Las peligrosas torpezas de la Conade

lunes, 26 de julio de 2010 · 01:00

Contrataciones dudosas, triangulaciones para la prestación de servicios y fallas de logística por parte de la Conade quedaron al descubierto a raíz de un percance aéreo –un conato de incendio– que pudo haber acabado en tragedia, cuando una delegación deportiva viajaba de Cancún a Puerto Rico para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. La responsabilidad por haber puesto en peligro la vida de los atletas mexicanos se le atribuyó al subdirector de Calidad para el Deporte, Manuel Youshimatz, por lo que fue cesado del cargo.

 

MÉXICO, D.F., 26 de julio (Proceso).- El pasado 14 de julio –un día después de lo previsto– el presidente Felipe Calderón abanderó a una parte de la delegación deportiva que participa en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Mayagüez. Ese día un grupo de 150 atletas y jueces abordó con destino a Aguadilla, Puerto Rico, un avión que en pleno vuelo sufrió un conato de incendio.

Este incidente, así como el calvario por el que pasó el grupo en la accidentada travesía, le costó el cargo al subdirector de Calidad para el Deporte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Manuel Youshimatz, medallista olímpico en Los Ángeles 84, quien considera su despido “una injusticia”.

En entrevista con Proceso, el exatleta se defiende y argumenta que no es el único culpable de los problemas ocurridos durante el viaje.

En un hecho inusual, el jueves 15, el director de la Conade, Bernardo de la Garza, señaló públicamente que el área a cargo de Youshimatz era la responsable de la contratación de vuelos fletados:

“Asumimos (la responsabilidad) porque fue un error de juicio de nuestra Subdirección de Calidad (para el Deporte)… Me parece increíble que no se hayan tomado en cuenta cuestiones de sentido común para contratar un servicio así, que se hizo a través de una agencia de viajes.”

Adelantó que procederá legalmente contra Viajes Escalona, empresa que organizó el traslado y que ha brindado servicios a la Conade desde los tiempos de Nelson Vargas, en el sexenio anterior.

El miércoles 14, los integrantes de la delegación mexicana viajaron a Cancún para de ahí volar a Puerto Rico. En el aeropuerto permanecieron varias horas mientras se realizaban los trámites migratorios. La espera se prolongó porque se venció la jornada laboral de ocho horas de la tripulación de la aeronave que los transportaría.

Ahí comenzó el caos. Entre contradicciones, después de las seis de la tarde se decidió trasladar a los atletas a un hotel y se les dijo que debían estar listos en la recepción a las tres de la mañana para seguir su viaje.

Los contratiempos se originaron desde el momento en que Viajes Escalona, cuyo propietario es Jesús Nieto, contrató los servicios de la empresa mexicana Global Air, especializada en vuelos charter. Como ésta no tiene permiso para volar sobre territorio de Estados Unidos, acordó la renta de otra aeronave, con la compañía Falcon Air, con sede en Miami, Florida.

La delegación mexicana abordó el vuelo 6023, un avión MD-83, pero a los 15 minutos de viaje hubo un conato de incendio que lo obligó a regresar de emergencia al mismo sitio de donde despegó.

Una falla en la turbina activó la señal automática de emergencia y de la parte trasera de la nave surgió una densa capa de humo blanco. Los viajeros entraron en pánico cuando los dos extintores manuales no pudieron ser activados por la tripulación. Algunos testigos aseguran que el avión “es una auténtica chatarra voladora”.

Las grandes compañías han ido reemplazando a los MD-83 para modernizar sus equipos. Si bien se le considera un avión confiable, el 30 de noviembre de 2007 una de estas aeronaves perteneciente a la compañía AtlasJet se estrelló, por causas desconocidas, cerca del aeropuerto de Esparta. En el siniestro fallecieron los 56 ocupantes.

 

Chatarras voladoras

 

En entrevista con Proceso, el secretario de prensa de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), el capitán Leonardo Sánchez Herrera, aclara que Global Air no está afiliada a este organismo y considera que debe sometérsele a una estrecha vigilancia. 

