MÉXICO, D.F. (apro).- Por donde se le vea, la reforma hacendaria anunciada por el presidente Enrique Peña Nieto traerá consecuencias poco favorables para la economía mexicana.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la reforma —que ahora está en el terreno del Poder Legislativo para su discusión— dificultará que la economía despegue ya que los ingresos de las familias de la clase media serán menores, ante una mayor carga de impuestos, los cuales podrían ser ocupados para la informalidad.
En rueda de prensa, el vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Jonathan Heath, señaló que “si el gobierno toma estas medidas de disminuir el ingreso disponible de las familias para usar ese dinero y distribuirlo a informales o sectores poco productivos el impacto será negativo”.
Según el IMEF, la economía mexicana está en recesión, pese a que la semana pasada el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, consideró que el flaco crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) es sólo parte de la desaceleración.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), varios indicadores macroeconómicos se encuentran en la fase recesiva del ciclo económico, como la actividad económica mensual, la actividad industrial, la tendencia del empleo, las exportaciones no petroleras, entre otros.
“(La recesión) no es nada profunda, es bastante ligera, es una recesión al fin y al cabo”, precisó Heath. De hecho, el especialista redujo su pronóstico de crecimiento de México para 2013 de una tasa de 2.7% a una de 1.5%.
Con este escenario se inserta la reforma hacendaria, la cual pretende poner tasas impositivas en la compra-venta y renta de inmuebles, homogeneizar el IVA en los estados fronterizos (a 16%), poner impuestos a la comercialización de animales y sus alimentos, incrementar el IVA a refrescos y chicles, de igual manera que en el transporte foráneo. Además de eliminar el régimen de consolidación fiscal e incrementar el ISR a quienes ganan más de 40 mil pesos brutos mensuales, así como a las empresas, principalmente.
Para el organismo financiero, no es el mejor momento para lanzar una reforma con estas características ya que no incentiva la inversión, disminuye el poder adquisitivo de las familias, además de que las propuestas en materia del Código Fiscal dan una conjunción de facultades a la autoridad para ser más arbitrario.
“En materia de Código Fiscal advertimos una cantidad excesiva de medidas fiscalizadores, lo que podría dar lugar a ejercicios arbitrarios con las mayores facultades que se les da a las autoridades”, consideró el especialista.
Jonathan Heath comparó la situación actual con la recesión económica de Estados Unidos en 2009, donde el gobierno optó por devolver impuestos a los hogares con la finalidad de incentivar el consumo. “No se les quitan sus ingresos cuando se está en recesión o desaceleración sino se les devuelve, esa es una política contracíclica y no al revés”, sentenció.