ATUENDO: Los árbitros tienen madre

martes, 11 de mayo de 2004 · 01:00
* “Si este es el mejor árbitro de México no me quiero imaginar cómo será el peor”: Rubén Ruiz Díaz, portero del Necaxa México, D F, 10 de mayo (apro)- La actuación de Marco Antonio Rodríguez en el partido de América-Necaxa desató nuevamente la ira de los aficionados, no tanto, como se afirma, porque favoreció a las Águilas (un hecho histórico que de tanto repetirse dejó de ser noticia), sino porque en general no benefició al futbol Las reglas son para aplicarse, por supuesto Y Marco, cuando quiere, las lleva al extremo de la justificación Si la hipótesis fuese cierta, el resultado que más le convenía a Televisa era la derrota del América, para avanzar al Necaxa en la pelea por la calificación, tomando en cuenta que los discípulos de Leo Beenhakker tienen en sus manos el pase a la siguiente ronda Pero Marco Antonio Rodríguez es el más impredecible de los árbitros mexicanos A veces aplica a rajatabla el reglamento, importándole madres el espectáculo Otras veces a la inversa: privilegia el espectáculo y da flexibilidad al librito de reglamentos; otras parece tener la deliberada intención de perjudicar o beneficiar a determinado equipo Unas veces más teje fino para echar a un jugador, previa provocación El domingo por la noche en el Azteca agarró parejo a los dos equipos, expulsando a los 36 minutos al chileno Ricardo Rojas por una falta común Luego aplicó el criterio de "último hombre" para Juan Reynoso cuando aplicó un mini empujón a Hugo Castillo que otros árbitros perdonan Enseguida Cuauhtémoc provocó a Rubén Ruiz Díaz, se miraron feo, el americanista se burló, el paraguayo reaccionó, le dio un golpecito que muchas veces se perdona amonestando a los dos y Marco Antonio volvió a dejar al Necaxa con 9, justificándose en que el reglamento así lo establece Luego otra entrada de Miguel Acosta la consideró falta grave por atrás y lo echó, cuando otros silbantes nada más amonestan Si uno es estricto, con base en las reglas, consideraría a priori que Marco Antonio Rodríguez hizo lo correcto, como buen juez, sin importar los daños que cause en los actores Pero como ya tiene etiqueta de prepotente, de exagerado, de convenenciero y de arrogante, los jugadores y el cuerpo técnico del Necaxa se lo querían comer crudo al terminar el partido Pero el caso de Marco Antonio es uno más de los muchos y graves problemas que enfrenta el arbitraje mexicano, que vive una de sus peores épocas porque tiene al frente a un dirigente tramposo, que hace años quiso meter como mexicano a su hijo peruano, para romper la tradición histórica de las Chivas, de jugar sólo con nacionales Afortunadamente los dirigentes de 1991-92 descubrieron que Martín Yamasaki era peruano y le dijeron al honorable don Arturo que se llevara al chico con su música a otra parte porque era inca no azteca Hoy, con esa misma mano, Arturo Yamasaki dirige el arbitraje al grado del suicidio colectivo, porque los está exponiendo ante aficionados que un día podrían enojarse por los errores semanales que sin falta cometen en cada jornada los Archundia, Alcalá, Gasso, Glower, Marco Rodríguez, Paul Delgadillo, Germán Arredondo Nunca como ahora el arbitraje se había visto tan incapaz, tal fatuo, tan arrogante y tan pe rverso Ese es el sello que está dejando la administración de Arturo Yasamaki, quien se siente seguro en la silla porque Alberto de la Torre es su “amigo", según le dice a sus cercanos

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