Argentina: La interna piquetera
Buenos Aires (apro)- Los “piqueteros” (desocupados) argentinos, envueltos en una dura pelea interna por espacios de poder, y cada vez más divididos ideológicamente, se convirtieron en la piedra en el zapato del presidente Néstor Kirchner, a seis meses de su asunción al poder
Están en todos lados En el centro de Buenos Aires, en los puentes estratégicos que unen la gran capital con su periferia; en las provincias más empobrecidas del noroeste del país y hasta en la Patagonia Con palos y banderas reivindicativas, cortan rutas, calles, realizan “piquetes”, protestas y soportan a veces la represión policial y hasta el rechazo de las capas medias por el caos que producen sus protestas en el tránsito vehicular
Su reclamo es muy preciso: nuevos planes y ayudas sociales y políticas a corto, mediano y largo plazos, a fin de incorporar a la masa desocupada en el mercado laboral de una sociedad que hoy enfrenta un índice de desempleo superior a 15 % (llegó a estar en 21 por ciento en el 2001) El gobierno destina a este sector 600 millones de dólares anuales a través de 21 millón de planes sociales de 150 pesos por familia (unos 50 dólares)
Los “piqueteros” argentinos son un fenómeno social cada vez más parecido al movimiento de trabajadores rurales, los Sin tierra del Brasil Pero con una salvedad: están tan divididos que muchos creen que su futuro quedará atrapado en el laberinto de su propia atomización
“Aquí hay un eje falso entre piqueteros duros y piqueteros blandos Se discuten los efectos y no las causas Hay diferentes visiones Un sector importante plantea que está todo bien (con Kirchner), que estos seis meses fueron brillantes, pero para la mayoría de nosotros no ha cambiado nada Hay una diferencia entre la sensación térmica y la temperatura real”, dice en entrevista con Apro Carlos Alberto “Beto” Ibarra, líder del Bloque Nacional Piquetero
Ibarra se queja del manejo oficial del tema “piquetero”, y acusa al gobierno de “reprimir a los ultras y atender a los oficialistas” del movimiento “A los sectores oficialistas les dan créditos y una asistencia superior, e intentan asfixiar a los otros sectores Es absolutamente una estrategia oficial, de algunos grupos del gobierno”, denuncia Ibarra, cuyo sector maneja unos 60 mil planes sociales en el marco de un proyecto nacido durante el anterior gobierno de Eduardo Duhalde para aplacar la crisis social
Pero Luis D`Elia, titular del movimiento “piquetero” Federación de Tierra y Vivienda, rechaza todas las acusaciones, y señala a Apro que lo que hay “son visiones políticas distintas”
“Hay quienes creen en la insurrección revolucionaria para derrocar a Kirchner y llegar al gobierno Es un disparate político En América Latina emerge hoy un nuevo eje de poder regional, en memoria de los nacionalismos populares revolucionarios de Lázaro Cárdenas, de Juan Domingo Perón Hoy están Lula da Silva, Hugo Chávez y el propio Kirchner, que le dan aire a Cuba Y el año próximo se sumarán Bolivia, con Hugo Morales, y Uruguay, con Tabaré Vázquez”, dice D`Elia
“Nosotros dialogamos con todos los gobiernos democráticos Nosotros representamos a 120 mil piqueteros Los demás llevan a 3 mil a sus marchas Creemos en esto (en el diálogo y en el proyecto que se encarna en América latina), aunque esto no significa que les demos un cheque en blanco”, afirma D`Elia, el líder piquetero más cercano a Kirchner
El gobierno, a la defensiva
Desde el gobierno, la orden oficial es “no reprimir” las protestas piqueteras La estrategia es simple: Kirchner teme que se repita lo que ocurrió durante el gobierno de transición de Eduardo Duhalde, cuando la represión policial a una marcha piquetera causó dos muertos a mediados del 2002 Duhalde se vio obligado entonces a adelantar el traspaso del poder seis meses antes de la fecha prevista
No obstante, 22 “piqueteros” resultaron heridos el martes 25 en la patagónica provincia de Neuquen, cuando fueron reprimidos por la policía por orden del gobernador Jorge Sobisch, del Movimiento Popular Neuquino, un dirigente provincial que intenta aglutinar un polo opositor derechista a nivel nacional
“Nosotros no manejamos las policías provinciales”, fue la respuesta de voceros del gobierno nacional tras la dura represión policial
El gobierno de Kirchner incluso promovió sin éxito en el Congreso una amnistía para 2 mil 900 “piqueteros” procesados en los últimos años durante protestas sociales El proyecto fue “suavizado” ahora para excluir delitos como violaciones o robos, según fuentes legislativas
“El gobierno parece haber arribado a una conclusión: el de los piquetes y los piqueteros es el conflicto político de coyuntura más serio que no logró enderezar en sus primeros seis meses de gestión”, escribió el analista Eduardo van der Kooy en el diario Clarín, el más vendido del país
Kirchner pasó su primer semestre en el gobierno con golpes de efecto que le valieron altísimos índices de popularidad, hoy superiores a 80% según sondeos coincidentes Se enfrentó con el FMI y logró un acuerdo flexible; re-estatizó el Correo tras una polémica privatización durante la “era menemista”; realizó una purga en la policía y las Fuerzas Armadas; consolidó su poder en elecciones regionales; logró cambios en la desprestigiada Corte Suprema de Justicia, y apuntaló el incipiente crecimiento económico en su corta gestión Pero su temor más grande es que, en diciembre, al cumplirse dos años de las protestas que derivaron en la caída de Fernando de la Rúa, los “piqueteros” se conviertan en una pesadilla
