El Salvador: la deuda con los niños desaparecidos
San Salvador -- La guerra civil salvadoreña finalizó hace 11 años Sin embargo, las heridas que dejó el conflicto aún sangran, en “carne viva”, como se dice popularmente Una de esas heridas abiertas está relacionada al drama de los niños y niñas desaparecidos durante la contienda bélica
Entre 1980 y 1992 se desarrolló lo que se conoce como guerra civil Previamente existió una fuerte polarización política y social: en un bando el modelo de dictadura militar, en el otro la insurgencia y las fuerzas antidictatoriales La guerra dejó 75 mil muertos, 8 mil desaparecidos y más de 25 mil víctimas, entre lisiados, huérfanos, viudas, padres que perdieron a sus hijos
La desaparición de personas no era extraño en aquellas circunstancias de represión política El fenómeno se daba desde los años de la década de los años 60 contra líderes sindicales u opositores de izquierda, todos considerados “comunistas”
No obstante, durante la guerra propiamente dicha, comenzaron a registrarse los casos de niños desaparecidos Existen fichas documentadas de menores que fueron arrancados de los brazos de sus familiares a punta de pistola, hasta casos de niños que fueron sobrevivientes de masacres “y encontrados con vida en medio de los cadáveres” de sus parientes
La organización PRO-BUSQUEDA, creada por el sacerdote jesuita Jon Cortina en 1994, se dio a la tarea de localizar a aquellos que siendo menores de edad fueron arrancados del seno familiar y llevados forzosamente a orfanatos ó a otros hogares Se estima y se han localizado muchos, ahora jóvenes, que fueron dados en adopción a familias extranjeras
El 16 de enero de 1994 PRO-BUSQUEDA logró realizar el primer reencuentro de un desaparecido con su familia biológica El hecho ocurrió en Guarjila, un poblado de la provincia norteña de Chalatenango, antigua zona de guerra y de control rebelde
La lógica de aquellas familias que perdieron a sus hijos o nietos o hermanitos o sobrinos, al ver que algunos menores iban apareciendo, ha sido la siguiente: “Si éstos están vivos, también los nuestros”
Así, PRO-BUSQUEDA ha logrado reunir entre 1994 y 2003 denuncias y solicitudes para localización de 686 casos, de los cuales 131 están resueltos totalmente y ya se han reencontrado con sus familias biológicas; 101 casos localizados y pendientes de reencuentros; 21 fallecidos en diversas circunstancias Otros 433 están desaparecidos
De acuerdo con las estadísticas de la referida asociación, la Fuerza Armada fue la responsable de la desaparición de 351 menores; las “circunstancias del conflicto”, de 276 menores; 51 se atribuyen a la guerrilla; 7 al ejército hondureño y 1 a la policía de Guatemala De los desaparecidos 340 eran varones y 346 eran niñas
LUCIO Y MARÍA
Lucio Carrillo y María Angélica Abrego fueron menores “desaparecidos” En la actualidad ambos tienen 26 años de edad Están casados y tienen un hijo Sus historias son dramáticas Lucio recuerda que su madre fue asesinada por los Escuadrones de la Muerte, en la región de San Vicente Por tal motivo su padre tuvo que huir y se unió a la guerrilla Su padre falleció víctima de una mina antipersonal, pero no recuerda por qué fue entregado a un orfanato cuando tenía un poco más de 5 años de edad
PRO-BUSQUEDA lo localizó por solicitudes hechas por familiares de sus padres, hasta que se convirtió en un activista de la misma causa En las investigaciones conoció a María Angélica, quien también era reclamada por sus familiares Esta joven, de Chalatenango, fue apresada junto a su madre --quien estaba embarazada-- y otra hermana Ambas fueron torturadas y asesinadas en un cuartel y María Angélica, entregada a las Aldeas SOS (orfanato católico) hasta que pudo independizarse
“Me casé con María Angélica porque creí que por haber vivido situaciones parecidas, nos íbamos a entender mejor y así ha sido, nos queremos mucho, y también pasamos muchos trabajos porque ambos dejamos la Universidad por falta de recursos Nos sostenemos con un taller en el que elaboro fundas para computadoras o para guitarras”, dice Lucio