Dice que esta compañía maneja aviones 737-200. “Son los más viejitos y tienen muchos años de uso”, explica y aclara que un avión puede tener más de 30 años y estar en excelentes condiciones. “El propietario debe darle un buen mantenimiento para preservar su certificado de aeronavegabilidad”.

Comenta que, en México, muchas empresas operan con un par de aviones viejos. En Estados Unidos es posible conseguir un 737-200 muy viejo hasta en 200 mil dólares, pero si se compra nuevo cuesta 35 millones de dólares.

Y añade: “Muchos empresarios aprovechan esas gangas y consiguen una concesión para una línea aérea y con inversiones mínimas sacan mucho provecho. Luego truenan, pero ya ganaron un dineral. Es ahí donde fallan los controles y las exigencias de parte de las autoridades. En México se carece de una política aeronáutica total. Como la aviación es muy vulnerable, requiere que el gobierno se adentre en el tema”.

Plantea que, por tratarse de una chartera, Global Air debió llevar a su destino a la delegación deportiva mexicana y cumplir con su contrato. “Desafortunadamente, en México y sobre todo en el sector gubernamental, lo que más importa es ahorrar dinero. La Conade contrató a una empresa sin renombre y no le ofrecieron ningún tipo de garantías. Por ello no puede andar presumiendo que contrató servicios de primer nivel”.

–¿Por qué Global Air no está afiliada a la ASPA?

–Varias empresas se manejan con sindicatos de protección patronales, que sólo atienden las necesidades de los empresarios pero no ven por los trabajadores. Es una práctica muy frecuente en México.

El director general de Global Air, Manuel Rodríguez, asegura que esta “es una empresa mexicana con 20 años de servicio y dispone de una flotilla de nueve aviones 737-200 y 737-300 que funcionan a la perfección”.

En su página web se anuncia como una compañía que transporta a los equipos profesionales de futbol del duopolio Televisa (América, Necaxa y San Luis) y TV Azteca (Morelia). Su domicilio fiscal se ubica en Belice.

“Siempre hemos trabajado para Centro y Sudamérica. Nunca nos ha interesado subir a Canadá o Estados Unidos”, sostiene Rodríguez, y admite que por no contar con las autorizaciones en Estados Unidos “tuvimos que contratar a una compañía americana, porque Puerto Rico se considera territorio americano. Así llevamos los pasajeros hasta Cancún, y de ahí Falcon Air los trasladaría a Aguadilla”.

El director de Global Air asegura que el retraso de un día en la salida de la delegación deportiva se debió a que hay una nueva reglamentación para entrar a Estados Unidos: “Se debe mandar el número de pasaporte, la vigencia del mismo y el nombre del pasajero a un centro de control en Washington. Supuestamente ese día se les cayó el sistema en Washington”.

Después, dice, se presentó el problema de que la tripulación del avión ya había cumplido su jornada laboral. “Nos sugirieron irnos a Miami y de ahí volar a Aguadilla porque de esta manera el vuelo se convertía en nacional. Para entonces los atletas iban a llegar a las cuatro o cinco de la mañana; era medio matar a los deportistas. Por eso se tomó la decisión consensuada de que los atletas descansaran en un hotel y se les citó para salir en el mismo avión con la tripulación ya descansada”. La aeronave despegó a las nueve de la mañana del jueves 15.

Luego de la falla, el aparato fue revisado y transcurridos 20 minutos le avisaron a Rodríguez que el vuelo podría reanudarse. “Yo mismo les respondí: eso no es normal. Yo no me subiría en el mismo avión. En ese momento buscamos otras opciones, pero cuatro horas después Viajes Escalona nos avisó que la Conade se encargaría del traslado”.

El director de Global Air asegura que por medio de Viajes Escalona reintegrará el dinero a la Conade: “Hablamos de un millón 100 mil dólares para trasportar a más de 800 personas. Aunque hemos tenido gastos, no sé cómo podemos demandar el incumplimiento de Falcon. Las pérdidas que nos ocasionaron sus fallas han sido bastante fuertes. Si Escalona va a regresar el dinero íntegro a la Conade, tenemos que hacer lo mismo”.

