México, D F, 7 de mayo (apro)- A semejanza del caso de Ernestina Ascencio, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, dio un viraje en su decisión de vender a los Tiburones Rojos En declaraciones a la prensa local, el funcionario reculó, y dijo que el club que iniciará el siguiente torneo con la amenaza del descenso luego de la desastrosa actuación que tuvo en el recién concluido torneo, seguirá en Veracruz, aunque ahora administrado por una empresa privada, al frente de la cual se encuentra el expresidente de la Federación Mexicana de Futbol, Alberto de la Torre Herrera Beltrán comentó que el vuelco en su decisión obedece a que no hubo ningún inversionista interesado en pagar la venta del club, cuyo monto oscilaba entre los 200 y los 230 millones de pesos "No se vende, vamos a buscar la asociación con una empresa que lo administre y lo lleve desde el punto de vista financiero, deportivo y de integración de todo el sistema Tiburón, pero lo que pasa es que vale mucho", dijo Herrera Beltrán --quien primero defendió la tesis de la Procuraduría local, en el sentido de que Ernestina Ascencio había fallecido a consecuencia de los golpes y la violación de la que fue objeto por parte de elementos del Ejército y, posteriormente, se desdijo y dio la razón a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)-- adelantó que está prácticamente ?amarrada? una sociedad con el expresidente de la Femexfut y presidente de Dorados, Alberto de la Torre, a quien incluso ?destapó? como futuro administrador del equipo "Me parece una propuesta coherente, muy seria, que respeta el patrimonio de los veracruzanos, compromete una integración de un equipo competitivo y el apoyo para crear esta nueva dinámica del sistema Tiburón en todo Veracruz", dijo