La leyenda de Lev Yashin "La araña negra"

sábado, 30 de junio de 2018 · 15:54
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- En su paso por el futbol dejó una huella imborrable. Cuando se habla de porteros, ahí está Lev Yashin, “La araña negra”, uno de los grandes ídolos de Rusia –exunión Soviética-, porque su nombre y trayectoria van al parejo de los máximos reconocimientos que recibió el balompié de su país en el plano internacional. Frenético, impredecible, y fuera de toda regla, Yashin se adelantó a su tiempo como nadie y cambió por completo el concepto del portero moderno: utilizaba guantes y sabía cómo anticipar una situación de peligro o para enfrentar a los delanteros contrarios en el “mano a mano”. Atrapaba balones que a simple vista parecían difíciles, entregaba el esférico al compañero con la mano y organizaba a su defensa desde el fondo. En el terreno de juego, Yashin ejercía prácticamente la función de otro entrenador. Y lo hizo en una época en la que los guardametas aguardaban la llegada del esférico en su área. “Al portero le pertenece, en primer lugar, toda el área, y en cualquier sitio debe estar listo para actuar con habilidad y con la misma maestría con que actúan los demás jugadores: defensores, medios o delanteros. Y agregaría una responsabilidad más que sólo le compete al arquero: dirigir su defensa, porque es quien mejor ve las posiciones de los atacantes adversarios. Creo que desarrollando estas ideas se podría escribir un manual gigantesco, pero a lo mejor sólo es útil para un juego determinado. “El futbol es tan imprevisto que no se puede prever nada. Todo hay que resolverlo en un instante... andar y correr es más fácil que permanecer parado, y el portero juega casi parado en su sitio. Hay que tener seriedad, dominio de uno mismo”, contó Yashin en febrero de 1983 a la revista deportiva argentina El Gráfico. Lev Yashin recibió el Balón de Oro (en 1963), único galardón que ha ganado un guardameta en la historia. También está considerado el primer portero moderno de la historia. Y más todavía: sigue siendo considerado el mejor en su puesto de todos los tiempos, a pesar de los años transcurridos desde su retiro, en mayo de 1971. Este legendario personaje tiene más historia, y aquí se resume parte de ella: conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, la Copa de Europa de 1960, cinco ligas y tres copas con el Dínamo, fue elegido el Mejor Deportista Ruso del Siglo XX en 1999 y Mejor Portero del Siglo XX por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Futbol (IFFHS). Y algo más: atajó 150 penales a lo largo de su trayectoria. El mote le viene porque vestía completamente de negro, y por sus largos brazos. Lev Yashin se convirtió en un mito, fiel a su equipo de toda la vida, Dínamo de Moscú, con el que disputó 326 partidos –en los que registró 270 juegos sin admitir anotación en las 22 temporadas disputadas en el equipo moscovita-, y 78 más los jugó con la selección de su país. Su gusto por el futbol empezó de pequeño. Y lo practicó en forma organizada en la fábrica de herramientas en la que laboró durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, se inició como portero de hockey sobre hielo en el equipo de dicha empresa. “Era una época difícil: ni el país, ni nosotros podíamos dedicarle mucha atención al deporte”, compartió Yashin a la revista argentina. Nació el 22 de octubre de 1929, en Moscú. Fue campeón de Europa y jugó tres Copa del Mundo (Suecia 1958, Chile 1962 y Alemania 1966, donde logró el cuarto lugar con su selección, tras perder el juego por el tercer puesto frente a Portugal). Se retiró a los 42 años –“ya era el momento”, dijo tras el partido de su despedida-, el 27 de mayo de 1971 contra una Selección del Resto del Mundo. Así lo describió Eduardo Galeano, el recordado escritor uruguayo, un apasionado del futbol: “Lev Yashin tapaba el arco sin dejar ni un solo agujerito. Este gigante de largos brazos de araña, siempre vestido de negro, tenía un estilo despojado, una elegancia desnuda que desdeñaban la espectacularidad de los gestos que sobran”. Lev Yashin falleció el 20 de marzo de 1990, luego de una intervención quirúrgica por un cáncer de estómago. Tras su muerte, el futbol soviético llegó a su etapa final para dar inicio al ciclo de la historia del balompié ruso con un largo periodo sin logros deportivos. Hoy, Rusia, el anfitrión del Mundial 2018, accedió a la fase de octavos de final. Pero sus alcances en la justa mundialista son una verdadera incógnita. Lev Yashin, el mítico portero al que era difícil marcarle gol, fue elegido en noviembre pasado como la imagen del póster oficial del Mundial Rusia 2018. La mejor manera de honrar su memoria en su propio país.

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