En Veracruz, guerra sucia y guerra real

miércoles, 1 de junio de 2016 · 08:19

El torneo de lodo en que los partidos, y sobre todo los primos Yunes, convirtieron la elección en Veracruz tiene como fondo una de las obras más notorias de Javier Duarte: la expansión de la violencia criminal y la descomposición del gobierno. Sin embargo, el terror y la inseguridad pueden inhibir el voto ciudadano y favorecer el corporativo, es decir, al PRI.

XALAPA, Ver. (Proceso).-  Los candidatos a gobernador Cuitláhuac García Jiménez, de Morena; Miguel Ángel Yunes Linares por la coalición PAN-PRD; y Héctor Yunes Landa, del PRI, aseguran que van en primer lugar de las preferencias electorales.

Sólo que, en la versión de García Jiménez, el que lo sigue de cerca es Yunes Linares; mientras que éste indica que va “10 puntos arriba” del candidato de Morena. A su vez, Yunes Landa afirma que su ventaja sobre el aspirante de Morena es de seis puntos y que su primo hermano postulado por el PRD y el PAN ya se refundió al tercer lugar.

En tanto, el Veracruz de Javier Duarte –el gobernador del partido de Yunes Landa– sigue convulsionado por la disputa de plazas entre Los Zetas y el Cártel de Jalisco Nueva Generación.

La madrugada del domingo 22 en Xalapa, un comando abrió fuego contra los asistentes a la discoteca Madame; mató a cinco personas e hirió a 14. En la misma fecha, dos presuntos integrantes de Los Zetas fueron abatidos en el bar Bulldog de Orizaba. Al día siguiente se localizaron cinco cuerpos desmembrados en el kilómetro 300.5 de la carretera Córdoba-La Tinaja, en el municipio de Amatlán de los Reyes; así como, en Jamapa, los restos de dos hermanos con el tiro de gracia.

Varios analistas han señalado en la prensa local que en procesos electorales anteriores se demostró que los escenarios de violencia previos a los comicios inhiben la salida masiva de votantes a las urnas, la participación no llega ni a 50% del padrón y eso beneficia al voto duro priista.

Guerra sucia

Aunque hay siete candidatos a suceder a Duarte, las encuestas de Berumen, Arroyo, Reforma y El Financiero, entre otras, sólo consideran viables las aspiraciones de los tres mencionados, de los cuales García Jiménez es un novato en el servicio público y los primos Yunes tienen antecedentes negativos en gobierno y seguridad pública.

El candidato de Morena, hijo del exdiputado local del PRD Atanasio García, es profesor de la Universidad Veracruzana. Actual legislador federal con licencia, no ha tenido participación sobresaliente en la tribuna de San Lázaro, pero hace activismo desde su columna semanal en el diario La Jornada Veracruz.

La única postura férrea que se le recuerda es haber participado en la defensa de los profesores de la CNTE y de sindicatos magisteriales disidentes cuando éstos fueron golpeados por policías vestidos de civil y por elementos de la Fuerza Civil durante la evaluación docente correspondiente a la reforma educativa, en noviembre de 2015. Las fotografías de García Jiménez jaloneado por policías estatales se hicieron virales en las redes sociales.

Yunes Linares dijo de él: “En varias ocasiones le propuse que actuáramos en conjunto para aterrizar cosas por el bien de Veracruz. No quiso, porque Morena es una secta con un gurú que no les permite tomar decisiones, él tiene quien le ordene (en alusión a Andrés Manuel López Obrador). La impresión que tengo es que es una buena persona, pero Veracruz requiere gente con experiencia y él no la tiene”.

