MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Daniel Corral, originario de Ensenada, ha practicado gimnasia desde los 3 años en un club donde las dificultades económicas eran cosa de todos los días, lo que no impidió que se gestara un grupo de gimnastas varones, Corral el más destacado de ellos. Su entrenador, el regiomontano Oscar Aguirre Jalil, no fue gimnasta y ha tenido que tomar cursos y capacitarse, a veces gracias al patrocinio de los padres de familia, para poder estar al nivel de Corral. “Estar en Juegos Olímpicos es una etapa nueva en la que, por desgracia, estoy aprendiendo junto con Daniel. Sólo en los países subdesarrollados es normal que un entrenador que no fue gimnasta trabaje con un seleccionado nacional. "Cuando no hay una escuela de gimnasia y los esfuerzos son aislados, te vuelves autodidacta; es muy complicado, pero lo puedes hacer. Daniel y yo somos un experimento del deporte mexicano porque llegar a este punto es por la combinación de esfuerzos y una serie de acontecimientos muy poco probables: un chico con mucha capacidad física y mental, una familia muy comprometida, un grupo de papás que apostaron por alguien que no es su hijo, un entrenador loco que no fue gimnasta, pero que se ha capacitado por todo el mundo, y un Instituto del Deporte que te ayude porque sin dinero no vas a ningún lado”, dijo Aguirre en entrevista con Apro.