El ajuste tardío en el precio de la gasolina provocó 'un gran brinco” en la inflación: Carstens

lunes, 27 de noviembre de 2017 · 13:24
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, admitió que el precio de la gasolina interna no se ajustó a la velocidad que debió haberse hecho, y “eso fue lo que nos dio un gran brinco de la inflación a los niveles actuales”. Tras señalar que mantener baja y estable la inflación es, precisamente, el mandato del gobernador del Banxico, precisó que se trata de un proceso bastante complejo que se mide a través del índice nacional de precios al consumidor, donde más de 200 genéricos se miden por todo el territorio nacional. “La inflación es el promedio del aumento de precios de esos productos, y hay momentos que un precio sube más que los otros y ese precio puede provocar una variación importante en ella”. En 2014, sostuvo, “nos generó problemas el precio del petróleo”. Reconoció que uno de los impactos que se está viendo ahora es que “no ajustamos el precio de la gasolina interna a la velocidad que se debía ajustar, nuestros precios se rezagaron y el subsidio se terminó pagando en 2017, eso fue lo que nos dio un gran brinco de la inflación a los niveles actuales”. En entrevista para Estrictamente Personal, el gobernador del Banxico defendió que eliminar el subsidio “fue adecuado, porque esos recursos pueden tener fines alternativos, y aunque mucha gente no lo crea, el subsidio es regresivo”. Carstens, aseguró que para ser gobernador del Banco de México “hay que generar piel dura y nervios bien atemperados”, y el punto fundamental para los encargados de la macroeconomía, dijo, es ver los grandes agregados, pero el objetivo final es generar el empleo y mayores salarios. Destacó que cuando México tuvo inflaciones de tres o dos dígitos fue cuando más se diluyó el salario de la gente y el poder adquisitivo de las pensiones sufrió muchísimo. “En los últimos diez años hemos tenido un entorno económico mundial muy complicado; la crisis financiera no se ha resuelto, pero los bancos centrales se deben coordinar para ir retirando el apoyo extraordinario”, apuntó. Señaló que si el Banxico no hubiera actuado a tiempo “habría una deuda sobre el PIB (Producto Interno Bruto) más grande; el gobierno seguiría pidiendo prestado para seguir financiándose, con más tasas de interés altas y más deuda para las familias, (porque) al pedir dinero prestado, el gobierno desplaza al sector privado y eso tiene consecuencias”. De acuerdo con Carstens, es necesaria una política fiscal “donde tengamos control de deuda. México –añadió-- había llegado a niveles cercanos de 50% del PIB en deuda y eso llevaba a que bajaran la calificación y nos habría llevado a un círculo vicioso del que era más difícil salir”. Explicó que el movimiento que ha llevado al tipo de cambio a los niveles actuales empezó “con los petro-precios, desde mediados de 2014; después, entre 2014 y 2015, la Reserva Federal empieza a modificar los estímulos monetarios, lo que quiere decir que las tasas de interés empiezan a subir, haciendo menos atractivas las inversiones en México; eso explica el factor hasta 2015, y desde 2015 a 2016 se puede mapear el movimiento de tipo de cambio a como iban las encuestas en el proceso electoral de Estados Unidos”. Detalló que tuvieron que subir las tasas de interés “porque hemos sido afectados por estos choques. Fue la caída del precio del petróleo y la caída de la producción. Teníamos casi 3 millones de barriles diarios y ahora estamos en menos de 2 millones”, aunque también influyó el “tema del presidente (Donald) Trump, al enfocarse en su discurso y en sus acciones de manera tan persistente en temas de México”. En términos de crecimiento, reconoció, “quizá un poco lo que sucedió es que se esperaba, al inicio de la administración del presidente Peña Nieto, que la economía creciera más rápido una vez que las reformas estuvieran en marcha, eso no se dio, porque la implementación fue más lenta y por la atonía de la economía mundial, por eso la razón de deuda sobre el PIB”. Destacó que el aumento de tasas de interés ha sido necesario para equilibrar la economía, porque “las tasas que han subido son las de corto plazo, las expectativas cuentan mucho, no sólo en el tipo de cambio, sino en la tasa de interés”. Precisó: “Ahora los mercados esperan que el próximo año la inflación tienda al 3% y entonces se puede bajar la tasa de interés”. Antes de que el presidente Enrique Peña Nieto anunciara esta mañana el relevo de José Antonio Meade como titular de la Secretaría de Hacienda, Carstens señaló que el nuevo secretario, José Antonio González Anaya, “tendría que trabajar sobre lo que legisló el Congreso; le toca aplicar lo que legisló el Congreso, así que ya tiene un mapa de acción bien planteado”. Según Carstens, uno de los factores que inhibe el crecimiento es “la inseguridad, porque genera pocos o nulos incentivos para invertir en ciertas regiones, y si no hay inversiones se reduce la producción y suben los precios; eso va en contra de lo que queremos”. La inseguridad genera “una reacción muy adversa; tiene un impacto importante desde el punto de vista regional. Si tenemos una circunstancia en la cual el riesgo de invertir es muy alto por la inseguridad, eso tiende a ser contractivo, la gente pierde la confianza para invertir y eso afecta el crecimiento”, apuntó. En este momento, reconoció, “no está creciendo la economía como debería y con una distribución geográfica que no es la mejor, porque necesitamos que el país crezca más”. Señaló que el país tiene “gente talentosa; tenemos una vocación a la productividad y eso nos permite exportar, el mercado interno es grande y esa estabilidad es fuente de seguridad”. Finalmente señaló que al dejará al Banxico con 172 mil millones de dólares de reservas internacionales y una línea de crédito de 85 mil millones de dólares, que no se ha ejercido, pero está. “Dejamos el banco con mucho parque”, subrayó. Y admitió que “el momento de mayor preocupación ha sido la etapa postelectoral en Estados Unidos, porque hay un fenómeno que viene de fuera que es difícil de leer, difícil de entender sobre el que no tenemos control y es un factor impredecible, por lo que hemos tratado de buscar certidumbre en otros lados”.

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