Alertan empresarios de riesgos estructurales en la economía mexicana

jueves, 2 de junio de 2016 · 19:25
CIUDAD DE MÉXICO (apro).— La cúpula empresarial encendió las luces de alarma ante los riesgos estructurales que enfrenta la economía mexicana, la cual continúa creciendo, pero sólo de manera inercial y por cuestiones coyunturales en un entorno marcado por la incertidumbre en el sector externo. En rueda de prensa, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón sentenció: “Hay varios flancos débiles que pueden afectar ese paso y generar riesgos importantes si no actuamos. Además, se trata de desequilibrios que lejos de presentar tendencias de ajuste o solución, han venido ampliándose de manera consistente”. Lejos del discurso oficial que percibe una economía pujante después de la implementación de las reformas estructurales, la iniciativa privada exigió un diagnóstico objetivo de la situación vigente y las perspectivas de la economía nacional, “se necesita de acciones contundentes para ajustar las vulnerabilidades que generan riesgos importantes en el corto y en el mediano plazo”. Si bien México registra una inflación en niveles mínimos, con un consumo creciente que es impulsado por la recepción de remesas provenientes de Estados Unidos, así como el alza en el crédito al consumo otorgado por la banca comercial, existen flancos que debilitan a la economía. De entrada, la disminución de los ingresos petroleros exigió desde el año pasado un ajuste a las finanzas públicas, en las que también se vio sacrificado el gasto público. Sin embargo, para el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), hace falta un recorte adicional al presupuesto de unos 300 mil millones de pesos, es decir, tres veces mayor al anunciado para este año. La situación no es fácil. Según el especialista, el gasto mostró una reducción del 3.3% en el primer cuatrimestre del año, explicada sobre todo por la fuerte reducción en inversión física, de casi 50 mil millones de pesos, con respecto al mismo periodo del año anterior. En contraste, los renglones de pensiones, subsidios y costo financiero suben de manera importante. “Desafortunadamente, la reducción del gasto, en lugar de ser en subsidios que no generan crecimiento, se ha concentrado en la inversión física, que tiene costos muy altos para la economía. No la dinamiza; no complementa ni induce a la inversión privada, ni genera empleos permanentes y detiene nuestra productividad y por tanto nuestra competitividad”, enfatizó Castañón. Las cifras no cuadran para el organismo cúpula. A pesar de la reducción en la inversión pública durante varios años, se ha incurrido en déficit y se anticipa que en 2016 esta situación se mantendrá, incluso con déficit primario –esto es sin incluir los intereses pagados por la deuda- lo que implica que la deuda seguirá creciendo. De hecho, en los pre-criterios de política económica para el 2017 no se plantea una desaparición del déficit público – porque se calcula que será del 3%-, pero sí del déficit primario, para ubicarlo en un superávit de 0.2 % del Producto Interno Bruto (PIB). La mala noticia es que en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, la deuda se ha incrementado de 39.3% a 50.6% como proporción del PIB. Esta cifra incluye la deuda de estados y municipios. A decir, del líder empresarial, la única manera de que no siga creciendo la deuda como proporción del PIB, sería lograr un superávit primario del 1.5% del PIB, muy superior al planteado en los pre criterios del 2017, que lo fijan en el 0.2% estimado como meta para el año próximo. “Esto quiere decir que si no tenemos un superávit del 1.5% y se mantiene este precriterio del 0.2%, la deuda durante el resto del 2016 y en el 2017 seguirá incrementándose, acompañada por un aumento del pago de intereses, incidiendo negativamente tanto en las finanzas públicas como en la balanza de pagos”, alertó en el Club de Industriales. Eso es en lo que respecta al manejo de las finanzas, no obstante, la volatilidad de la economía mundial siguió incidiendo en el tipo de cambio que en las últimas semanas aceleró su depreciación del peso, para llegar a acercarse a los 19 pesos por dólar. Para el CCE no hay otra alternativa que las importaciones se reduzcan en el mediano plazo – es decir que produzcamos más en México-; de lo contrario, se puede propiciar una disminución de las reservas internacionales, que solo se evitaría, ya sea con una mayor depreciación del tipo de cambio, un aumento de las tasas de interés o con una combinación de ambas. La otra solución, explicó, junto con el gasto público, es que la inversión extranjera siga aumentando y lo cubran entre ambos. Sin embargo, México cayó de la posición nueve a la 18 como atractivos de la Inversión Extranjera Directa, según el despacho internacional AT Kearney. Así las cosas, el sector empresarial llegó a la conclusión de que el crecimiento de la economía mexicana se debe principalmente a cuestiones coyunturales. “Aunque hay factores que han favorecido la evolución del consumo interno en nuestra economía, es importante señalar que han respondido en buena medida a eventos coyunturales – como las remesas, el tipo de cambio, el gasto electoral y el crédito al consumo- por lo que no es definitivo que se puedan mantener en el mediano y largo plazos”, advirtió el líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

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