EU vs. Irak: una fisura global
Si una guerra contra el terrorismo debía unir a la comunidad mundial, la cada vez más cercana posibilidad de un ataque militar británico-estadunidense contra Irak la ha dividido por completo
Pero no sólo eso: ha dividido a prácticamente todas las instancias que tienen que ver con el tema: el Consejo de Seguridad, la Unión Europea, los países árabes y/o islámicos, la opinión pública en general y hasta al mundo financiero
Ya desde el año pasado, cuando el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitió la Resolución 1441, que condicionaba cualquier acción armada contra el régimen de Bagdad a un nuevo informe de los inspectores de la Comisión de Desarme de dicho organismo, se observó una clara división entre los principales actores internacionales: Estados Unidos y Gran Bretaña a favor de una acción punitiva sin mayor trámite; y Francia, Rusia y China por el agotamiento previo de las inspecciones, un informe exhaustivo y una segunda resolución sobre sus resultados
Esto en cuanto a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, con capacidad de vetar cualquier resolución Pero también entre los 10 miembros temporales se observaron diferencias, entre los que apoyaban la posición de Washington y Londres y los que se sumaban a los razonamientos de París, Moscú y Pekín (en una relación equivalente de 2 a 3) Finalmente, después de un arduo cabildeo, se impuso la voluntad mayoritaria y se le dio una nueva oportunidad a los inspectores y a Irak
En ese momento, para muchos analistas esta resolución constituyó un éxito para la diplomacia y un freno para los afanes belicistas del sector duro de la administración Bush Para otros, menos optimistas, fue una simple postergación que daba a cada uno de los actores tiempo para acomodar sus fichas y a Estados Unidos para preparar su maquinaria de guerra, ya que en ningún momento renunció al “derecho” de actuar por su cuenta y al margen de las instituciones y leyes internacionales, si consideraba que sus intereses de seguridad estaban en riesgo
De entonces al primer informe de los inspectores, presentado el pasado 27 de enero en Nueva York, las posiciones de fondo no han variado, pero las diferencias sí se han ahondado Mientras, al parecer, para estadunidenses y británicos el tiempo apremia, tanto, que cada vez son más las presiones de unos y más duras las posiciones de otros, hasta llegar a enfrentamientos verbales verdaderamente ríspidos
Según los planteamientos estadunidenses y británicos, Saddam Hussein debe ser amenazado y aun atacado con la fuerza militar, porque cuenta con armas de destrucción masiva que podría utilizar para sus propios fines hegemónicos o proporcionar a grupos terroristas antioccidentales Todo así, en subjuntivo, lo que desde su óptica justifica una acción a priori y no a posteriori La nueva doctrina de los “ataques preventivos”
Pero resulta que los expertos encargados de dar sustento a estos argumentos no han podido hacerlo Que Hussein ha dispuesto de insumos nucleares, biológicos y químicos lo saben bien los norteamericanos --y también algunos países europeos-- porque ellos mismos se los proveyeron durante los ocho años de guerra con Irán, “para frenar al fundamentalismo islámico” Pero se supone que estos fueron destruidos, en su mayor parte, bajo la supervisión de los inspectores de la ONU enviados después de la Guerra del Golfo; por lo menos, hasta que estos fueron expulsados de Irak en 1998 (acusados de espionaje a favor de Estados Unidos)
La interrogante, por lo tanto, es si desde entonces Bagdad volvió a aprovisionarse de ellos o tiene la capacidad de fabricarlos, al grado de que constituya una seria amenaza para la seguridad mundial Presionado por las dos partes (Estados Unidos dice que es blando, Irak que parcial), el jefe de inspectores, Hans Blix, en su informe ante el Consejo de Seguridad dijo no haber encontrado pruebas evidentes de este tipo de armamento, se quejó en todo caso de cierta falta de cooperación del régimen de Hussein y consideró que se requería de más tiempo y oportunidades para llegar a conclusiones firmes
Otros exinspectores, como Scott Ritter, y especialistas en el tema armamentista de la región coinciden en que Irak ya se deshizo de por lo menos entre el 90% y el 95% de sus armas de destrucción masiva y debido al bloqueo a que está sujeto, no tiene capacidad económica para renovarlas Expertos militares aseguran que los remanentes con que cuenta Hussein no constituyen una amenaza real para nadie y que, además, no estaría tan loco como para utilizarlos fuera de sus fronteras de otra manera que no fuera defensiva
En cuanto al presunto apoyo al terrorismo, desde un principio quedó claro que Irak nada tuvo que ver con los atentados del 11 de septiembre (ni que se sepa con ninguno de los otros atentados de igual filiación) y quienes conocen las entrañas del radicalismo islámico aseguran que Hussein, de larga historia secular, y el devoto Bin Laden no se soportan, al grado de que fácilmente uno podría atentar contra la vida del otro
A pesar de todo lo anterior, Estados Unidos, Gran Bretaña y ahora algunos de sus aliados persisten en decir que Irak es una amenaza para la paz mundial, que sólo puede ser neutralizada mediante el uso de la fuerza Así, en una campaña vertiginosa, primero el embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, John Dimitri Negroponte; luego el propio presidente Bush en su Mensaje a la Nación y finalmente el “converso” secretario de Estado, Colin Powell, defendieron (con los mismos argumentos de siempre) la justeza de su causa y agregaron que –finalmente– presentarían pruebas incontrovertibles de la culpabilidad de Hussein
