Veracruz: la apuesta de AMLO, Beltrones y Calderón
XALAPA, Ver. (apro).- A sabiendas de que Veracruz será un importante laboratorio electoral para los comicios presidenciales de 2018, el expresidente Felipe Calderón; el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador; el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el coordinador de senadores priistas, Emilio Gamboa, concentraron sus esfuerzos en los cierres de campaña de los candidatos punteros a la gubernatura.
Calderón Hinojosa cerró filas con el expriista Miguel Ángel Yunes Linares, candidato del PAN-PRD, y López Obrador lo hizo con Cuitláhuac García, de Morena, mientras que los priistas Beltrones y Gamboa mostraron su respaldo al senador con licencia Héctor Yunes Landa.
En los pasillos de palacio de gobierno, donde despacha Javier Duarte, una frase peculiar circula entre la clase burocrática: “Sin gubernatura de Veracruz en 2016… No hay 2018”. Por esa razón, aunque Duarte se encuentre confrontado con Yunes Landa, los burócratas y liderazgos priistas de la entidad trabajan duro para que el PRI no pierda la gubernatura. Si así ocurriera, sería la primera vez en su historia.
Tras más de 80 años de gobierno, no es menor la preocupación entre los priistas. Según encuestas de los periódicos Reforma y El Universal, en la elección para gobernador en Veracruz, con siete aspirantes, hay un empate técnico entre los candidatos del PAN-PRD, Morena y el PRI, con una ligera ventaja para los dos primeros.
Peor aún, la encuesta de Berumen e Ipso mandó a tercer lugar al priista Héctor Yunes, y en el primer sitio colocó a Miguel Ángel Yunes y Cuitláhuac García, casi empatados.
En la lista nominal se encuentran registrados 5 millones 670 mil 370 ciudadanos que podrán emitir su sufragio el próximo domingo 5; sin embargo, históricamente la estadística marca que concurren a votar a entre 47% y 51% de los ciudadanos en los 212 municipios de Veracruz.
Cuando en la entidad arrancó la campaña de los candidatos a gobernador, a principios de abril, Héctor Yunes y su primo Miguel Ángel eran los únicos que se veían con posibilidad de triunfo para suceder a Javier Duarte, pero en mayo, en el primer corte de actividades proselitistas, el abanderado de Morena, con el apoyo del presidente nacional del partido, Andrés Manuel López Obrador, empezó a subir en las preferencias electorales.
El resto de los aspirantes, los expanistas Víctor Alejandro Vázquez, de Encuentro Social (PES); Alba Leonila Méndez, del Partido del Trabajo; Juan Bueno Torio, “candidato independiente”, y el expriista Armando Méndez de la Luz, de Movimiento Ciudadano, difícilmente alcanzan entre todos los diez puntos porcentuales de preferencia ciudadana.
Guerra cibernética
Aunque falta sólo un día para los comicios y el periodo de actividades proselitistas ya concluyó, la guerra sucia en las redes sociales continúa sin tregua entre los tres candidatos punteros.
Con el candidato de Morena se crearon páginas y notas informativas apócrifas del periódico Excelcior (sic) donde se asegura que el hijo del exgobernador priista Fidel Herrera será el próximo secretario de Gobierno si gana Héctor Yunes.
También se han creado cuentas publicitarias en Facebook y Twitter en las que tildan a García de “violento” y “visceral”, y le endilgan apodos como “El Maduro” de Veracruz, en alusión al presidente de Venezuela Nicolás Maduro.
En otra campaña del mismo tipo, Héctor Yunes aseguró que el candidato a la gubernatura de Javier Duarte era Cuitláhuac García, y aseguró que con frecuencia éste visitaba al priista en su residencia particular.
En el caso de Yunes Linares, también ha sido vilipendiado en las redes sociales a través de cuentas como “No desaYunesPAN” o “Tumbando Caña”, y se han hecho virales videos musicales donde equiparan al candidato del PAN-PRD con el “Lobo de Wall Street” o lo ridiculizan con la frase “abajo en las encuestas”, para lo cual se echó mano de música tropical y videos capciosos de caninos para burlarse del sobrenombre que los priistas le han endilgado: “el perro pederasta”.
En esas mismas páginas lo señalan de tener múltiples propiedades en Miami y Nueva York, así como en Cuernavaca, y mansiones en Boca del Río y Alvarado, Veracruz, producto del desvío de recursos cuando estuvo al frente de la dirección nacional del ISSSTE.
La guerra sucia emprendida en contra del llamado “candidato oficial”, Héctor Yunes, ha sido muy simple. Sus propios errores en discursos y sus declaraciones a la prensa han servido para desacreditarlo en el ciberespacio.
Aunque el priista se ha desmarcado del gobernador Javier Duarte y ha dicho que sancionará a los actuales funcionarios que han cometido desvío de recursos públicos y saqueos a las finanzas de Veracruz, en cuentas de Facebook publicitarias le han recordado declaraciones y discursos anteriores donde repite sin cesar, una y otra vez: “Javier Duarte es mi jefe político” o “lo digo en privado y en público, es mi gobernador”.
Estas frases han sido retomadas para ridiculizar al candidato priista, quien en los últimos días intentó desmarcarse del gobierno de Duarte, que acumula una deuda pública de 44 mil millones de pesos, con pagos pendientes por más de mil millones a la Universidad Veracruzana y más de 3 mil 500 millones por pagar a contratistas y prestadores de servicios.
Hacia el 2018
En los cierres de campaña los tres punteros a suceder a Javier Duarte pidieron el apoyo de figuras nacionales de sus respectivos partidos políticos. Con Yunes Linares reapareció el expresidente Felipe Calderón, quien en Boca del Río fustigó que él “sí” combatió con “determinación” al crimen organizado, a diferencia del gobendaor veracruzano, cuya policía –subrayó– ha sido entregada a Los Zetas.
“La nueva explotación viene del crimen, en secuestros, en extorsiones. Yo no estuve dispuesto a tolerar eso, combatí con determinación al crimen organizado. Se necesita un gobierno que no entregue la policía a Los Zetas, equis o lo que sea. Hoy se necesita que Veracruz se sacuda, a Veracruz le urge un cambio, necesita despertar”, expresó eufórico Calderón.
Por su parte, el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, retomó las palabras del presidente Enrique Peña Nieto, en el sentido de que hay un “mal humor social”, pues en Veracruz, dijo, esa situación se debe a “tanta pinche tranza”.
El tabasqueño aseguró que si Héctor Yunes gana la gubernatura, se convertirá en un “tapadera” de los dos exgobernadores priistas (Duarte y Herrera) y su gobierno estará cargado de corrupción y enriquecimiento ilícito a costa del progreso de los veracruzanos.
Ajeno a las críticas, el PRI y su candidato Héctor Yunes cerraron la campaña con cifras alegres en Las Choapas –a más de 400 kilómetros de la capital de Veracruz–, y el líder nacional priista, Manlio Fabio Beltrones, afirmó que acumularon las mejores propuestas con un candidato fuerte que, sostuvo, demostró la mayor experiencia para gobernar Veracruz.
Su discurso fue secundado por el propio Yunes Landa, quien aseguró que Veracruz no necesita de alternancia o de experimentos, pues estos –fustigó– se hacen en el laboratorio.