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Nadia Nadim: el futbol como refugio y libertad

“Cuando era pequeña, mi padre llegó un día casa con una pelota antigua, como de los años 70, de aquellas con los parches negros. Mi hermana y yo, que no sabíamos mucho de futbol, nos pusimos a jugar al voleibol con ella", aseguró la jugadora.
martes, 21 de junio de 2022 · 13:16

CIUDAD DE MÉXICO (apro).–Con un pasaporte paquistaní falsificado, la familia partió con miras hacía Londres. Sin embargo, cuando por fin el camión de carga se detuvo y el conductor ordenó al cúmulo de refugiados que bajaran y se dispersaran, tanto la madre como las cuatro hijas que en él viajaban se dieron cuenta que lo que les rodeaba en nada se parecía a las imágenes que habían visto de la capital inglesa; en cambio, las tierras que pisaban eran las de Dinamarca.

Nadia Nadim nació en Herat, Afganistán, el 2 de enero de 1988. Y es precisamente en ese país ubicado en Asia central donde vivió durante 12 años. En ese tiempo, Nadia, junto a sus hermanas, creció pateando un balón de futbol en el jardín amurallado de su casa, la cual se encontraba en Kabul.

“Cuando era pequeña, mi padre llegó un día casa con una pelota antigua, como de los años 70, de aquellas con los parches negros. Mi hermana y yo, que no sabíamos mucho de futbol, nos pusimos a jugar al voleibol con ella y a pasárnosla. De todas formas, nos divertíamos”, mencionó Nadia para FIFA.com en una entrevista de 2017.

Rabani Nadim, era el nombre del padre de Nadia, quien durante la década de los 80 y 90 fue un destacado General del Ejército Nacional Afgano (ENA), años atrás había sido un reconocido jugador de hockey sobre pasto, aunque también se le conocía por su ferviente pasión hacia el futbol.

Fue en 1998, cuando Rabani fue convocado a una reunión con altos mandos del régimen Emirato Islámico de Afganistán, quienes se habían hecho con el control de la ciudad de Kabul desde el 27 de septiembre de 1996, al derrocar el Gobierno de Ahmad Shah Massoud. Pasó el tiempo; días, semanas y meses, pero el General Rabani Nadim no regresó a casa con su familia tras haber partido a esa reunión.

Después de seis meses, Hamida, la esposa de Rabani y sus hijas se enteraron que él fue ejecutado en el desierto tras un decreto del régimen de los talibanes, supuestamente tras haber sido encontrado culpable de ser espía del anterior Gobierno.

Es ahí cuando Hamida se da cuenta de que Afganistán no era un lugar donde podrían vivir o acaso sobrevivir, pues así como ella había sido criada: con la certeza de la igualdad, también educó a sus hijas. Cuando el régimen Emirato Islámico de Afganistán tomó control del país en otoño de 1996, la nación vivió un cambio convulso. Por ejemplo; se prohibió a las mujeres trabajar, así como el derecho a la educación, salir de casa sin supervisión masculina, reír a carcajadas, ser vistas en público sin burka o incluso volar una cometa y el practicar algún deporte.

Esto sin duda se contrapuso de una manera radical a la serie de reformas impulsadas por el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) en el año de 1978, las cuales prohibieron prácticas tradicionales que eran consideradas de naturaleza feudal como: los matrimonios forzados o poner precio a las novias para su matrimonio. Se hizo hincapié en la educación tanto de hombres como de mujeres y se establecieron programas generales de alfabetización.

Viaje incierto

Por ello es que la familia de Nadia decidió huir de Afganistán en busca la libertad que se le negó. Una noche cualquiera se convirtió en la escenografía que representó la salida de las cinco mujeres con vista a un futuro más confortable que el presente que vivían. El ansiado escape de la desigualdad y temor inició cuando partieron a la frontera con Pakistán en donde obtuvieron pasaportes paquistaníes falsos, los cuales usaron para poder abordar un vuelo hacia Italia.

Ya en el país itálico, la familia Nadim, junto a otros refugiados, abordó un camión que le llevaría a Londres. El viaje inició día de pascua, el domingo 23 de abril de 2000.

“Fue un trayecto largo y frío, oscuro y sucio, cargado de tensión. Todos los refugiados que viajaban en el camión debían hacer sus necesidades en un cubo ubicado en una esquina. Las paredes de tela no estaban aisladas del exterior: el aire gélido se colaba por las rendijas y nos helaba los huesos. Teníamos muchas esperanzas, pero también estábamos muy asustadas. No era divertido ser niño en esa situación, saber que lo habías dejado todo atrás e ignorar lo que te esperaba”, dijo Nadia Nadim a FIFA.com.

Después de horas y horas el camión se detuvo. El conductor ordenó a los refugiados que bajaran del vehículo. Cuando por fin Nadia y su familia estaban afuera, se dieron cuenta de que no estaban en Londres. Y en un inglés rudimentario Hamida preguntó al conductor dónde se encontraban, “En Randers, Dinamarca”, él respondió.

