MADRID (apro).- La Comisión Nacional de la Energía (CNE) española dio el visto bueno a la alianza entre Petróleos Mexicanos (Pemex) y el grupo constructor Sacyr, para sindicar su participación del 29.8% dentro de Repsol.
En una reunión celebrada este jueves, el consejo de administración de la CNE decidió no analizar los movimientos accionarios de la primera petrolera española; consideró que la operación no requiere autorización previa, aunque esté implicada una compañía extracomunitaria, como lo es Pemex.
El posicionamiento de la CNE, el órgano regulador de energía en España, se dio un día después que el consejo de administración de Repsol instara a Pemex y Sacyr a dejar sin efecto su alianza, y ordenara investigar un posible conflicto de intereses de la petrolera mexicana, como competidora de la española.
Algunos medios españoles señalaron hoy que la CNE prefirió no comunicar su decisión, pese a que ya lo había discutido el martes pasado, con el fin de no interferir en el consejo de Repsol, que se reunió el miércoles por la noche.
Con esta decisión, la CNE allanan el camino a la alianza donde participa Pemex.
La cúpula de Repsol considera que el tema era de la competencia de la CNE, e insistió que cumplió con su deber al solicitar el pronunciamiento del organismo regulador.
Fuentes citadas hoy por la agencia estatal de noticias Efe indicaron que “cualquiera puede entender que una operación de este tipo debe ser objeto de análisis” y que la responsabilidad de la petrolera que presidente Antonio Brufau es “atender las inquietudes” de todos los grupos de interés de la compañía.
La CNE fijó su posición hoy a una petición de la cúpula directiva de Repsol que le solicitaba abrir una investigación para determinar si la referida alianza violentaba la denominada función 14.
Esta disposición permite al regulador dictaminar si las operaciones empresariales que afectan actividades reguladas (transporte, y distribución de gas y electricidad) en el caso que una empresa extracomunitaria compre acciones por más de 20% afecte intereses de los grupos energéticos comunitarios.
En este caso advertían una posible afectación a la compañía gas natural Fenosa, compañía de la cual Repsol posee 31%.