La minigubernatura, último boleto de Moreno Valle para subirse al 2018
PUEBLA, Pue. (aptro).- Aunque la llamada minigubernatura que se disputará este domingo 5 durará únicamente 20 meses, el gobernador Rafael Moreno Valle ha hecho de todo para asegurar el triunfo de su delfín, Antonio Gali Fayad, con lo que mantiene vigentes sus aspiraciones de aparecer en la boleta electoral de 2018.
Al cerrar campañas, sus opositores acusaron a Moreno de usar electoralmente programas de gobierno y boicotear eventos, pero también de espiar, intimidar y perseguir a simpatizantes, además de desviar recursos, entrometerse en las decisiones de los partidos políticos, controlar órganos electorales y medios de comunicación y presionar a alcaldes, a uno de los cuales mandó a prisión.
Y es que en este año electoral el mandatario poblano repartió 20 mil tinacos, 800 mil mochilas e igual cantidad de uniformes escolares, así como mesa-bancos, pañaleras con artículos para bebés, mochilas fumigadoras y carretillas para campesinos. Todos en color azul.
Incluso iluminó con ese color el Mausoleo de Ignacio Zaragoza, las torres del teleférico y edificios y puentes que se construyeron en su administración. Y también ordenó repintar de azul las ciclovías y escuelas públicas, los asientos del estadio Hermanos Serdán y hasta los techos y paredes de viviendas en algunos sectores de la capital.
También repartió boletos gratis para la reinauguración del estadio Cuauhtémoc y un concierto del cantante Pitbull. Y decretó la entrada sin costo a museos, así como la escrituración gratuita en inmuebles de menos de 550 mil pesos y actas de recién nacidos.
Para tratar de aminorar el descontento social que generó entre los poblanos la aplicación de fotomultas y la privatización del servicio del agua, el mandatario panista anunció una reducción en las tarifas y la supuesta devolución de dinero para los ciudadanos “cumplidos”.
De acuerdo con la Asamblea Social del Agua (ASA), Moreno Valle ha usado a la empresa Agua de Puebla, concesionaria del servicio de agua potable de la zona conurbada, para operar a favor del candidato de la coalición “Sigamos Adelante”, que conforman el PAN, PT, Panal, Compromiso por Puebla y Pacto Social de Integración (PIS).
Semanas previas a las votaciones, en algunos sectores se suspendió el suministro del agua, mientras operadores de Gali Fayad recorrían esos lugares para ofrecer el servicio de pipas a cambio de una copia de la credencial de elector.
Y, el colmo, el mandatario poblano envió a un funcionario de segundo nivel para que pidiera perdón a Elia Tamayo, madre del niño José Luis Tehuatlie, asesinado hace más de dos años por policías, y también a los habitantes agredidos en San Bernardino Chalchihuapan.
No paró ahí. Moreno Valle regresó las oficinas del Registro Civil a las Juntas Auxiliares y ya no interpuso recursos legales para evitar la salida de algunos de los llamados presos políticos.
Es más, grabó un mensaje para Donald Trump en el que le pidió no generar “odio y resentimiento”.
De acuerdo con el politólogo Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla, todo indica que Moreno Valle “está empeñado” no sólo en que Gali Fayad obtenga el triunfo en los comicios, sino que además lo haga con una ventaja de dos dígitos.
Esto, además de dificultar un proceso de judicialización postelectoral, permitiría al mandatario poblano seguir alentando sus posibilidades como aspirante presidencial panista, asegura.
Para Marcos Mazatle, del Movimiento por la Alternativa Social, además de asegurar que le cubran las espaldas, Moreno Valle ve en el triunfo por la minigubernatura “su último boleto para subirse al tren de la carrera presidencial”, luego de que las encuestas nacionales le dan pocas posibilidades de lograr ese objetivo.
“Ha gastado millones y millones en todo su sexenio para tratar de posicionarse como aspirante presidencial, y las últimas encuestas apenas le dan un 8% de preferencias, pero aun así se aferra en su obsesión por el poder y sabe que una derrota en estas elecciones ya lo dejaría por completo fuera de la jugada”, declara el activista.
El PRD estimó que Gali Fayad gastó en su campaña por la gubernatura 93 millones 87 mil 890 pesos, más del doble del tope, que quedó establecido en 44 millones 814 mil 944 para los 60 días que abarcó el período de proselitismo.
Elección de estado
Según Hernández Avendaño, los comicios que se desarrollan en Puebla son sin duda una elección de Estado en la cual la intromisión del gobierno ha llegado incluso a lo burdo.
