Análisis deportivo: Mamilas otra vez
* "Me van a decir cómo está el año que viene y yo ahí determinaré si sigo o no sigo": Ricardo LaVolpe
México, D F, 10 de noviembre (apro)- Bastó un simple amago para que saltara el león que lleva dentro La vez mil de su vida desconecta el cerebro de la lengua y vuelve a las amenazas de siempre, las que son propias de un estilo de vivir su carrera de entrenador
Mientras Ricardo LaVolpe amagaba con renunciar (ya nadie le cree, pero él insiste en matarnos de un infarto), en la Federación le brindaban el apoyo que siempre ha tenido, sobre todo del presidente Alberto de la Torre, quien ha apostado su cabeza junto a la del temperamental argentino
En lo que quizá no se pongan de acuerdo es en los interminables juegos de preparación amistosos o de compromiso en Estados Unidos, que ya parece ser la casa de la Selección Mexicana
LaVolpe dice que se tienen que jugar y viajar menos, y que la forma de sacar dinero debe ser otra Y De la Torre le recuerda que de esos partidos sale dinero para pagarle mensualmente su salario
Esa ha sido la parte sensible, aunque en una comida en un restaurante argentino o en la concentración del tricolor, basta que De la Torre y LaVolpe se sienten juntos para resolver las diferencias Así ha sido siempre Incluso, cuando en la Estancia Gaucha de Guadalajara De la Torre lo despidió como entrenador del Atlas
LaVolpe había guardado un prudente silencio en las últimas semanas Pero como genio y figura serán hasta la sepultura, el argentino volvió con ese aire petulante de siempre para amenazar de nuevo
Los partidos contra los corta-cocos de la Concacaf lo envalentonaron Ganarle a las pobres islas del caribe es como quitarle una paleta a un niño Pero para LaVolpe son victorias históricas, auténticas hazañas del futbol mexicano, epopeyas de su ego y, en consecuencia, cree que es infaltable en el equipo nacional Por eso grita, amenaza, manotea, profiere palabras altaneras, etcétera Y vendrá pronto un pleito con la prensa, para desviar la atención por un mal resultado Y se quejará de que nadie lo comprende
Cuando gana hay figuras Cuando pierde, el futbol mexicano carece de ídolos y vive una generación perdida Si ve serios problemas, llama a los viejos Mientras tanto, sigue casado con los jugadores que él mismo mal formó y que siguen sin consolidarse en Primera División, como Juan Pablo Rodríguez, Mario Méndez, Daniel Osorno y si estuviera listo llamaría también a Miguel Zepeda
Son sus "hijitos" del Atlas, con los que siempre cuenta pero que no responden con la camiseta nacional Ese es LaVolpe, genio y figura hasta la sepultura Afortunadamente para él, Hugo Sánchez también vive en el silencio inexplicable Nadie sabe quién lo calló, por qué o si ya claudicó en su intento por defender al futbol mexicano del terrible mal apellidado LaVolpe