El Salvador: Los exguerrilleros buscan el "centro"
San Salvador — Al cabo de dos décadas de la primera gran ofensiva guerrillera de enero de 1981, la tortilla se volteó en el escenario político salvadoreño: Los “jóvenes” rebeldes que entonces iniciaron la insurgencia en este país, ahora propugnan por la paz y el status quo, mientras que los “pacifistas y electoralistas” de antaño enarbolan hoy banderas insurreccionales Los “ultraizquierdistas” de entonces abrazan hoy en día el “centro político”, y los “electoreros” de antes son ahora ortodoxos y extremistas
Después del triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, hubo en la mayoría de países de Latinoamérica movimientos insurgentes esporádicos Otros, como en los casos de Guatemala y Nicaragua, perduraron por décadas; en Colombia, hasta nuestros días En El Salvador, la lucha armada era “impensable”
Por su pequeñez geográfica, escasez de montañas y por su densidad poblacional, se creía imposible el surgimiento de una guerrilla en este país Fue hasta 1970 cuando se organizó la insurgencia armada: nacieron las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) “Farabundo Martí”, y en 1972 el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) El primer grupo se estructuró a partir de un desprendimiento del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), y el segundo lo formaron estudiantes universitarios, en su mayoría de la radicalizada juventud demócrata cristiana
Más que la derecha y los militares dictatoriales, en El Salvador era el PCS el que se burlaba de los recién nacidos insurrectos “No llegarán ni a quebrar un foco”, decían los líderes de ese partido, que también era reprimido y clandestino “En vez de tupamaros, quizás lleguen a tapamuros”, ironizaban otros en alusión al movimiento de Raúl Sendic, de Uruguay
Pasaron diez años entre la fundación de las FPL y la integración del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), al que se incorporó el PCS, después de que su dirigente histórico, Shafick Handal, proclamara en 1980 la famosa frase de “tarde pero a tiempo” A tiempo, pues, para convertir los “comandos urbanos” en unidades de un ejército que llegó a tener 7 mil hombres y mujeres armados (con misiles antiaéreos inclusive), distribuidos en varios puntos del país
En busca del “centro”
La guerra civil salvadoreña duró 12 años, desde 1980 a 1992 Aunque no se han hecho estudios históricos pormenorizados sobre el proceso que culminó con la pacificación del país, algunos analistas consideran que la negociación política que concluyó en un acuerdo de paz entre gobierno y FMLN se basó fundamentalmente en el “entrampamiento o empate militar”, más que en las presiones y los cambios ocurridos a escala internacional a raíz de la caída del Muro de Berlín
El proceso de paz, supervisado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha sido expuesto como un proyecto ejemplar porque no se han reactivado los movimientos armados, porque la sociedad se mantiene desmilitarizada, porque está vigente el tránsito hacia la democracia y, en lo básico, porque se respetan los derechos humanos
Francisco Jovel, quien fuera uno de los cinco integrantes de la Comandancia General del FMLN, explica que debido a los cambios geopolíticos internacionales y el final de la guerra “la izquierda necesitaba repensar o refundar su proyecto” No obstante, lamenta que esto no haya sido posible dentro de las propias filas del FMLN, dominado en la actualidad por un liderazgo “comunista y, de una manera más precisa, estalinista”
Fundador de la guerrilla en su juventud, durante una época Jovel fue tildado de “trotskista” por el hecho de haber formado un proyecto regional denominado Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), que en su seccional salvadoreña se integró al FMLN
“En la actualidad formo parte de un esfuerzo que se denomina Acción Popular (AP); nos hemos aliado a otros sectores que proceden de la democracia cristiana; exmilitares democráticos; políticos de centroderecha (disgustados con el neoliberalismo) y exmilitantes del FMLN”, dice, quien durante la guerra fue conocido como “comandante Roberto Roca”
Junto con Facundo Guardado --también exjefe guerrillero, quien era llamado “comandante Esteban”--, Jovel fue expulsado en el 2001 del FMLN por liderar una vertiente renovadora y socialdemócrata que en la actualidad está legalmente inscrita como Partido del Movimiento Renovador (PMR), totalmente independiente del FMLN
“Mi diferencia con el PMR es que yo consideraba que había que aglutinar fuerzas, y no crear nuevos partidos”, justifica Jovel
Guardado fue jefe guerrillero, pero antes había sido un reconocido líder del movimiento campesino católico, el cual se constituyó en la verdadera base social de la guerrilla Fundador de las FPL en los años setenta, fue también coordinador general del FMLN y candidato presidencial en las elecciones de 1999, en las que triunfó Francisco Flores, el actual presidente
“El Salvador está viviendo el fin de un ciclo, en el que la derechista y oficialista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) no es más el partido que se fundó en la guerra nuestra y en el período más crudo de la Guerra Fría; sin embargo, el liderazgo del FMLN sigue anclado a esa época”, asevera Guardado
Asegura que las diferencias entre el FMLN y el resto de las expresiones de la izquierda y la centro-izquierda consisten en que el liderazgo del Farabundo no quiere asumir responsabilidades de gobierno, tiene un esquema fanático e intolerante de dirección y se confirma en su seno que “no puede haber pluralismo ni unidad en el marco de la diversidad”
De acuerdo con Guardado el FMLN se encamina hacia el autorreduccionismo, como lo demostró con su intolerancia, dice, al solicitarle la renuncia a la candidatura por la alcaldía de San Salvador (la capital) al médico Héctor Silva (quizás la figura más prominente de la izquierda), porque éste se atrevió a ofrecerse como mediador entre el gobierno y los líderes de los trabajadores de la salud, en un conflicto laboral que ha tenido visos de violencia y que lleva más de dos meses de duración
Así, el FMLN, en cuestión de horas, acabó con su candidato “estrella”, no sólo para la alcaldía capitalina, sino para las elecciones presidenciales, que se realizarán dentro de dos años Además, rompió una coalición que tenía con el Centro Democrático Unido (CDU), AP y la agrupación de profesionales denominada Iniciativa Ciudadana (IC)