 

Los argumentos de Youshimatz

 

Manuel Youshimatz  argumenta: “En la Dirección de Calidad hablamos con cuatro empresas que podían ofrecernos el servicio. Se eligió a Escalona, que ha trabajado muchos años con la Conade, porque era la mejor opción por su experiencia y el buen servicio brindado.

“A su vez, Escalona contrató una empresa de charters, Global Air, que hizo lo propio con Falcon Air y esta triangulación de servicios generó retrasos, incumplimientos y unos aviones en mal estado, de lo que nunca fuimos informados.”

El contrato, arguye el exfuncionario, fue firmado hace un par de meses: “Se venía trabajando con mucho tiempo de antelación para que no existiera ningún inconveniente. Sin embargo se generó este problema. A partir de ahí se decidió no continuar con esta compañía. Fue muy importante la participación del licenciado De la Garza para negociar con las principales autoridades de Aeroméxico y que tuvieran aviones listos para trasladar a la delegación”.

Entrevistado el miércoles 15, Youshimatz, que en principio debía hacer el viaje a Mayagüez, se disponía a retornar al Distrito Federal: “Se me pidió que me regresara. De la Garza me está pidiendo que vaya a revisar los siguientes viajes (de la delegación) y que coordine todos los vuelos comerciales para que no haya ningún problema en lo futuro. Todavía falta mucho trabajo por hacer”.

–¿Usted asume su responsabilidad?

–Fui el responsable de elegir proveedores, de manera conjunta, con todo un equipo de trabajo. Tenemos las cotizaciones, hicimos todo un estudio, se entrevistó a toda la gente y elegimos la opción que consideramos más confiable.

–¿No consideró que podrían fallar?

–Pues no. Tengo a gente que me apoya en aspectos administrativos y confié en mi equipo de trabajo. No soy ningún improvisado, sino un especialista en alto rendimiento. Desde que llegué a la Conade, en enero de 2008, hemos rendido muy buenas cuentas, como lo dijo el señor De la Garza en el discurso del abanderamiento. En Beijing se obtuvieron excelentes resultados, lo mismo que en la Universiada. Creo que en estos Juegos Centroamericanos vamos a ganar más de 140 medallas, porque para eso hemos trabajado.

“En lo que se refiere al trabajo en el alto rendimiento estoy satisfecho y contento. Desafortunadamente el problema del avión fue un accidente. No dependía de mí que fallara una turbina; eso estaba fuera de mi alcance y de mis previsiones.”

Para entonces, Youshimatz, cuyo cese aún no había sido oficializado, ya había recibido diferentes muestras de afecto tras rumorarse su próximo despido. “Ahora sí, ¿qué puedo hacer?… si esa es la decisión, ya está fuera de mi alcance”.

–¿Pedirá una oportunidad más?

–Una y muchas. Considero que mi separación del cargo sería una decisión injusta, pues creo que no se está valorando mi trabajo de años, de mucho esfuerzo, de muchos fines se semana que he dejado de estar con mi familia para atender a los atletas y los eventos. La camiseta la tengo bien puesta por los atletas de México y por mi país. Desde que he sido deportista así lo he hecho siempre.

–¿Se considera el único responsable de los problemas?

–Claro que no. La Subdirección de Calidad del Deporte no es sólo Manuel Youshimatz. Somos muchas personas que colaboramos. La Subdirección de Calidad del Deporte no es solamente un tramo de un viaje de México a Mayagüez. Trabajamos en seis plataformas muy importantes: el alto rendimiento, la capacitación de entrenadores, la Olimpiada Nacional, la investigación, la detección de talentos, la medicina y ciencias aplicadas. También tengo que ver con el laboratorio antidopaje. Son muchísimas cosas en las que hemos estado trabajando. Me daría mucha pena no continuar con estas actividades...

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