Cuba: los tragos amargos del dulce

sábado, 22 de junio de 2002 · 01:00
La Habana - Por primera vez en 400 años de historia azucarera, Cuba cortará de un tajo su industria a la mitad Se trata de una medida de espinosas consecuencias sociales, en línea con las reformas económicas emprendidas en 1993 De los 155 ingenios azucareros actuales, 71 serán cerrados y 14 dedicados exclusivamente a la producción de derivados; el 68% de la tierra pasará a otros cultivos agroalimentarios y 100 mil trabajadores serán transferidos a otras labores básicamente agrícolas o a la recalificación Esas transformaciones, consignadas en documentos hasta ahora no públicos del Ministerio de la Industria Azucarera (MINAZ), han comenzado a ejecutarse con la explicación del proceso a los afectados Se trata de cambios en busca de eficiencia en la principal industria cubana, que se ha convertido en un pesado lastre para el resto de la economía desde el estallido de la crisis de los años 90, y que a partir de 1995 comenzó un lento pero sostenido proceso de recuperación Historia agridulce Cuba se convirtió en un gran productor y exportador de azúcar antes de llegar a la independencia La revolución haitiana de principios de siglo XIX, en la cual se destruyó prácticamente toda la industria azucarera de ese país, dejó a Cuba el camino libre para fomentar aceleradamente la producción del dulce y ocupar los mercados Con la independencia de España en 1902 y la entrada masiva del capital estadunidense en la isla, Cuba se convirtió en uno de los grandes exportadores mundiales de azúcar y esa industria se convirtió en la primera del país y la principal fuente de empleo La revolución de Fidel Castro en 1959 enfatizó esa tendencia de desarrollo, y en la década de los 70 --tras un fallido intento de producir 10 millones de toneladas en una cosecha--, la isla se convirtió en el gran abastecedor del bloque soviético En esa perspectiva, el gobierno nacionalizó todas las fábricas, construyó tres nuevas (para llegar a 156) y desarrolló toda una industria complementaria de cosechadoras, grandes talleres, que en total resultó una fuente de trabajo para 400 mil personas, que con sus familias suman unos 2 millones de cubanos En años recientes una pequeña fábrica fue cerrada por obsoleta Los soviéticos, que pagaban un precio alto subsidiado por el azúcar cubano, establecieron además un sistema de precios indexado al del petróleo que suministraban a la isla: al alza internacional de los precios de los combustibles, seguía una subida automática del azúcar A fines de los años 80, cuando la isla llegó a consolidar su producción en 8 millones de toneladas anuales, el bloque soviético se desmoronó: Cuba perdió mercados, precios subsidiados y suministradores de los insumos necesarios Cada zafra realizada en Cuba requiere de la importación de petróleo, lubricantes, aceros y otros insumos, que la isla debe pagar ahora en dólares constantes y sonantes A partir de 1993, la producción azucarera cayó abruptamente a 43 millones de toneladas Siguió bajando a 4 millones en 1994 y pareció tocar fondo en 1995 con 33 millones de toneladas En 1996 el gobierno anunció la recuperación de la industria cuando se alcanzó 44 millones de toneladas, pero nuevamente comenzó la baja con 42 millones en 1997 y 32 millones en 1998 A pesar de los esfuerzos organizativos realizados en el sector, el nivel de la producción se mantuvo en el mismo rango: 38 millones de toneladas en 1999; 41 millones en el 2000 y 36 millones en los dos años siguientes La "nueva empresa" La desaparición de la Unión Soviética y el endurecimiento del embargo estadunidense, sumieron a la isla en una fuerte crisis económica De 1990 a 1993 el Producto Interno Bruto se desplomó un 38% Con su industria prácticamente paralizada, en medio de la soledad política y los efectos de la dura crisis sobre la población, el gobierno decidió en julio de 1993 emprender una serie de reformas económicas con "elementos de economía de mercado" De una rígida economía de modelo soviético y férreo control estatal, la isla comenzó a abrirse a la inversión extranjera en asociación con el Estado; desarrolló aceleradamente el turismo extranjero y legalizó la libre circulación del dólar Además, permitió el envío de remesas en dólares de los cubanos radicados en Estados Unidos a sus parientes en la isla; autorizó el trabajo por cuenta propia (incluidos los pequeños restaurantes y el alquiler de habitaciones) y el mercado agropecuario, un espacio regido por la oferta y la demanda La Banca nacional se reformó y modernizó; el comercio exterior se desmonopolizó y se puso en vigor un amplio sistema impositivo, entre otras medidas Las reformas reanimaron la moribunda economía, pero también marcaron desigualdades sociales en un pueblo que había vivido tres décadas con un fuerte igualitarismo Ello encendió un foco rojo en el tablero del carro estatal y provocó que Castro y su vicepresidente Carlos Lage, arquitecto de los cambios, disminuyeran la velocidad No fue hasta el 2002, cuando nuevas dificultades económicas motivadas por la crisis internacional --asociada a los efectos del 11 de septiembre en Estados Unidos sobre la industria turística?que el gobierno cubano parece decidido a aplicar fuertes medidas a la industria azucarera La "nueva empresa" azucarera, como la llaman los funcionarios del Ministerio del Azúcar (MINAZ), es ante todo una empresa eficiente, con una nómina de trabajadores y una cantidad de tierra, capaz de permitir ganancias Como principio, Cuba renuncia a su papel de gran exportador de azúcar El MINAZ se propone producir las 700 mil toneladas necesarias para el consumo nacional, cumplir con los compromisos de ventas y sólo salir al mercado mundial cuando sus precios sean superiores al costo de producción En la última cosecha, Cuba exportó unas 100 mil toneladas más de azúcar que la anterior, pero obtuvo 120 millones de dólares menos debido a los bajos precios del mercado internacional Eso quiere decir que no sólo los ingenios cerrados perderán tierras y trabajadores, también lo harán los que quedan en funcionamiento Bajo el control del MINAZ, estas tierras y trabajadores sobrantes se dedicarán a producir alimentos, cuyo déficit sigue golpeando la canasta básica de los cubanos y las cuentas de importación de productos hacia la isla Expertos del mercado azucarero internacional dijeron que la medida cubana era acertada, pero tardía "Es tiempo de reestructurar la industria (azucarera) en Cuba", dijo a la prensa en Nueva York un funcionario de la firma Fimat Usa Inc, mientras que otro de JGanes Consulting señaló que "esto ha tardado mucho en llegar" Un economista cubano que prefirió el anonimato aplaudió la idea, pero la calificó de "muy espinosa" en el ámbito social El MINAZ asegura que los 100 mil desplazados serán transferidos a otras labores o enviados a las escuelas para su recalificación y que todos recibirán su salario durante el tiempo que dure la reinserción Pero el cambio no es fácil Los funcionarios del MINAZ, del gobernante Partido Comunista y del Sindicato de la Industria Azucarera, se deshacen en explicaciones a los afectados y les solicitan comprensión y apoyo Se trata, en algunos casos, de romper una tradición azucarera de muchos años y dedicarse a otra actividad, a veces menos remunerada Por otro lado, la transformación se realiza cuando el gobierno hace ingentes esfuerzos por disminuir el desempleo, que llegó en los años 90 al 8% y que, tras la apertura de nuevos puestos en la agricultura urbana, ha logrado bajar a 5% De un lado de la balanza están los riesgos de desatar un fuerte problema social; del otro, las urgencias de una economía en dificultades que exige nuevas reformas que le den oxígeno La operación, señalan los especialistas, exige pinzas de farmacéutico

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