Las pruebas que Powell presentó con gran dramatismo y despliegue tecnológico ante el Consejo de Seguridad --grabaciones en árabe de militares de segundo rango, fotografías satelitales imprecisas y ya conocidas y testimonios anónimos de protección a miembros de Al Qaeda-- resultaron tan pueriles, que despertaron preguntas sobre sí eso era lo único que podía conseguir como material de inteligencia el poderosísimo imperio En todo caso, no conmovieron a nadie y las posiciones quedaron como estaban con anterioridad
La próxima ronda en que habrán de enfrentarse tan divididos intereses será el 14 de febrero, cuando Blix presente un segundo reporte Para entonces se espera también que Estados Unidos presente nuevas pruebas o que los miembros escépticos del Consejo se hayan convencido de la veracidad de la primeras Los gobiernos quieren certezas para tomar una decisión tan grave como es una guerra Washington y Londres están dispuestos a conceder unas semanas más; los demás, meses La batalla de ahora es por los tiempos
Pero más allá de quién se imponga en la siguiente reunión, las fracturas ya están dadas Fuera del marco del Consejo de Seguridad, la oposición a una acción armada contra Irak es casi absoluta En su propio continente, Estados Unidos no cuenta con el apoyo de Canadá ni de ningún país de América Latina o el Caribe Europa se encuentra profundamente dividida Los países árabes, con excepción de uno o dos, temen una desestabilización regional y los asiáticos no quieren una conflagración en su puerta Y lo que opine el África subsahariana, poco importa
El caso más patético de división por esta política belicista sin duda lo encarna Europa Empeñada en la formación de una Unión sin fronteras, con moneda, parlamento y otras instituciones comunes, en esta ocasión ha sido incapaz de construir una posición de consenso Peor aún, la última semana de enero tuvo que enfrentar el apoyo público de ocho de sus miembros (Gran Bretaña, España, Italia, Portugal, Dinamarca, Hungría, Polonia y la República Checa) a la aventura militar de Bush en Irak, en contra de la abierta oposición de Francia, Alemania y otra decena de integrantes
Así las cosas, los europeos no pudieron presentar un frente unido a nivel político, pero tampoco militar Aliados naturales de Estados Unidos y Gran Bretaña en la Organización del Tratado Atlántico Norte, no llegaron a ningún consenso para que ésta participe como bloque en una ofensiva contra Irak Turquía, por ejemplo, que es miembro de la OTAN, pero también quiere serlo de la Unión Europea, se debate entre dar su apoyo a Washington o quedar bien con la mayoría de sus vecinos inmediatos, aparte de que comparte con Irak el problema de los kurdos y la mayor parte de su población es musulmana, lo que podría desatar reacciones violentas en su propio territorio
La filiación islámica es también lo que detiene a la mayoría de los países del Norte de África, Medio Oriente y Asia Central a apoyar un ataque armado contra Irak Ninguno parece dispuesto ni tiene capacidad de fuego para apoyar a Hussein, pero el miedo a sublevaciones masivas y violentas está omnipresente, sobre todo ante los ánimos ya caldeados por el enconado enfrentamiento entre palestinos e israelíes De ahí que los gobiernos de la región se hayan puesto a trabajar en una alternativa de exilio para el mandatario iraquí, su familia y sus más cercanos colaboradores Sobra decir que Israel apoya a Washington y será un blanco natural de Irak, lo que también puede hacer que la situación se desborde
El rechazo de la opinión pública a un ataque armado unilateral contra Irak, por lo demás, no es prerrogativa de los países musulmanes En toda Europa, incluyendo a los ocho que dieron su apoyo a Bush, los porcentajes de la oposición ciudadana se elevan sobre un mínimo del 65% y algunos rebasan hasta el 90% Por este motivo, Tony Blair, en Gran Bretaña, y José María Aznar, en España, enfrentan ya un fuerte repudio no sólo de la gente y de los sectores de oposición, sino hasta de miembros de su propio partido
Los porcentajes se repiten en casi todos los países, sin importar la posición de los gobiernos Y hasta dentro de Estados Unidos la división de opiniones tiende a extenderse Aunque muchos norteamericanos siguen creyendo en las bondades de una acción armada contra Hussein, preferirían que ésta se diera en el marco de Naciones Unidas; y cada vez son más los que quisieran que mejor no hubiera guerra Marchas multitudinarias, encuestas de popularidad a la baja, oposición de congresistas, críticas de periodistas y académicos, consejos de viejos colaboradores de su padre, nada parece detener a George W Bush
Vaya, en esta ocasión, ni los hombres del dinero Cada día, las noticias dan cuenta de estrepitosas caídas en la bolsa de valores, de una reducción en las inversiones, una baja en el consumo y un aumento en el desempleo de Estados Unidos, que los especialistas financieros atribuyen al nerviosismo ante una inminente guerra Muchos piensan que cuando ésta se desate y tenga éxito la situación repuntará Nadie, empero, se atreve a augurar cuando llegará este éxito y medios influyentes como el Wall Sreet Journal opinan que en ningún caso las acciones bélicas beneficiarán a la economía estadunidense
¿Qué persigue con tanto ahínco Bush hijo como para desafiar y dividir a todo el mundo?