primeros pasos del vocalista Adrián “Dárgelos” Rodríguez, acompañándose de sus camaradas guitarreros Mariano Domínguez y Diego Rodríguez, el tecladista Diego Tuñón y el bataco Diego “Panza” Castellano.

“Bye Bye” y “Los calientes” emprendieron el vuelo del intenso show con un público enloquecido de principio a fin y coreando a todo pulmón cada rola. 

Una rampa al centro del tablado permitía descender a “Dárgelos” para acercarse a su gente. La fanaticada de afortunados al frente aullaba frenéticamente cuando la estrella de rock aparecía a su cercanía.  

Palabras de agradecimiento dirigió el vocalista nacido el 3 de enero de 1969, en Lanús, Argentina, dando despegue furioso a un concierto que avanzó veloz y sin pausas. El repertorio consideró “Putita”, “Flora y fauno”, “Ingrediente”, “Mimos son mimos” y “Paradoja”. También se escuchó “La lanza”, “Mentira nórdica” y “La pregunta”. El líder Adrián bailoteaba en escena en diversas oportunidades y como respuesta, los respetables gritaban al extremo desgañite.  

La presentación fue un viaje sensorial de intenso rock edificado por la genialidad de cada uno de sus integrantes. Avanzó la noche en “Deléctrico”, “Capital afectivo”, “Pendejo” y “Cretino”, sin faltar “Así se habla”, “Viento y marea” “Desfachatados” e “Irresponsables”.

Los inagotables cánticos y brincos junto a las butacas delinearon un recital de pasiones a los bordes de una catártica locura a los ritmos de “Sin mi diablo”, “Trinchera”, “Anubis”, “Como eran las cosas” y “Carismático”. El ocaso galopó en “Yegua” y “La izquierda de la noche”, para desaparecer los músicos unos instantes y retornar casi instantáneamente. Obsequiaron en adiós “Vacío”, “Risa” y “El colmo”. En gratitud todos los Babasónicos avanzaron a los filos del escenario para huir velozmente entre los aplausos y el rugir ensordecedor de satisfacción.

Con una trayectoria desde 1991, el guitarrero argentino Mariano Domínguez concluyó que su agrupación continuará en tanto la creatividad se refleje en sus discos y en el escenario:

“Vamos –dijo a este reportero-- del día a día desde hace 30 años, nunca pensamos que íbamos a durar ese tiempo, nunca nos lo planteamos. Fuimos construyendo, se nos fue debelando el destino como se fue dando. Lo que sí sé es que vamos a seguir mientas la música nos haga sentir lo que nos hace sentir ahora, tenemos ganas de hacer un show porque tenemos temas nuevos para tocar. Cuando ya no exista ese hormigueo no creo que lo hagamos más, salir tocar por tocar y repetirse, es mejor retirarse victorioso que ser una caricatura de uno mismo”.

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