“Mi pensamiento fue que el conductor no era tan bueno en geografía. Aunque sin duda era un mejor lugar que del que habíamos partido”, mencionó Nadia. Con tan solo 12 años de edad estaba ya en otro país, en el cual podría hacer prácticamente todo lo que en su tierra natal estaba prohibido. Y en este nuevo hogar tendría la libertad para ser feliz. La familia Nadim y demás personas que viajaron en el camión pasaron algunos meses en un campamento de refugiados en la ciudad de Aalborg, pues esperaban la aprobación de la solicitud para que se les pudiera dar asilo.

Un camino nuevo

Nadia y sus hermanas recibían clases desde nueve de la mañana hasta a una de la tarde, teniendo el demás tiempo libre, el cual ocupaban para explorar los alrededores. Y fue precisamente en aquellos sitios donde descubrieron el campo de entrenamiento del equipo juvenil local de futbol Gug Boldklub. Los niños convirtieron su tiempo libre en una rutina para acercarse a ver los entrenamientos. Y participaban no solamente observando sino también como recogebalones.

Después de un tiempo, Nadia se armó valor para preguntar al entrenador del equipo si podía unirse a la sesión, la respuesta fue un “Sí”. El técnico quedó tan asombrado por la capacidad de la pequeña de 12 años que le pidió regresara al siguiente entrenamiento.

Cuando le contó a su madre lo que había pasado y al verle tan entusiasmada, ésta llevó a Nadia a una tienda de segunda mano donde le compró un par de botines usados. “Aún recuerdo esa dureza y suavidad del cuero que se mezclaban, y esa sensación de haberles usado por primera vez”.

En aquel segundo entrenamiento, el técnico la colocó en la ofensiva y ella anotó tres goles. A partir de ahí siempre jugaría como delantera. Pronto el entrenador recomendó a los reclutadores del B52-Aalborg Football Club, uno de los mejores equipos de la Premier League de Dinamarca –liga femenil de futbol danés–, que le hicieran pruebas a la chica de Afganistán, y en ellas sorprendió también a otros reclutadores. Sin embargo, la madre de Nadia no tenía la posibilidad económica para que pudiese seguir tomando el tren para realizar pruebas. Tal era la fe que el B-52 Aalborg tenía en ella que costeó cualquier tipo gasto.

“Pero a pesar de estar en Dinamarca, donde las mujeres hacen lo mismo que los hombres, sentía como si estuviera haciendo algo malo cuando jugaba al fútbol”, confiesa Nadia. “Como si estuviera infringiendo alguna ley”.

El 2006 marcó de por vida a Nadia Nadim, pues fue el año en que firmó su primer contrato con el club IK Skovbakken. Además, la Unión Danesa de Fútbol (DBU, por sus siglas en inglés), solicitó a la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA, por sus siglas en inglés) una exención para que Nadia pudiera jugar en la selección del país nórdico. El máximo organismo del futbol a nivel internacional la aprobó y la futbolista afgana recibió la nacionalidad danesa.

Palmarés a nivel de club:

2005-2006 IK Skovbakken: 3 apariciones, 4 goles.

2012-2015 Fortuna Hjørring: Copa de Dinamarca (2009), Elitedivisionen (2013-14). 8 juegos, 4 goles.

2014-2015 Sky Blue FC: 24 encuentros, 13 goles.

2015-2016 Fortuna Hjørring (préstamo): 10 apariciones, 5 goles.

2016-2017 Portland Thorns FC: 1 National Women’s Soccer League (2017). 37 juegos, 15 goles.

2018- Manchester City Football Club: 28 encuentros, 8 goles.

2019 – 2021 Paris Saint Germain: 1 Division 1 Féminine (2020-21). 20 apariciones, 10 goles.

2021 – Actualidad Se unió al Racing Louisville FC.

Palmarés a nivel selección:

Con la Selección de Dinamarca hizo su debut en la Copa Algarve 2009, y se convirtió en la primera danesa naturalizada en jugar para la selección mayor. Hasta ahora ha vestido la playera nacional en 98 ocasiones y ha anotado 38 goles.

Hoy día, Nadia no solo es una de las mejores jugadoras de Dinamarca, sino que también ha logrado trasladar el éxito deportivo al ámbito profesional, pues en enero de 2022 se tituló como médica en cirugía plástica en la Universidad de Aarhus de Dinamarca. Además, trabaja como embajadora de la Organización Médicos sin Fronteras y de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

La niña afgana que apenas podía comunicarse con sus compañeros en la escuela con algunas palabras y mímica, encontró en el balón el mejor de los lenguajes. Expresando a través de él sus sueños y pasiones. También con cada galope en el césped y gol marcado, es que rememora a esa persona que le arrebataron pero que dejó en ella algo que nunca podrán quitarle: amor y futbol. Nadia Nadim, la mujer que gracias a su familia y a la redonda encontró la libertad.

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