Un testimonio más contra Ornelas

miércoles, 12 de noviembre de 2003 · 01:00
* “¿Cuántas chicas más van a seguir en peligro?", alerta la víctima México, 11 de noviembre (apro) - El jefe de los Servicios Médicos del Comité Olímpico Mexicano (COM), Rafael Ornelas Centeno, acusado por dos de sus empleadas de hostigamiento sexual, acumula nuevos testimonios en su contra por personal que alguna vez pasó, fugazmente, por su clínica Cuando el médico Rafael Ornelas le pone el ojo a una de sus subordinadas, no descansa hasta lograr el cometido, o de plano obligarlas a la renuncia En todo caso, aplica el mismo método, el mismo sistema, para persuadirlas como una antítesis de Don Juan: que se cayó en una coladera mientras corría y que se lesionó los testículos, "que le diera un masaje, que se sentía mal, que llevara falda, que me sentara y que subiera los pies a cierto cajón para que quedara más en alto, y el señor pudiera masturbarse o se quería masturbar" Gabriela Pérez Martínez, exrecepcionista de los Servicios Médicos del Comité Olímpico Mexicano, se suma a las voces de Ivonne Alvarado Chávez y Judith Valle Castillo, quienes el pasado 25 de octubre denunciaron al referido médico ante la agencia 46 de Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, con la averiguación previa FDS/46/T1/454/03-10 Han transcurrido tres años desde que Gabriela decidió marcharse para no volver más a los Servicios Médicos del COM, y su caso --asegura-- lo revive al enterarse de la denuncia que pesa sobre el médico "¿Por qué mi largo silencio?, porque tenía miedo, esa es la verdad Llegué a pensar que fue mi exclusivo caso o que yo había tenido la culpa Además, era mi primer empleo, pero ahora que veo, resuelvo que este señor se está aprovechando de su cargo como director de ese servicio "Llegué a la conclusión que fue mi caso en particular, mas nunca imaginé que el señor lo hiciera, no sé desde cuándo, y seguramente lo seguirá haciendo Después de renunciarle cambié de lugar de residencia, me fui a vivir a Estados Unidos y hace medio año que regresé; entonces leo esto y no lo puedo creer Se me hace horrible cuando pienso en ello por haberme callado Pero ahora estoy decidida a apoyar a esta chica (en el caso concreto de Ivonne Alvarado) para que no sea sólo la palabra de ella contra este doctor, sino que sea a lo mejor nuestras palabras contra este doctor: para que se enteren que no se trata de un caso aislado y que durante este tiempo pudo haber lastimado a muchas chicas más" Los datos son por demás elocuentes: en los últimos cuatro años desfilaron por los Servicios Médicos cerca de 15 jóvenes secretarias --en su mayoría madres solteras--, de acuerdo con documentos en poder de Apro En todo caso, se trata de chicas que se marchan para no volver después de un breve periodo de labor, justo cuando el médico se les abre de capa y espada El aguante de Gabriela Pérez duró escasamente dos meses "Entré a trabajar a esa clínica el 15 de enero de 2000, y salí en el mes de marzo de ese año A la segunda semana el doctor empezó que se había caído, que un masaje en los hombros, y conforme avanzaba el tiempo fue aumentando sus peticiones, hasta el día que el señor se bajó el zíper Entonces dije: "basta No necesito estar aguantando a este señor "Sentí repugnancia y miedo Un día antes que le renunciara, salí aterrorizada de ahí porque estaba sola en esa clínica para deportistas de alto rendimiento y decía: ‘si permanezco un día más no sé qué me va a hacer este señor’ Realmente estaba aterrada Me asustó tanto que esa fue mi reacción El día que llegué con la renuncia, le dije: ‘fírmeme porque me voy, y más vale que lo haga porque le está saliendo bien barato Me voy y no volverá a saber de mí’ Me respondió: ‘si no quiere hacerme ningún daño no se vaya, espéreme 15 días en lo que consigo a alguien más, si usted de verdad habla que no me hará ningún daño’ Pero esta fue mi reacción: ‘no le vengo a preguntar si me va a dejar ir Le estoy diciendo que me voy a ir hoy’" Refiere que Ornelas Centeno, con 22 años de servicio en el Comité Olímpico Mexicano, firmó la renuncia de aceptado y personalmente giró la constancia a recursos humanos Como una paradoja del destino, Ornelas Centeno también le asignó el horario vespertino a Gabriela Pérez Martínez, de 3 de la tarde a 9 de la noche, en esa clínica exclusiva para deportistas de alto rendimiento "En la víspera de renunciarle, de plano el señor se descaró: se bajó el cierre del pantalón y no sé qué esperaba, acaso que metiera las manos Me espanté y además me daba coraje, por lo que mi reacción fue marcharme" Dice que si sus testimonios sirven para ayudar "a detener a este sujeto", acompañará a las denunciantes a los tribunales "No quiero nada del señor, no necesito nada de él, pero es necesario que lo paren Si no lo detienen esta vez, no sé cuántas chicas más van a seguir así, porque a lo mejor sólo se calma un tiempo, ¿y después? "Las autoridades del COM debían intuir que algo estaba mal No sé cuántas chicas más han pasado por ese lugar, pero sólo es cosa de revisar el archivo y ver cuántas chicas estuvieron en recepción y cuántas se fueron en poco tiempo", recomienda Gabriela Pérez al organismo que encabeza Felipe Tibio Muñoz, quien ha dado su total respaldo al hombre que, asegura, rebosa de "una conducta intachable y proba, acreditada durante su participación al frente de la jefatura médica del COM a Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Olímpicos, Campeonatos Mundiales de diversas especialidades, siendo los últimos los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia", todo ello durante aproximadamente 22 años de labores Para otros, no son más que 22 años que el Comité Olímpico Mexicano ha vivido bajo el engaño de Rafael Ornelas Centeno Para Gabriela, simplemente se trata de un tipo prepotente y autoritario, "con habilidad para manipular psicológicamente a la gente Llegué a escuchar una vez cuando regañaba a sus empleados de servicios médicos Los llamaba desde tontos y hasta les mentaba la madre Es una persona muy arrebatada"

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