De gira con Luzbel

lunes, 12 de septiembre de 2011 · 13:38
Al Doctor Baltazar Brito. Vengan santos milagreros, vengan raudos en mi ayuda, que la pluma se me anuda, y se me nubla la vista. Suplico que alguien me asista, en una ocasión tan cruda… No, suena mejor con ruda. Así. En una ocasión tan ruda, aunque yo usaría una cadencia rota sobre la última sílaba para crear sorpresa. Todos esperan la tónica para cerrar la copla y lo que queremos es asombrar a los presentes. Con un acorde de sexto grado lo logramos, bueno, lo lográs vos esforzado poeta. Ya noté que convocas a los santos cuando, en realidad, no es la pluma lo que se te atora, sino el entendimiento. Querés forjar un canto que labre tu gloria y te arredras de confesar la proceden… Che, perdonáme, surgen vibraciones de otro sitio. A éste podemos dejarlo dormido que tiene el ego bien dispuesto; cuando se despabile se pondrá a cantar al compás de la vihuela: Que al hombre que lo desvela una pena estrordinaria, con el cantar se consuela. Algo de valía conseguirá. [1] Veamos de qué se trata ahora… ¡Uy, no! ¡Qué flojera! Otro drogadicto que insiste en que hará fortuna con su guitarra eléctrica. Nomás que se le pasó la mano. Se puso a bailar desnudo después de la cocaína, celebrando la falaz ocurrencia. ¡Fucking idiot! En su ignorancia arribó al intervalo de cuarta aumentada creyendo que era él quien descubría la puerta para convocar al demonio. [2] Cierto es que su vida es infernal, empero, no le da derecho a sentirse músico, y menos a engatusar con la vileza de sus alaridos a tanto joven descarriado. ¡Cómo va a tener uno ganas de ayudarlo si lo que pretende vender no es música! Y admite con cinismo que el público paga por aturdirse y que con el cariz “diabólico” de sus piezas se hará rico. Mañana su delirio se trocará en un accidente que le rebane un par de dedos. Tendrá que ponerse a estudiar como un concertista serio. ¡Que le cueste trabajo al infeliz, porque habrá de volverse famoso! [3]


[1] Alusión al poeta José Hernández (1834-1886) y a su Martín Fierro.


[2] Dicho intervalo se conoce desde la edad media como diavolus in musica.
 
[3] Referencia a uno de los fundadores del Heavy metal cuyo nombre no merece mención.
Me he cansado de predicarlo, mas estas nuevas generaciones funden su estulticia en la descomposición del gusto auditivo. Para que una obra merezca ser escuchada debe tener originalidad rítmica, innovación armónica, solidez estructural y variedad melódica. Lo demás son engaños que deben vetarse de los escena… Re mi re, mi fa sol mi mi re… ¿Qué tenemos aquí? Um… Interesante. Un violinista que se recluye en un monasterio para estudiar a conciencia y, nada menos que en los feudos del santurrón de Asís… Vaya, vaya. A juzgar por sus callos ha trabajado con tesón y su sueño es profundo. Bulle de ideas… Peccato que sea tan pedante. Probemos a empujarlo a la duermevela para ver si algo puede hacerse. ¡Qué bonito violín Stainer tienes! ¿De qué año? Del 1679. Es justo cuando lo encarcelan por presunta asociación delictiva con el maligno. ¡Qué iban a saber los inquisidores si el ingenuo laudero alguna vez hizo contacto! De su reclusión en el manicomio tampoco tuve nada que ver. ¿En serio, maestro? Yo no necesito reclutar adeptos, se reclutan solos y ellos mismos se condenan. Entonces, signorino Tartini…despliégame tus anhelos. Entiendo. Quieres escribir una suonata plagada de diabluras para acallar a tus contrincantes, algo inaudito. [4] ¿Por qué no incursionas en el trino? Hay artificios que todavía no se le han ocurrido a ningún mortal. Mira, voy a ejecutar una serie de trinos y sin interrumpirlos les agregaré otras notas… ¡Santa Madonna! ¿Cómo lo hace? Déjeme escuchar otra vez… Eso será parte de tu óbolo para mi causa. Dormi ancora, al despertar encontrarás cómo trasvasarlo a las pautas. Bastó la pequeña demostración para anonadarlo por un rato. Ya se encargará de difundir que la obra que le procuró inmortalidad no fue producto de su fantasía, sino de una visión que recordará en sueños. ¡Ah!, y para templar su pedantería bastará con atizarle la lascivia hacia una doncella prohibida… ¿Cuál será buena? Claro, la favorita del Obispo de Padua. Le vendrá bien huir y esconderse, lo obligará a matar su tedio tocando. En breve descubrirá que las dobles cuerdas generan sonidos concomitantes…


