CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– El gobierno de Andrés Manuel López Obrador justificó la caída del gasto público por la entrada en vigor de medidas de contención a través de una nueva estrategia integral que favorece el manejo prudente y responsable de los recursos públicos, centrada en vertientes que permiten generar resultados de alto impacto. De acuerdo con el documento del Primer Informe de Gobierno, entre enero y junio de 2019 el gasto neto pagado se redujo 174 mil 484 millones de pesos por las siguientes situaciones: Hubo reducción de la carga fiscal asociada al gasto en servicios personales de servidores públicos de alto nivel, adelgazamiento de las estructuras organizacionales y la no asignación de recursos a los seguros de separación individualizado y de gastos médicos mayores de los servidores públicos de confianza. Asimismo, se registró una contención de recursos en diversas partidas del gasto de operación, tales como: servicio de energía eléctrica, subcontratación de servicios con terceros, viáticos nacionales para servidores públicos en el desempeño de funciones oficiales, pasajes aéreos nacionales para servidores públicos de mando en el desempeño de comisiones y funciones oficiales, y estudios o investigaciones, entre otras. Además, el gasto programable fue inferior al presupuestado debido a menores erogaciones de la Administración Pública Centralizada, de los organismos bajo control presupuestario directo (IMSS e ISSSTE), de Pemex y de los entes autónomos. Lo que a la vez se explicó por la reconfiguración de los programas sociales y los cambios en la política de adquisiciones, encaminados a mejorar la efectividad y eficiencia del gasto público. Por su parte, la disminución en el gasto no programable respecto al programa es atribuible a un menor pago de Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores (ADEFAS) y de costo financiero, así como a menores participaciones a los estados y municipios, esto último por la disminución de la recaudación federal participable.