El 31 de mayo de 1982 el ejército realizó un operativo contrainsurgente en el poblado de San Antonio de la Cruz, en Chalatenengo Los soldados capturaron a unos 200 campesinos María Magdalena Ramos, era una joven madre, cuyo hijo Nelson Anivar Ramos, de seis meses de edad, le fue arrebatado a punta de pistola
“Cuando se llevaron a mi hijo empecé a correr detrás de los soldados y subí por la ventana del helicóptero para tratar de buscarlo Un soldado me tiró El helicóptero se levantó Sólo nos quedamos paradas mirando irse al helicóptero Todas las mujeres estaban llorando”, recuerda María Magdalena entre lágrimas, pero con la esperanza de logra saber cuál fue el destino de su niño
La mayoría de los menores localizados han sido ubicados en El Salvador (116); 44 han sido localizados en Estados Unidos y 39 en Italia, 15 en Honduras, 14 en Francia, tres en Suiza, tres en Bélgica, uno en Holanda, uno en Inglaterra y uno Guatemala
Azucena Mejía, es socióloga de profesión Durante la guerra trabajó en la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES) Muchos de los activistas de esta organización, incluidos dos de sus presidentes --Marianella García Villa y Herbert Anaya Sanabria—fueron asesinado
“Después de firmada la paz entre gobierno y guerrilla, vine a trabajar a PRO-BUSQUEDA Considero que es un gran compromiso que tenemos con esta gente que desea saber cuál fue el destino de sus pequeños hijos”, afirma Azucena
--Hay quienes creen que este tema debe ser olvidado porque abre heridas ¿Por qué insiste PRO-BUSQUEDA?
--Bueno, lo que pasa es que existe la necesidad de lograr una reparación moral para las víctimas, para la familia biológica Está también el derecho de identidad de los ahora jóvenes También existe la necesidad de la verdad para el joven y su familia biológica, así como para toda la sociedad Conocer la verdad ayuda a reparar el daño causado”
--¿Cómo han reaccionado los jóvenes y sus familiares después de los reencuentros?
--Al principio, cuando se conoce la verdad puede causar ciertos traumas Se mueve para una persona la estabilidad emocional Luego hay etapas de mayores reflexiones cuando el joven conoce las circunstancias de su separación del seno familiar Cuando los muchachos tienen algo de memoria, existen muchos sentimientos encontrados entre querer conocer a su familia biológica, al mismo tiempo de un gran compromiso con su familia adoptiva Pero al final el joven se siente íntegro, recupera su verdadera identidad
--¿Qué pasa con los familiares que llevan mucho tiempo buscando a sus hijos?
--Continúan esperando Nosotros hemos tenido que organizar talleres para explicarles a los familiares las dificultades que existen en la búsqueda Hacemos profundos balances de los casos más difíciles hasta llegar a la conclusión de que se necesita el apoyo institucional de la Fuerza Armada, por ejemplo, para localizar al desaparecido Vamos decantando en cada caso
--¿Cuál es el apoyo institucional que recibe esta labor humanitaria?
--Bueno llevamos dos períodos legislativos solicitando la creación de la Comisión Nacional de Búsqueda de los niños desaparecidos, pero los partidos de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el de Conciliación Nacional (PCN) se han negado y bloquean la iniciativa Se intentó trabajar con el Procurador General de la República Le entregamos 13 casos y en un año no pudo resolver ninguno Él encontró el obstáculo de la Fuerza Armada Citó a cinco coroneles, llegaron tres a la cita y éstos dijeron que no sabían nada, cuando tenemos conocimiento de que ellos se apropiaron de niños durante la guerra
Azucena Mejía, pese a que durante el conflicto vivió experiencias crudas, se ve ecuánime y sensible “Lo más terrible que viví durante la guerra fue que, en dos circunstancias diferentes, se me murieron dos jóvenes en los brazos Uno víctima de esquirlas de bomba y otro baleado”, rememora con los ojos enrojecidos
Sin embargo, aclara que siente gran alegría cuando en el caso de los niños desaparecidos, las investigaciones avanzan y se logra llegar a verdad “Es como devolverles parte de la vida”, dice