[4] Se recomienda la audición de la sonata Il trillo del diavolo de Giuseppe Tartini (1692-1770). Pulse el Audio 1 (Gil Shaham, violín, Jonathan Feldman, piano. DEUTSCHE GRAMMAPHON, 2000)
Esos son los músicos que requiero, temerarios y eminentes; no la clase de agachados que le besan la mano a clérigos pederas… ¿Qué? ¿Alguien se atreve a emular mi risa? Esto sí me provoca hilaridad… Escuchemos con detenimiento. Otro violinista y para colmo codicioso como buen genovés. No lo hace mal, al contrario, su arco se mueve con una facilidad que hasta envidia me suscita. Afina perfectamente sus terceras pero, ¿de dónde sacó que así me río? [5]


[5] Se sugiere la escucha del capricho n° 13 op. 1 conocido como Il riso del diavolo de Niccoló Paganini (1782-1840).  (Michael Rabin, violinista. EMI CLASSICS, 1993) Pulse el Audio 2
¡Qué curioso, este fulano no me ha solicitado en sueños pero es tan hábil que elabora sus parafernalias para que la superchería popular lo acuse de pacto! Eso sí no se vale; pretende evadir la cuota. Merece sendo escarmiento. ¡Testaferros, traed su expediente!... A su madre encinta se le apareció un ser alado para decirle que él se encargaría de que su hijo fuera el violinista más grande del mundo… ¡Mirad las ínfulas del ángel! Para que luego se quejen de las mías. ¿Qué más? Mujeriego, jugador y amante en extremo del dinero. Por ahí empezamos. Ponedle enfrente una bella sifilítica; los médicos harán el resto suministrándole mercurio. Procuradle fondos para que ponga un Casino, pero después hacedlo caer en bancarrota. ¿Hijos? Aquiles, un pobre bastardo. Le daremos la puntilla con el crío. Deberá cargar con el ataúd de su padre hasta obtener permiso para enterrarlo clandestinamente en Parma, doce años después del deceso. Acorde con su hipocresía, el Vaticano le negará sepultura cristiana a pesar de haberlo hecho Caballero de su Orden de la Espuela de Oro. No está mal que en el caso Paganini dividamos responsabilidades con esos farsantes que se hacen llamar vicarios de Cris… ¿Cómo? ¿Estamos bien de los oídos? ¿Una invocación proveniente de la Sierra de Guerrero en México? ¿Será posible? No, muchachos, traigo fatiga acumulada y preferiría evitarme riesgos. Describidme vosotros al personaje y sus recónditas motivaciones. Es un mestizo chaparro y gordo. Acusa un vitiligo severo y sobrevive componiendo corridos ¿No os parece que con eso tiene suficiente? Continuad. Viste a la usanza de su tierra con calzón de manta y sombrero. ¿Qué es lo que musita? Hay una confusión lingüística, pues habla español pero piensa en náhuatl. Son sus paisanos quienes lo inculpan de nexos satánicos. No acabamos de captar sus ensoñaciones. Balbucea algo sobre sus dolencias: Si la mancha del pinto es muy fea/ es más fea la de la pobreza,/ el que es pinto que diga y que vea/ sino mancha más pior la tristeza. ¡Caray!  El natural colige decasílabos. Me intriga. ¿Cómo suele acompañarse? Con un bajo sexto bastante averiado. ¿Cómo es su morada? Duerme donde cae. ¿Y su relación con las féminas? Precaria, porque a muchas les repugna. Señor, debería acercarse para ver esto. Resuena en su memoria otro fragmento, su rostro se transfigura. Será de su agrado. No, cuates, desde aquí os escucho. Aún hay borregos orejanos que se dejan engañar/ por esos lobos en el nombre del Señor,/ y esas ratas que transitan de sus hoyos al altar/ cual cucarachas buscan siempre un migajón. ¡Diantre! Aplaudidlo de mi parte. ¿Qué podemos hacer por él? Por cierto, ¿Cómo se llama? Félix Cruz, para servir a sus mercedes…[6] ¿Se les despertó, cretinos? No su Señoría, está imaginando otro corrido. Dejádlo entonces por la paz que inspiración no le falta, además, por ser de cuna mexicana puede prescindir de nuestro auxilio. Entre sus compatriotas y políticos se asegurarán de que él y su descendencia dispongan de un averno con servicios superiores a los nuestros... Ya me despido auditorio amigo,/ ya les explicó mi triste boca,/ que ayer con mi vida fui testigo/ del sufrir que al mexicano toca.  


[6] Lo relativo al músico guerrerense fue obtenido del libro Félix Cruz (1867-1930), cantor suriano de los hermanos Baltazar y Andrés Brito. De próxima publicación bajo el sello de la editorial Letra Antigua.

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