Es el caso del órgano local electoral, cuya actuación bajo consigna del mandatario estatal fue evidente cuando trató de impedir los registros de las candidaturas de la perredista Roxana Luna y de la expanista, ahora independiente, Ana Teresa Aranda Orozco, ambas consideradas “críticas” del morenovallismo, sostiene.
De hecho, desde finales de 2014 el Instituto Electoral de Puebla intentó cerrar el paso a Morena al negarle el registro, decisión que fue echada abajo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Luego el PRI, el PRD, Morena y la propia Aranda Orozco pidieron al Instituto Nacional Electoral (INE) la destitución de los integrantes del Consejo Electoral, así como la atracción de los comicios, ante la parcialidad mostrada, que se ha puesto en evidencia con más de 20 juicios en los que el TEPJF echó atrás sus decisiones.
Ante esos reclamos, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, accedió a evaluar a los consejeros poblanos, pero hasta después de que transcurran las votaciones del próximo domingo 5.
De acuerdo con Hernández Avendaño, en estos comicios también quedó al descubierto la red de espionaje que opera en Puebla.
Y recuerda que al periódico Reforma le fueron filtrados de manera anónima 271 audios de conversaciones telefónicas atribuidas a un grupo de espionaje que trabaja para el gobierno de Moreno Valle y que estaría a cargo del diputado federal Eukid Castañón y Joaquín Arenal Romero, exfuncionario del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Entre los personajes políticos que fueron intervenidos se encuentra la panista Margarita Zavala, puntera en las preferencias electorales del PAN para 2018, así como el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y la experredista Rosario Robles.
Y las candidatas priista Blanca Alcalá Ruiz y perredista Roxana Luna Porquillo denunciaron ante la Procuraduría General de la República (PGR) al mandatario poblano como responsable del espionaje en sus respectivos medios de comunicación.
El dirigente estatal del PRI, Jorge Stefan Chidiac, consideró que sólo con este tipo de intervenciones telefónicas se pueden explicar operativos instrumentados por el gobierno estatal durante las campañas.
El priista se refirió a tres operativos policíacos que en menos de una semana montaron las autoridades poblanas, incluso en uno de ellos con decenas de elementos para interceptar camiones cargados con propaganda y utilitarios de la campaña de Alcalá y volantes en contra de Gali Fayad.
“Sólo así, con la intervención telefónica, se puede explicar que tuvieran información precisa de la hora y los puntos de llegada de esos camiones”, afirmó.
Mencionó que esas escuchas telefónicas fueron usadas por el gobierno para presionar a alcaldes y a otros actores políticos con los que acordaban apoyos a su partido.
Entre priistas te veas
El politólogo Juan Luis Hernández Avendaño considera que por el perfil de Moreno Valle, más cercano al PRI que al PAN, donde milita, la competencia electoral en Puebla se dará entre un PRI “panizado” y un PRI “tradicional”.
Moreno Valle, dice, representa una facción priista que incluye a los grupos políticos de exgobernadores de ese partido como Melquiades Morales y Mariano Piña, quienes finalmente tomaron por asalto al panismo tradicional y al PRD de Puebla.
“Además –añade– la campaña de la priista Blanca Alcalá no ha sido tan creíble y competitiva porque no está en posibilidades de hacer política de contraste, luego de que las obras y programas que critican del gobierno de Moreno Valle, todas fueron aprobadas por el tricolor en el Congreso del estado”.
Otro punto controversial es que el dirigente estatal y principal vocero durante la campaña priista ha sido el diputado federal Jorge Stefan Chidiac, quien tiene una relación familiar con el candidato panista Gali Fayad, dado de que las esposas de ambos son hermanas.
En el caso de Puebla, apunta el académico, se pone de manifiesto la “domesticación” que el PRI le rindió durante todo el sexenio al morenovallismo, así como las alianzas que el mandatario ha tejido con personajes del gobierno federal.
N obstante, Moreno Valle ha tenido como principales opositores durante su gobierno a militantes de su propio partido, entre ellos los exdirigentes estatales de Acción Nacional, Juan Carlos Mondragón y Rafael Micalco, sostiene.
Y grupos priistas como Antorcha Campesina también figuran entre las fuerzas que se le han sumado al morenovallismo. Aunque su dirigente Aquiles Córdova ofreció su apoyo a la priista Blanca Alcalá, se da por sentado que negoció con Moreno Valle.
Otra característica de la contienda es que desde el arranque de las campañas, Gali y Alcalá se enfrascaron en una guerra de acusaciones mutuas que se centraron en el enriquecimiento ilícito y supuestas corruptelas cometidas durante su despeño como servidores públicos.
