Los belgas dieron de cátedra de buen futbol a pesar de sus carencias defensivas, abren demasiados espacios; pero en el ataque tienen en Kevin de Bruyne una joya en el medio campo y en Romelu Lukaku un ariete de primer mundo. Seis minutos y de juego y una falta de Ben Youssef sobre Eden Hazard se convirtió en el 1-0 que el propio Hazard cobró raso y hacia la izquierda. Lukaku marcó el primero de dos al 16. Túnez, que no se cansó de perder balones en el medio terreno, abrió la puerta para que el delantero del Manchester United luciera con un disparo cruzado de zurda. En dos minutos, los africanos ya habían recortado la distancia. En una jugada a balón parado, Dylan Bronn remató de cabeza sin que el arquero Thibaut Courtois pudiera evitar la caída de su marco. Lukaku no pudo definir un fantástico balón que De Bruyne le puso en el centro del área y se perdió una gran oportunidad, pero se sacó la espina antes del silbatazo con un pase de Thomas Meunier para irse al descanso con el 3-1 a su favor. A pesar de los tres goles, Túnez jugó muy bien pero Bélgica, mejor, enseñó adelante cómo se ejecuta el futbol asociado. Una pelota larga de Mertens para Hazard se materializó en el 4-1. Hazard sacó a los dos centrales, levantó el balón con derecha y definió con la zurda. Ya sobre la hora, Batshuayi hizo el quinto que enterró a los tunecinos y, en el último suspiro del encuentro, Wahbi Khazri acercó a los suyos 5-2.