Argentina: historia de un complot
Buenos Aires -- Eduardo Duhalde sonreía para la foto: acababa de pescar un tiburón de dos metros y medio en un día soleado en la costa bonaerense, lejos del tránsito, del sofocante calor y de la lucha política de Buenos Aires Pero especialmente, lejos del juzgado federal de Norberto Oyarbide, donde a esas horas del pasado 4 de febrero el expresidente Fernando de la Rúa lo acusaba de ventilar en Estados Unidos, dos meses antes de su escandalosa renuncia en diciembre del 2001, que el gobierno de entonces se caería a pedazos y que él, por la época senador nacional, sería su sucesor
Fue una profecía que finalmente se cumplió el 1 de enero del 2002, cuando Duhalde asumió la presidencia en medio de la peor crisis de la historia argentina
De la Rúa, quien desapareció de la vida pública y sólo fue noticia cuando viajó a República Dominicana junto con su familia y la novia de su hijo Antonito, la cantante colombiana Shakira, le contó al juez todo lo que creía saber del supuesto complot que terminó con su gobierno
El expresidente reinstaló así un tema que aún sacude a una Argentina que dejó atrás lo peor de la crisis socioeconómica, pero que todavía atraviesa serios coletazos políticos con vistas a las elecciones presidenciales del 27 de abril próximo
¿Hubo o no hubo complot para derrocar a De la Rúa? se preguntan hoy los argentinos
En concreto, De la Rúa dijo que se enteró de la versión en octubre de 2001, dos meses antes de abandonar el gobierno entre saqueos y una treintena de muertos, “corralito” bancario y una “rebelión” de la clase media que copó Buenos Aires con protestas y “cacerolazos”
En su testimonio ante el juez, De la Rúa dijo que fue el también expresidente Raúl Alfonsín (1983-89) quien le contó la versión del “vaticinio” de Duhalde, ante un grupo de funcionarios estadounidenses, “pero no las tomé en serio”, según dijo
Además, señaló que “hubo una acción deliberada para que se produjeran los sucesos” de diciembre que desembocaron en su renuncia “No tengo dudas de que hubo un acuerdo Duhalde-Alfonsín Este es un problema que debería investigar la justicia”, dice en una entrevista con Apro el líder “piquetero” Luis D`Elia
Alfonsín, según reveló De la Rúa ante el juez Oyarbide, se había enterado del complot a través del entonces embajador argentino en Washington, Guillermo González
González, según el libro El Palacio y la Calle del periodista Miguel Bonaso --que narra los hechos que desembocaron en el fatídico diciembre del 2001--, fue testigo de la “conspiración” de Duhalde
En la reunión, además de González y del propio Duhalde, participaron el exjefe de los servicios de inteligencia del Estado Hugo Anzorregui y “altos funcionarios del gobierno de George W Bush y de los organismos financieros internacionales”
El encuentro, según el libro, se realizó en la mansión de Francisco Aguirre, un lobbista nicaraguense de 80 años, que reside en Washington desde hace décadas “Seré presidente de la Argentina, pero antes de las elecciones del 2003, merced a una catástrofe institucional”, habría dicho Duhalde, el perdedor de las presidenciales de 1999 cuando fue derrotado por De la Rúa
El jefe “piquetero” D`Elia no se muestra sorprendido cuando se le pregunta si existió una conspiración para hacer caer a De la Rúa “Hubo zonas liberadas (por la policía), dirigentes que organizaron los saqueos y todo eso provocó la situación de conmoción institucional Y lo dice un opositor a De la Rúa”, asegura
“El Departamento de Estado norteamericano opera en América latina con mucha fuerza No sería la primera vez Ya ha participado en muchos golpes institucionales” en el área, dice D`Elia, al preguntársele sobre la supuesta reunión entre Duhalde y funcionarios norteamericanos
En la entrevista con Apro, D´Elia aseguró que “punteros” (dirigentes) del peronismo se encargaron de organizar saqueos “Había `punteros` con handys y teléfonos celulares avisando a la gente dónde saquear, para dónde ir, y si venía la policía”
D`Elia responsabilizó al entonces secretario de Seguridad bonaerense y hoy en la secretaría de Seguridad de la Nación, Juan José Álvarez, por ordenarle a la policía “liberar” zonas en el conurbano bonaerense para “permitir los saqueos”
Durante los hechos, la televisión argentina mostró cómo la policía se mantenía sin actuar mientras observaba saqueos de mercados y otros negocios del Gran Buenos Aires, que afectaron especialmente a pequeños y mediados comerciantes