Inflación

La inflación cede en la primera quincena de enero, se ubicó en 7.13%

En la primera quincena de diciembre pasado la tasa anual inflacionaria se ubicó en 7.45% menor al dato de 7.70 por ciento de la última quincena de noviembre.
martes, 25 de enero de 2022 · 07:55

CIUDAD DE MÉXICO (apro).—La inflación cedió levemente en la primera quincena de enero al registrar una tasa anual de 7.13%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En la primera quincena de diciembre pasado la tasa anual inflacionaria se ubicó en 7.45% menor al dato de 7.70 por ciento de la última quincena de noviembre.

Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente, la cual se obtiene eliminando del cálculo los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado, alcanzó una variación anual de 6.11%.

Por su parte, la inflación no subyacente se ubicó en una tasa de 10.21% en los primeros 15 días de enero, este índice lo integran solo los productos agropecuarios, los energéticos y las tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno.

En la primera quincena de enero, los productos que más aumentaron sus costos fueron el limón en 36.84%; papa y otros tubérculos, 11.62%; los cigarrillos, 3.62%; y en menor medida, el pollo, los automóviles, la carne de res, los plátanos, restaurantes y similares, así como la gasolina de bajo octanaje.

En contraste, disminuyeron los precios del jitomate, transporte aéreo, gas doméstico LP, el tomate verde, el chile serrano, toallas sanitarias, el chile poblano, chile serrano y el detergente, entre otros.

De acuerdo con HR Ratings persisten los riesgos al alza para la inflación en un contexto en el que la formación de precios está siendo afectada por las presiones en el frente doméstico e internacional.

Entre los principales riesgos al alza en el entorno nacional destacan: las presiones al alza de la inflación subyacente derivado de los cambios en la dinámica de consumo de la población, la cual destina la mayor parte de su ingreso disponible para comprar bienes considerados esenciales, al mismo tiempo que la demanda por servicios también está retomando fuerza.

Por otra parte, los costos a los que se enfrentan los productores, los cuales podrían incrementarse por problemas logísticos o de escasez, derivado de las disrupciones en las cadenas de suministro, por incrementos en los precios de insumos básicos con el gas LP o las gasolinas, o por los aumentos salariales.

Además, los episodios de depreciación cambiaria, especialmente a partir de que la Reserva Federal (Fed) comience a subir su tasa de interés de referencia; y aumentos adicionales en los precios de los productos agropecuarios y energéticos.

 

 

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