Organismos multilaterales ofrecen a EPN apoyo para 'mover a México'
MÉXICO, D.F. (apro).- Por su estabilidad macroeconómica, sus finanzas públicas sanas y la confianza que le brindan los mercados financieros internacionales, que le permitieron sortear con éxito la más reciente crisis financiera mundial, México fue hoy blanco de los elogios de organismos internacionales multilaterales.
Pero, de la misma forma, recibió las más severas críticas por su crecimiento económico mediocre –apenas 2.9% en 30 años–, la atroz desigualdad que hay en el país, su incapacidad para abatir los niveles de pobreza y la rampante informalidad.
Este miércoles se dieron cita en la Ciudad de México los titulares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y el vicepresidente del Banco Mundial (BM).
En el mismo orden: el mexicano José Angel Gurría, el colombiano Luis Alberto Moreno, la mexicana Alicia Bárcenas y el turco Hasan Tuluy.
Participaron en la inauguración del foro “México: políticas públicas para un desarrollo incluyente”, al que convocó el Centro México de la OCDE a iniciativa del secretario general del organismo, José Ángel Gurría, y al que asistió el presidente Enrique Peña Nieto y parte de su gabinete económico.
Todos y cada uno coincidieron en elogiar a México, pero también, todos y cada uno, expresaron la coincidencia de que México vive en el atraso, que se autoimpone camisas de fuerza para no despegar; que ha perdido liderazgo en la región, y que tiene todo para despuntar.
Y también, todos, se pusieron a las órdenes del nuevo gobierno mexicano para ayudar en el diseño de políticas públicas que saquen al país de su marasmo.
Una por una las críticas y las recomendaciones:
El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, señaló que, pese a sus avances macroeconómicos, México sigue teniendo como gran asignatura pendiente el abatir los niveles de pobreza –en la que se halla más de la mitad de la población–, impropios de un país como el nuestro.
Refirió que aun cuando los niveles de inversión en México son mayores que la media de América Latina, el crecimiento económico es débil, toda vez que la productividad ha estado estancada en los últimos 20 años.
Y, consecuencia de ello, es el bajo ingreso per cápita de los mexicanos, que está aun por debajo de muchos países de la región.
Luis Alberto Moreno recomendó al presidente mexicano impulsar un crecimiento económico incluyente, que democratice la economía y fortalezca plenamente los derechos sociales; formular políticas públicas que promuevan la inclusión social
“México –dijo el presidente del BID– tiene ahora la oportunidad de fortalecer su posición como país líder en el concierto internacional. Ya tiene un lugar privilegiado en la arquitectura económica internacional; tiene acuerdos comerciales con más de 40 países y es el principal exportador de nuestra región”.
Finalmente, le dijo a Peña Nieto: “Ponemos a su disposición nuestra experiencia, nuestra capacidad técnica para apoyar la agenda de reformas”.
Por su parte, el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Hasan Tuluy, dijo que México tiene todo para “trascender la barrera de ser un país de ingreso medio en las próximas décadas si encuentra la fórmula para crecer de manera sostenida.”
“Sin embargo –agregó–, México no crece a la velocidad que podría y debería. En México, el producto por habitante creció 2% por año durante la década pasada, mientras que el promedio de la región fue de 4%.
“Este lento crecimiento ha hecho que el nivel de ingreso por habitante del país se haya estancado y represente un tercio del nivel del ingreso por habitante en los Estados Unidos. En contraste, otros países con rápido crecimiento, como los llamados Tigres Asiáticos, han acortado aceleradamente esta brecha y hoy tienen niveles de vida que representan 60-70% del nivel estadunidense”.
El funcionario del BM lamentó que el crecimiento económico de México, además de ser muy bajo, también sea excluyente: “Luego de una década de avances en reducción de la pobreza, cifras recientes indican que ésta ha vuelto a incrementarse.
“En buena parte por el peso de la crisis global de 2008-2009, que México debió soportar con mayor intensidad por su vinculación al mercado estadunidense. Para el año 2010, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 40.3 millones de habitantes vivían en pobreza moderada y 11.7 millones en pobreza extrema”.
“Si bien podemos destacar los avances en la disminución de la población vulnerable entre 2008 y 2010, lo cierto es que en 2010, 57.7 millones de personas se encontraban en pobreza de patrimonio, 12.2 millones más que en 2006, y que los niveles de población vulnerable han aumentado.
“Por ello es fundamental el establecimiento de políticas públicas integrales que reduzcan el número de personas vulnerables. Ingreso, educación, salud, acceso a redes de protección social, todas van de la mano”.
En su turno, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcenas, encomió la prudencia en el manejo de las finanzas públicas de México, así como sus equilibrios macroeconómicos.
Sin embargo, dijo, ello no ha sido suficiente, pues en las últimas décadas el promedio anual de crecimiento para México no superó 2.9%, insuficiente para generar los empleos que necesita el país de más de un millón de fuentes de trabajo.
