CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Si el gobierno federal quiere enviar el mensaje de un manejo “más responsable y prudente de las finanzas públicas” a los mercados financieros y agencias calificadoras, tendrá que cumplir las metas planteadas en los Pre-Criterios de Política Económica 2018, en especial los relacionados con la consolidación fiscal, señaló BBVA Bancomer Research. En su análisis, los economistas Carlos Serrano y Arnulfo Rodríguez precisaron que el gobierno está obligado a cumplir dos indicadores: el superávit primario revisado al alza, de 0.4% a 0.5%, y el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros para el Sector Público (SHRFSP) previsto a la baja, de 50.2% a 49.5% del PIB. “El cumplimiento de la nueva estimación de 49.5% del Producto Interno Bruto por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) enviaría una señal positiva a los mercados financieros y agencias calificadoras en relación con el compromiso del gobierno federal de un manejo más responsable y prudente de las finanzas públicas”, destacaron los expertos de BBVA Bancomer. En su reporte, el grupo financiero recordó que esas dos revisiones no toman en cuenta el Remanente de Operación del Banco de México (ROBM), de 321 mil 653 millones de pesos. De hecho, la incorporación de dicho remanente, sin sorpresas macroeconómicas negativas, implicaría que las estimaciones para los indicadores mencionados se establezcan en 1.6% y 48.0% como proporción del PIB, respectivamente. “De materializarse la evolución esperada para los dos indicadores mencionados, se estarían recogiendo los primeros frutos de la consolidación fiscal llevada a cabo en años recientes. Desde 2008 no se ha visto un superávit primario en las finanzas públicas, mientras que el SHRFSP (como proporción del PIB) no ha dejado de aumentar desde ese año”, aseguraron los especialistas. Agregaron: “Indiscutiblemente, la obtención de superávits primarios significativos (como proporción del PIB) en este año y los siguientes es una condición necesaria para ir reduciendo la participación del endeudamiento público en el PIB”. Sin embargo, los riesgos están presentes, por lo que BBVA Bancomer consideró que el país debe cumplir sus metas de forma “imprescindible” para que disminuya la posibilidad de observar una reducción en la calificación soberana de México. De otra manera, señaló, las consecuencias serían catastróficas: “Es importante mencionar que si bien los mercados anticipan la reducción en dicha calificación en un escalón, esta acción podría aumentar la posibilidad de observar flujos de salida de capital y complicaría la posición financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) por el incremento en sus costos de fondeo. Asimismo, una revisión a la baja en esta calificación sería difícil de absorber en el actual contexto internacional de normalización de la política monetaria en Estados Unidos y de relativos bajos precios del petróleo”. En los Pre-Criterios de Política Económica 2018, la SHCP previó un crecimiento de la economía mexicana en un rango de 1.3% a 2.3% para el presente año, mientras que para 2018 el PIB se ubicará entre 2.0% y 3.0%. Por el lado del gasto, la dependencia federal adelantó un ajuste moderado en el gasto equivalente a 0.2% del PIB con respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación de 2017. Pero BBVA Bancomer advirtió que asumiendo que se cumple con el ajuste al gasto mencionado, es importante mencionar que el logro de estas metas depende en gran medida de una evolución favorable tanto de los ingresos tributarios como del gasto no programable. “Ante la disipación de la gran incertidumbre ocasionada por el efecto (Donald) Trump y el futuro de la relación comercial entre México y Estados Unidos, esperamos tanto una aceleración en el crecimiento económico en 2018 como una mayor estabilidad en el tipo de cambio. Estos dos factores contribuirán al comportamiento favorable de los ingresos tributarios y el gasto no programable”, concluyó.