contracultura

"El Muertho de Tijuana", ícono de la contracultura fronteriza

Desde la parte musical, no se define en ninguna corriente, aunque entre la raza se le ha calificado como un electro dark rupestre. Asegura que él sólo sigue su instinto y que el hecho de usar maquillaje lo liberó de muchos traumas que tuvo desde pequeño.
domingo, 19 de marzo de 2023 · 21:28

TIJUANA, B.C. (proceso.com.mx).-Con un maquillaje estilo dark bastante rupestre, acompañado con un teclado barato, una voz potente y letras transgresoras de los valores más dominantes de la sociedad conservadora, Jesús Hernández Ramos, alias “El Muertho de Tijuana”, es un ícono contracultural fronterizo.

Hablamos de un “ruco” bastante locochón, en el sentido de su deliberada libertad que transmite en cada una de sus palabras y hechos. Oriundo de Ciudad Delicias, Chihuahua, donde nació en 1966, “El Muertho” se asentó en Tijuana, Baja California, hace más de 30 años. Entrevistado en un bar de la emblemática Avenida Revolución de dicha urbe, declara:

“Mi espíritu disfruta más compartir un mensaje de libertad para mis hermanos, un mensaje de evolución, si bien mi perfil carnal disfruta la vanidad, aunque trato todos los días que reine primero mi ser espiritual para darle visión al ciego --aunque yo también sea ciego--, lo importante es que no nos gane ese ego”.

Anteriormente dio su rol por todo el norte del país, pasando a ser parte de las fuerzas básicas del club Tigres de futbol en la ciudad de Monterrey y tragafuegos en Ciudad Juárez, donde llegó a vivir, incluso, en situación de calle, como comenta “El Muertho de Tijuana”:

“Allá en ‘Juaritos’ recibí la propina más grande de mi vida, 100 dólares, cuando andaba de tragafuegos”.

Una vez asentado en Tijuana, se enroló con grupos religiosos de cristianos evangélicos, convirtiéndose en “un fanático de la religión”. Ejerció oficio de carrocero, el cual en el año 2012 decidió dejar para salir a la calle y establecerse, por gusto y necesidad en el tianguis sobre ruedas del norte de esa ciudad fronteriza, para aventarse sus rolas. Ha tenido ya apariciones en medios masivos impresos y en la televisión; sin embargo, él lo toma con calma y con una filosofía de mucha serenidad y humildad, dice:

“Mi relativa fama llenó mi humilde ego de provinciano, aunque de perico a perro nunca he salido; pero le agradezco a Dios y al diablo por eso”.

Ha tocado por varios años en varias ciudades del país e incluso más allá: en 2017 realizó tocadas por Colombia y en 2019 una breve gira por Suiza y España. En cuanto a lo sexual se ufana de poseer una vasta historia, ya que desde los ocho años de edad se inició, según recalca definiéndose como multisexual. Durante la charla, llegó a rayarles la madre en varias ocasiones a unos policías, sabiéndose libre y a la vez protegido por “su gente”, fanáticos que pasaban y le pedían una foto del recuerdo.

Desde la parte musical, no se define en ninguna corriente, aunque entre la raza se le ha calificado como un electro dark rupestre. Asegura que él sólo sigue su instinto y que el hecho de usar maquillaje lo liberó de muchos traumas que tuvo desde pequeño:

“Es mi escaparate para definirme en todos los sentidos, desde lo religioso hasta lo sexual, o de lo social a lo humano, Mis influencias son variadas, partiendo de la música más popular del país hasta los grandes rocanroleros gringos, principalmente el grupo Kiss.

“Soy fan del Rockdrigo, aunque a los rupestres los conozco recientemente gracias a que los propios fans que me los han acercado, y ahora soy un fan rupestre también.

“Yo tengo ese salvajismo del norte, esa franqueza; pero también tengo ya la crema de mis hermanos chilangos y de Guadalajara… soy un ser del mundo, gracias a Dios y al diablo”.

“El Muertho de Tijuana” no teme a la muerte, pese a presentirla “cercana”. Y aun así, está con todo el ánimo de seguir en el rol contracultural:

“Todavía tengo ilusiones de hacer cosas nuevas, trato de heredar valentía para dejar el sistema y toda la represión de lo sexual. Sigo evolucionando y complementando, yo espero en Dios y Satán seguir avanzando para bien. Seguiré con más ensayos y con más agudeza de mente y autocrítica.”

Recientemente, en octubre pasado, “El Muertho de Tijuana” cumplió 10 años de trayectoria, de estar llevando sus “mensajes antimátrix” a través de sus canciones, así como su afición al dibujo transgresor y la realización de cómics de temas pansexuales y anitsistémicos, con un toque de humor que lo mantiene vigoroso y animado. Ha producido dos discos, “Santo” y “Kálmathe Satanás”, además de varias colaboraciones con otros artistas underground. 

Su música está disponible en Spotify, y deja una “cordial invitación pues de ahí come el perro cuando estoy de vacaciones, si yo trabajara en otra cosa perdería lo artista”.

“El Muertho de Tijuana” insiste en poner a disposición su número de WhatsApp (664-7888-098) y convoca a la raza para visitar su página oficial de Facebook. Así se despide:

 “Como artista pretendo romper con la cultura dominante, es decir, justo mi propuesta contracultural son mis rolas, mi mensaje, las cuales incluyen temas que van desde lo religioso a lo hipersexual sin represión, siempre con un ánimo de consciencia y libertad, en contra de tantos tabúes que se mantienen encapsulados en la cultura dominante, o sea, en la sociedad”.

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