Nacionalismos a la Carta*

sábado, 20 de abril de 2002 · 01:00
El nacionalismo es un concepto muy difícil de definir, pues tiene que ver con un sentimiento de pertenencia y, por tanto, no es tangible ni cuantificable Ernest Gellner, un destacado teórico del nacionalismo, lo definió con base en dos nociones distintas pero complementarias: primero, dos personas son de la misma nación si y sólo si comparten la misma cultura, es decir un sistema de ideas y símbolos al igual que asociaciones y formas de comportarse y comunicarse; segundo, dos personas son de la misma nación si y sólo si el uno reconoce que el otro pertenece a dicha nación En otras palabras, las naciones son artefactos de las convicciones, lealtades y solidaridades de los hombres Evidentemente todos los nacionalismos son sui generis: Reino Unido- En el Reino Unido, por ejemplo, los conceptos tradicionales de nacionalismo basados en la Reina, la patria y la historia del imperio han sido remplazados a últimas fechas por la idea de "Cool Brittania" Esta noción incluye elementos como el fútbol, las Spice Girls, la bandera hoy tan de moda en múltiples prendas de vestir y la familia real En buena medida esto se ha usado como una marca nacional a últimas fechas para promover las exportaciones británicas y atraer turistas a la isla Al mismo tiempo, hay una conexión entre nacionalismo y la extrema derecha, particularmente entre los hooligans del fútbol Pero, en general, el patriotismo británico está ahora enfocado en la diversión, la moda y la cultura pop Canadá- El nacionalismo canadiense es difícil de definir y de identificar En ese sentido, sucesos que típicamente sirven para fortalecer a la nación ?como las invasiones por parte de una potencia externa o el conflicto interno?no han sido frecuentes o suficientemente intensos para sembrar culturalmente una noción bien establecida de lo que significa ser canadiense Si se les preguntara, la mayoría de los canadienses diría que su nacionalismo se basa en la creencia de que Canadá es de alguna forma "mejor" que Estados Unidos El sentido más amplio de justicia social existente en Canadá, sus ciudades más seguras y generalmente más limpias, el hecho de que consistentemente ocupa uno de los primeros cinco lugares en el Índice Anual de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, entre otros factores, se combinan para hacer sentir a los canadienses que hay algo inherentemente superior en su forma de vida en comparación con su mucho más poderoso y rico vecino del sur El nacionalismo canadiense, en consecuencia, se define por oposición a Estados Unidos España- En España, el nacionalismo es casi una mala palabra, y esto es producto de una larga y dolorosa historia El nacionalismo español como tal es una verdadera fabricación nacida de una enorme frustración nacida de un imperio fracasado Quizá si el imperio hubiera tenido otro destino, los distintos grupos nacionales no tendrían reparo en sumarse a esa identidad colectiva Muchos años después, el nacionalismo impuesto por la dictadura, tampoco ayudó a crear una conciencia nacional entre los españoles Hoy las identidades autonómicas son la regla Se es catalán o vasco, pero no español Otros grupos como andaluces, valencianos, gallegos y asturianos tienen menos problema con "lo español" Lo que es cierto es que en España ni siquiera el fútbol logra dar un soplo de vida al patriotismo, por no hablar de un himno nacional sin letra y una bandera que siempre estará por debajo de las provinciales A esto habría que agregar aquello que decía Felipe González: "Cuando hablo con un alemán, me siento español, pero cuando hablo con un japonés me siento europeo" La identidad supraestatal que brinda la pertenencia a la Unión Europea permite eliminar de tajo la identidad estatal y apegarse más a la provincial, aunque también es cierto que el desarrollo reciente de España con respecto a sus vecinos ha fortalecido el orgullo nacional de los españoles, quienes ya no se sienten inferiores a franceses o alemanes, pues todos son ya igualmente europeos Quizá el único elemento de cohesión nacional sea la monarquía de Juan Carlos I de Borbón, y sólo porque ha sido particularmente cuidadoso en mantener un difícil equilibrio En España, pues, la pertenencia al Estado-nación es, como decía Renan, otro gran teórico de la