Minimiza Carstens impacto de crisis europea en México

martes, 25 de octubre de 2011 · 21:18
MÉXICO, D.F. (apro).- Aun cuando el crecimiento económico del país muestra ya signos de desaceleración, es difícil que se presente una crisis como la que tienen los países europeos, aseguró el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens. Tendrían que suceder una serie de “eventos tremendamente catastróficos” para que el sistema financiero nacional y la economía en general se contagiaran de los riesgos que presentan los países avanzados, dijo Carstens durante la presentación del Reporte sobre el sistema financiero al mes de septiembre, en la sede del banco central. Uno de esos eventos –explicó-- sería que se agravara radicalmente la crisis de deuda en Europa, la cual impactaría la solvencia y liquidez de la banca europea. De suceder eso, se crearían situaciones de iliquidez y habría interrupciones en el funcionamiento normal de los mercados financieros internacionales. En ese escenario, agregó, la incertidumbre se incrementa y también se intensifica la percepción de riesgo, y esto podría provocar una reversión importante de los flujos de capitales hacia las economías emergentes, que sería otro de los eventos catastróficos. También está latente, dijo, el efecto negativo que una reducción del crecimiento en la economía estadunidense podría tener sobre la actividad económica nacional. Sin embargo, dijo, el país no sólo cuenta con cuantiosos recursos –cerca de 200 mil millones de dólares, entre reservas internacionales y la línea de crédito flexible del FMI-- para hacer frente a cualquier choque externo, sino que tiene “una gran fortaleza en sus fundamentos económicos”. Las finanzas públicas son sanas y la inflación sigue convergiendo hacia la meta de 3%. Sobre esto último, reconoció que el dato de la inflación en la primera quincena de octubre, de 0.61%, la más alta registrada para un periodo igual, “sorprendió al mercado”, pero no al Banco de México, que ya había anticipado el fuerte impacto que tendría, en los precios en general, el quitar los subsidios a las tarifas eléctricas de verano. Las demás fortalezas con las que cuenta el país, agregó, son el equilibrio en sus cuentas externas; lo bien capitalizados que están los intermediarios financieros –bancos sobre todo--, que cuentan con reservas y liquidez adecuadas. Igualmente debe apuntarse, dijo, que los mercados financieros del país están bien desarrollados y son profundos. En suma, remató, “tenemos un sistema financiero solvente.” El gobernador del Banco de México, sin embargo, reconoció que “la expansión de la actividad económica nacional ha mostrado recientemente signos de moderación”. También, que la demanda externa “parece estar empezando a reflejar el efecto de la desaceleración de la actividad global”, además de que “el crecimiento de la demanda interna ha comenzado a moderarse”. Por ello, insistió por enésima vez en que la estabilidad y la confianza en el ámbito macroeconómico “son condiciones necesarias pero no suficientes para garantizar un crecimiento sostenido y rápido”. Y volvió a llamar, entonces, a que se aprueben las reformas estructurales, pues --dijo-- ya no tendremos el impulso externo de otros años, y por ello se torna urgente realizar dichas reformas para “impulsar la inversión privada y la creación de empleos permanentes y bien remunerados”. Finalmente, a pregunta expresa de un reportero sobre críticas que en su más reciente libro el expresidente Carlos Salinas de Gortari formula al hecho de que se hayan entregado los principales bancos nacionales a capital extranjero, Carstens replicó: “Todos los bancos que operan en México son bancos mexicanos. Que tengan dueños en otros países es otra cosa. Operan bajo un sistema subsidiario, pero todos lo hacen como cualquier banco mexicano, sin ninguna distinción. Responden a las reglas y a la legislación que protege el ahorro y la intermediación en México, para los mexicanos. Ese ha sido el sustento bajo el cual se ha permitido mayor participación de extranjeros en el país… porque tenemos la capacidad de regularlos y exigirles un comportamiento igual que a los bancos propiedad de mexicanos”.

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