Y la “llave maestra” para reducir la desigualdad es el empleo, dijo.
También coincidió en que el gran pendiente de México es reducir la desigualdad y la pobreza, sobre todo: Mientras en América Latina la pobreza se redujo en casi 20 puntos porcentuales, al pasar de 48 a 30.4%, en México es ahora de 36%, y la extrema pobreza es de más de 10% de la población”.
Finalmente, el último orador, antes de la declaratoria inaugural por parte del presidente Peña Nieto, fue José Angel Gurría, secretario general de la OCDE.
Habitual en él, con vehemencia y sin tapujos, calificó de “muy ambiciosa” la agenda de cambios que está proponiendo el gobierno de Peña Nieto, y de “valerosas y trascendentes” las decisiones que está tomando.
Sin embargo, dijo, “hay que reconocer que venimos de atrás. “Hay razones objetivas para el optimismo, sobre todo en el terreno de la gobernabilidad política, pero las reformas propuestas ya no son una opción: constituyen una absoluta necesidad, indispensable, inaplazable, urgente.
“Hoy –agregó– hay una suerte de “luna de miel” en los medios, en los mercados y en la opinión pública nacional e internacional respecto de México y su nuevo liderazgo. Ha cambiado el color, el tono y la temática. Inclusive se ha logrado que se deje de vincular al país sólo con el tema la seguridad. Esto es ya de por sí un gran logro. Pero es solamente el comienzo.
“Por otro lado, las ‘lunas de miel’ suelen ser de corta duración. En el mejor de los casos, en la jerga política, se habla de cien días.”
Por ello, dijo, el mensaje que se quiere dejar en el foro “es el de evitar la complacencia y mantener un sentido de urgencia en el proceso de reformas del país. Insisto, el atraso de México es considerable”.
Llamó al gobierno mexicano a superar ese atraso, a recuperar el tiempo perdido.
Expuso: “Hay que decirlo con claridad: sin mejorar los resultados de la educación, y crear las condiciones para la innovación, este país no marcha. Sin aumentar las capacidades de los trabajadores en activo, este país no marcha. Sin promover una transición hacia un crecimiento verde, este país no marcha. Sin aumentar la competencia en todos los sectores, este país no marcha.
“Sin mayores y mejores servicios sociales, este país no marcha, Y sin mayores ingresos fiscales para financiarlos, este país no marcha.”
Hizo un listado de los principales ‘cuellos de botella’ que impiden que México supere su atraso, pero enfatizó en la reforma fiscal:
“Lo hemos repetido una y otra vez hasta el cansancio desde hace 15 años: la reforma fiscal es la más urgente de todas porque les da viabilidad a las demás. Hoy en México muy pocos pagan impuestos y muchos de los que pagan, pagan menos de lo que debieran.
“Esto tiene implicaciones no sólo para el funcionamiento y el financiamiento del Estado, sino que explica también, ante la falta de recursos para tener mejores esquemas de solidaridad social, la creciente polarización política y social.
“Se habla de Grecia, de Italia, de España o inclusive de Francia o de los propios Estados Unidos, y de la necesidad de que estas economías adopten reformas estructurales y ajusten sus finanzas. Esto es cierto y la OCDE trabaja ya con muchas de estas economías y sus líderes políticos para promover y apoyar los necesarios procesos de reforma.
“Pero no nos engañemos, a pesar de su crisis actual, el nivel de bienestar, la riqueza acumulada, la capacidad institucional, la calidad de los servicios públicos, en resumen, la calidad de vida de su población (de los europeos), colocan a estos países en niveles muy superiores a los de México, donde todavía enfrentamos grandes retos de pobreza, de educación, de productividad, de corrupción, de desarrollo institucional, de eficiencia, que hay que abordar sin demora.
“La urgencia de las reformas se manifiesta en nuestro altísimo nivel de desigualdad y su lacerante impacto en la dignidad de nuestra gente, en la capacidad de crecimiento de la economía, en la cohesión social y la seguridad del país. La diferencia de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre en el país es de 27 a 1 (en comparación con una relación de 9 a 1 en el promedio de la OCDE).
“La urgencia de las reformas se manifiesta también en el hecho de que en años recientes México ha gastado más en subsidiar el consumo de energía que en los programas para combatir la pobreza, un despropósito que es indispensable enfrentar y corregir.”
Luego del largo recuento de las razones que dan urgencia a las reformas, Gurría, como sus colegas, se puso a las órdenes de Peña Nieto:
“Cuente usted, señor presidente, con la OCDE y las otras organizaciones aquí presentes para ‘mover a México’, como usted dice, y para apoyar a su gobierno en el diseño, promoción, negociación y puesta en práctica de las mejores políticas para una vida mejor”.