Al notar el crecimiento de Morena en las encuestas durante las últimas semanas, Yunes Landa también atacó a Cuitláhuac García, con un intento de vincularlo al gobernador priista Javier Duarte:

“Sé de las visitas constantes de Cuitláhuac a Casa Veracruz. Va a casa de gobierno de manera constante, eso sí lo sé. No sé qué platican, lo supongo, de que entra en un vehículo en el que después sale con mayor peso (sic). Tradicionalmente, el señor Andrés Manuel López Obrador ha sido muy atento con el gobernador de Veracruz, como que traen ahí algunas pláticas”, elucubró el martes 24 ante los micrófonos de MVS Radio.

Yunes Landa fue subsecretario de Gobierno en la administración de Fidel Herrera, de 2004 a 2007, cuando la violencia empezó a escalar de forma alarmante en el estado. En marzo de 2007, cuando ocurrió la matanza de Villarín, donde cayó abatido el capo Efraín Teodoro Torres, El Z-14, el hoy candidato priista aún era el encargado de la política interna y la gobernabilidad.

Recientemente se difundieron masivamente en spots de radio y en redes sociales varios audios y videos donde Yunes Landa dice una y otra vez que el gobernador Javier Duarte es “su jefe político”. Y recientemente el portal digital Informe Rojo publicó fotografías de una comilona donde aparece Pancho Colorado, sentenciado a 20 años de prisión en Estados Unidos por lavar dinero de Los Zetas, y a su lado Héctor Yunes y el senador José Yunes, ambos priistas.

Un texto anexo a esas imágenes asegura que Colorado le pide a su vástago fortalecer sus relaciones con los priistas para que los negocios no se caigan ahora que él está en la cárcel. El sustento del texto es la transcripción de una llamada telefónica, de una Corte de Texas, en donde el criminal le pide a su hijo Francisco Colorado Cebado “acudir con su amigo” Héctor para que le lleve “marisco” en las “hieleras”, lo cual fue interpretado como el envío de dinero para sobornos.

Yunes Landa pasó dos tercios de los dos meses que duró la campaña electoral arremetiendo contra su primo hermano, el candidato del PAN-PRD. Lo acusó de pederasta, enfermo sexual, corrupto, traficante de influencias, de vínculos con el crimen organizado y de haber desviado cientos de millones de pesos cuando fue director general del ISSSTE, en el sexenio de Felipe Calderón.

Yunes Linares respondió: “Nos criamos como hermanos, pero él escupió el apellido Yunes. Fue muy vil, hubo bajezas inconcebibles. Que se metiera conmigo no era problema, pero que se metiera con mi hijo Omar, que ni siquiera está en política; con mi familia, que ofendiera el apellido, eso no lo permito. Héctor la perdió para siempre conmigo”.

Con todo, el historial de Yunes Linares no es muy distinto. Oficinas alternas de prensa identificadas con el gobierno de Duarte han hecho circular en decenas de correos electrónicos unas fotografías donde se observa al exdirector del ISSSTE sonriente junto a Pancho Colorado; otras donde, en la elección federal de 2012, levanta la mano de Miguel Colorado Cessa –hermano de Pancho–, quien fue candidato a la alcaldía de Tuxpan por el PRD.

Este semanario publicó una fotografía de la entonces titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, en un acto de campaña de Miguel Colorado Cessa, quien puso avionetas a su disposición. Según funcionarios de Duarte, el gestor de las aeronaves fue Yunes Linares (Proceso 1859).

Y Álvaro Delgado, en su columna semanal de la página proceso.com.mx, ­exhibió una residencia que el candidato de la coalición Para Rescatar Veracruz tenía oculta en el exclusivo barrio Palmira, de Cuernavaca. Según el periodista, Yunes Linares la adquirió en 2007 junto con Sandra Alicia Ortega Rivas, su colaboradora en el ISSSTE, mediante un crédito con el Grupo Financiero Banorte por 4 millones 192 mil 650 pesos, a pagar en 15 años, con una tasa de interés de 11.9% anual.

Yunes Linares fue secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en el último tramo del sexenio de Vicente Fox, recordado por la acelerada descomposición de los penales del país y por la primera fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.

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