A Alcalá se le acusa en anuncios de medios electrónicos, prensa escrita y redes sociales de poseer su “Casa Blanca”, de haber abusado del poder para hacerse de negocios a su paso por la alcaldía de Puebla, y de formar parte del grupo político del exgóber precioso Mario Marín.
A Gali se le señala de poseer una de las casas “más lujosas del mundo”, supuestamente valuada en 70 millones de pesos, y de que sus hijos –supuestamente involucrados en asustos de droga– son propietarios de 10 bares y tres restaurantes de lujo ubicados en el corredor Puebla-Cholula, además de que posee empresas en Panamá.
La mayoría de esa riqueza supuestamente la obtuvo a su paso por la Secretaría de Infraestructura, a inicios del actual sexenio, y luego como alcalde de esta capital.
La resistencia tricolor
Ya en el cierre de las campañas, el PRI se lanzó a la confrontación directa contra el mandatario estatal. Y fue en los últimos actos proselitistas cuando Alcalá mencionó por su nombre a Moreno Valle en sus discursos.
La candidata priista se declaró en “resistencia civil pacífica”, luego de que uno de sus actos en la capital poblana no se realizó por falta de asistentes.
Alcalá acusó a Moreno Valle de amanecer a transportistas con quitarles las concesiones y decomisar sus unidades si participaban en el traslado de simpatizantes al acto de cierre de campaña del PRI en la Junta Auxiliar San Francisco Totimehuacán.
En respuesta, un grupo de militantes priistas realizó un plantón en Casa Puebla, residencia oficial del gobernador, para exigirle que sacara las manos de la contienda.
Las derrotas
Hernández Avendaño asegura que una de las derrotas políticas que ya es un hecho para el mandatario poblano, independientemente del resultado en las urnas, es que se resquebrajó su proyecto de presentarse como posible candidato presidencial de una alianza entre el PAN y el PRD, que lo apoyaron para llegar a la gubernatura en 2010.
Los operadores que el mandatario había introducido en el PRD, Luis Maldonado Venegas, Jorge Benito Cruz Bermudez, Julián Peña y Carlos Martínez Amador, de la corriente Nueva Izquierda, fracasaron en sus intentos por lograr el respaldo perredista para Gali Fayad.
Ello, pese a que recurrieron a múltiples estrategias legales y extralegales, como montar un operativo policiaco y hasta atravesar una grúa para evitar la participación de corrientes opositoras al morenovallismo en la reunión del Consejo Estatal en la que se definiría la política de alianzas del PRD.
Tampoco lograron impedir que ese partido eligiera como su candidata a la gubernatura a la exdiputada federal Roxana Luna Porquillo, contra quien Moreno Valle ha mostrado especial animadversión y su gobierno ha dirigido constantes ataques mediáticos.
En el arranque de su campaña la perredista estuvo acompañada por el dirigente nacional Agustín Basave, quien destacó que la nominación de Luna Porquillo representaba el rescate de su partido como una opción real de izquierda, y de antemano aclaró que Moreno Valle no contaría con su apoyo para 2018. “Conmigo no cuenta”, puntualizó.
Aunque 15 alcaldes perredistas se sumaron a la campaña de Gali Fayad, otros 12 se mantuvieron al lado de Luna y denunciaron que estaban siendo presionados por el secretario de Gobierno, Diódoro Carrasco, para que se sumaran el panista.
Otra derrota para el morenovallismo es la participación como candidata independiente de su antes compañera de partido Ana Teresa Aranda, contrincante por la candidatura panista en 2010, y quien desde su arranque ha sido crítica del gobierno.
Con 14 juicios ante el TEPJF, la expanista logró sobrepasar --dos semanas después de que habían arrancado las campañas-- todos los obstáculos que le impuso el Instituto Electoral de Puebla, que preside Jacinto Herrera Serrallonga, quien antes ser electo era funcionario del gobierno estatal.
Todos los candidatos opositores al morenovallismo, entre ellos el académico Abraham Quiroz, postulado por Morena, han denunciado boicot a sus actos de campaña, así como persecución e intimidación contra sus simpatizantes que trabajan en el gobierno estatal y municipal, en el magisterio o en el transporte público.
En los últimos días de la campaña, Alcalá, Roxana Luna y Ana Teresa Aranda se han unido para exigirle a Moreno Valle, a través de un escrito, que establezca una mesa de diálogo para dar garantías de que los ciudadanos podrán ejercer su derecho al voto en un clima de libertad y seguridad este 5 de junio.