escuela racionalista del nacionalismo, un verdadero plebiscito diario Estados Unidos- En Estados Unidos el nacionalismo es colorido: barras y estrellas, rojo, azul y blanco Cada vez que hay ocasión entonan su himno nacional y ondean la bandera Incluso desde hace varios años hay un movimiento nacional para enmendar la constitución y prohibir que la bandera pueda quemarse en manifestaciones públicas A diferencia de muchos otros nacionalismos, en especial del de sus vecinos los canadienses y los mexicanos, no es negativo, sino más bien positivo Es decir que no se define por oposición a otra nación o en recuerdo de una guerra, sino a través de un estilo de vida, de valores, --los de la democracia representativa, la libertad y el mercado-- que se desea exportar A pesar de sus dimensiones continentales, las diferencias del nacionalismo no son tan marcadas entre las distintas regiones Sin embargo, destaca el caso del sur, en donde sí hay un nacionalismo más acendrado que se muestra en mayor número de imágenes nacionales Y destaca en especial el caso de Texas, donde no hay lugar donde ondee una bandera nacional sin la de la estrella solitaria, lo cual probablemente se explique por su carácter especial, un estado que logra la separación de México y sólo después se anexa a la unión México- En México el nacionalismo es evidentemente defensivo, en otros tiempos de la madre patria, España, y ahora especialmente de Estados Unidos El antiyanquismo tuvo una función muy importante en el siglo pasado como elemento catalizador en la segunda parte del siglo XIX, pues fue el pegamento que permitió amalgamar a un país dividido y derrotado Pero más adelante, el Estado mexicano postrevolucionario, priísta, especialmente en las dos últimas décadas utilizó este elemento para legitimarse en el poder y para rechazar toda crítica a su autoritarismo Cualquier reclamo internacional se tachó de injerencista, especialmente proveniente del país vecino del norte Pero también el nacionalismo mexicano adquiere otros matices, dependiendo de la fecha Si es 15 de septiembre, sigue siendo algo antihispanista, pero sobre todo es cohetero y colorido Si juega la selección nacional, depende de si gana o pierde Si gana, somos todos mexicanos, triunfadores; si pierde, es un mal equipo manipulado por intereses oscuros de una empresa televisiva Con el surgimiento de la democracia el 2 de julio de 2000, algunos nos imaginamos, erróneamente compruebo ahora, que el nacionalismo defensivo frente a Estados Unidos sufriría un debilitamiento, pues finalmente ya no había autoritarismos que esconder Justamente al contrario de mi suposición inicial, el 2 de julio ha alimentado el nacionalismo defensivo a ultranza ¿Cómo? Con el fortalecimiento que tiene el poder legislativo hemos presenciado en los últimos 18 meses un desfile nacionalista tanto en San Lázaro como en la casona de Xicoténcatl al cual ya no estábamos acostumbrados O si siempre existió en esos recintos, nos pasaba de noche pues no tenía repercusión alguna Las escenas y declaraciones de legisladores priístas y perredistas que hablan con el corazón en la mano defendiendo al "demócrata" de Fidel Castro invocando los principios de política exterior sólo se explican con base en su creencia de que se hacen mejores mexicanos por defender a Castro o criticar a Fox y Castañeda por temas tales como el anuncio de la creación por el Pentágono del Comando Norte, en el cual, simplemente, no tuvieron nada que ver, pues fue una medida unilateral En fin, lo que a unos nos puede parecer como nacionalismo trasnochado, no lo es para toda la población, pues acontecimientos como los ataques terroristas contra Estados Unidos dividieron por la mitad a los mexicanos: el 50% se solidarizó con el vecino país y en el otro 50% sencillamente privó su nacionalismo o antiyanquismo Quizá, como dice Gellner, haya que plantearse una nueva definición de nacionalismo para los mexicanos en esta nueva era en la que las reglas del juego político, económico y social han cambiado ¿De qué sirve pasar el futuro del país por el tamiz nacionalista del siglo pasado? --------------- * Agradezco a mis compañeros extranjeros del Departamento Académico de Estudios Internacionales del ITAM su colaboración para escribir este artículo

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