Para evitar ello, otorgó 50 pesos (unos 17 dólares) de aumento por única vez para diciembre en los planes sociales para desocupados (de 150 pesos) Sin embargo, las protestas se multiplican día a día “Habrá que ver cuánta paciencia le hace falta al gobierno para salir algún día de este laberinto”, dijo Van der Kooy
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, lanzó dardos envenenados contra los desocupados, al afirmar que los cortes de ruta y calles “deben desaparecer porque no conducen a nada”
“Lo que hay que hacer no es matarlos a palos (a quienes promueven violencia), lo que hay que hacer es agarrarlos de la manita y meterlos en cana (presos) La represión trae más conflicto que soluciones Los mismos que a veces se enojan y con razón por los inconvenientes a los que se ven sometidos (por los cortes de calles), si vieran al Estado matando o pegándole a la gente, y a esa gente ensangrentada por televisión, serían los primeros que nos dirían animales”, enfatizó
Los “más duros”
El reclamo del gobierno apunta especialmente al núcleo más duro de los “piqueteros”, encabezado por el combativo dirigente Raúl Castells, del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados, a quien el “ala institucional” de Luis D`Elia acusa de promover “una insurrección armada” a través de lo que el propio líder “piquetero” rebelde denomina “un argentinazo”
--¿A qué se refiere usted cuando llama a un argentinazo? –se le preguntó a Castells en plena marcha piquetera por el centro de Buenos Aires
“En Argentina –contesta Castells– hubo un argentinazo el 20 de diciembre del 2001, cuando entre 300 a 500 mil personas salieron a las calles, y dieron por concluido un gobierno y obligaron a la renuncia de De la Rúa”
--¿Ustedes entonces desean derrocar ahora a Kirchner?
“No planteamos ir a tomar la casa de gobierno ni echar a Kirchner Eso lo plantean quienes quieren crear cierto clima social El argentinazo es un proceso que se da en el pueblo argentino en algún momento de su historia El 17 de octubre (de 1945) hubo un levantamiento popular que obligó a la convocatoria de elecciones (tras lograr la liberación de Juan Domingo Perón) Eso dio origen al mayor movimiento político del país: el justicialismo (el partido de Kirchner)”, dice Castells
--¿Y quienes son los que plantean el derrocamiento de Kirchner para crear ese cierto clima social?
“Montones, pero discúlpeme, que estoy marchando desde hace ocho horas”, cierra el diálogo el líder “piquetero duro”
Lo que vendrá
Los próximos meses serán cruciales para la interna “piquetera” y su relación con el gobierno de Kirchner Las clases medias miran con desconfianza a los desocupados organizados y la mayoría (676 %, según un sondeo de Ricardo Rouvier y Asociados) rechaza el corte de calles y rutas como método de presión
“Hay una operación mediática de sectores de derecha que intentan producir enfrentamientos entre argentinos, odios entre sectores más postergados y las capas medias Esa es una cortina de humo que al gobierno le sirve”, dice Beto Ibarra, del Bloque Nacional Piquetero
Esta situación tuvo su punto culminante cuando el obispo de San Isidro y titular de Cáritas, monseñor Jorge Casaretto, advirtió que los planes sociales otorgados a los desocupados a través del movimiento “piquetero”, “fomentan la vagancia” si no hay una contraprestación laboral
“La Iglesia –le contestó Ibarra-- construye la impunidad para los poderosos Nosotros hacemos cultura del trabajo y la educación porque sólo así vamos a poder resolver la crisis de 20 millones de pobres y 9 millones de excluidos (sobre una población de 37 millones de habitantes)”, según dijo
Para D`Elia, el futuro del movimiento piquetero es “avanzar en su práctica, constituir empresas sociales, cooperativas En Argentina, nueve grupos económicos manejan 90% de la comunicación Son los mismos que vaciaron el país y hoy decidieron satanizar el conflicto social Se asustan de la cara del piquetero y no de la cara de (Franco) Macri”, el empresario a quien el gobierno le quitó la concesión del Correo argentino por irregularidades
Los “piqueteros”, a seis meses de la asunción de Kirchner, renuevan así su apuesta y se miran con desconfianza entre ellos a casi seis años del surgimiento de los primeros grupos organizados En juego están 21 millones planes sociales, 250 mil de los cuales los administran directamente los distintos movimientos “piqueteros” Son más de 600 millones de dólares anuales, en su mayor parte financiados con créditos del Banco Mundial (BM)
El gobierno, en tanto, se debate entre dos ejes: seguir destinando esos fondos a planes sociales o volcarlos a obras públicas para generar empleo Lo importante, dicen voceros oficiales, es no perpetuar la ayuda social pese a las presiones, aunque el gobierno es consciente de que dejar en el camino los planes sociales, desataría un conflicto de inimaginables consecuencias El año próximo, por ello, se repetiría el modelo 2003