Cuba: La maldición de Ginebra
Ginebra -- Siete de los 11 países latinoamericanos que integran este año la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, compuesta por 53 Estados miembros, votaron a favor de la resolución contra Cuba el jueves 17 en Ginebra, que fue aprobada por 24 votos a favor, 20 en contra y 9 abstenciones
El texto, que tuvo el voto en favor de Chile, Costa Rica, Guatemala, México, Perú, Paraguay y Uruguay, insta a la revolución cubana a mejorar el respeto de los derechos humanos en general, alentándola a ratificar los Pactos de Naciones Unidas en la materia Le solicita también que acoja y colabore con Christine Chanet, la representante para Cuba del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, la que deberá informar a esta Comisión en la reunión del año venidero A la medida se opusieron Venezuela y Cuba, y se abstuvieron Argentina y Brasil
Previamente la Comisión rechazó dos propuestas de enmiendas La primera, presentada por Costa Rica y que pretendía criticar las recientes detenciones, juicios sumarios y ejecuciones ocurridas en la isla, perdió por 31 votos contra 15 y 7 abstenciones Salvo Brasil y Chile, que se abstuvieron, los demás países de la región votaron en contra, menos Costa Rica que la defendió
A su vez, la delegación cubana presentó una segunda enmienda que pedía el cese del bloqueo de Estados Unidos contra la isla y una “evaluación sobre los efectos de los continuos actos terroristas realizados impunemente contra el pueblo de Cuba desde el territorio de los Estados Unidos” Tal propuesta fue vencida por 26 votos contra 17 y 10 abstenciones Cuba y Venezuela le dieron luz verde, se abstuvo Brasil, oponiéndose Argentina, Chile, Costa Rica, Guatemala, México, Perú, Paraguay y Uruguay
LOS DISCURSOS
Mariclaire Acosta, representante de México, la única delegación que dio explicaciones antes de votar esas enmiendas, anticipó que votaría en contra porque tales enmiendas “contienen elementos que desvirtúan la naturaleza y el propósito del proyecto de resolución original” Insistió en que “México sigue persuadido de que la Comisión deberá adoptar un proyecto de resolución de carácter procesal”
En cuanto al texto original de la resolución, Mariclaire Acosta lo justificó expresando “su honda preocupación por la situación de los derechos humanos en Cuba”, y en particular por el hecho “que la Oficina del Alto Comisionado para los derechos humanos no ha contado con la abierta cooperación del gobierno cubano para producir una evaluación sobre la situación que impera en la isla”
Apuntaló: “Es obligación de los Estados, tanto individual como colectivamente, velar por el respeto en su carácter universal, indivisible e interdependiente” de los derechos humanos Estimó que la resolución “se inscribe en una política de cooperación regional y no de confrontación” y que “no es condenatoria ni critica contra Cuba”, recordando por otra parte que México se ha pronunciado “invariablemente y de manera inequívoca” desde 1992, “a favor del levantamiento del embargo contra Cuba”
En cambio, para Víctor Rodríguez, embajador de Venezuela para Derechos Humanos, que votó en contra de la resolución, se trata de un texto “que adolece de un equilibrio evidente e inconveniente”, porque no toma en cuenta “el impacto de acciones unilaterales contrarias al derecho internacional y rechazado por la comunidad internacional en su conjunto, como es el injusto embargo impuesto a ese país que afecta el pleno disfrute de los derechos humanos del pueblo cubano”
Juan Antonio Fernández Palacios, jefe de la delegación de Cuba, dijo que la resolución se aprobó “bajo enormes y bochornosas presiones”, calificándola de “burda maniobra completamente desprestigiada e inmoral, cuyo único objetivo ha sido fabricar pretextos para tratar de justificar el bloqueo genocida y la política de agresiones que durante más de 40 años el gobierno de los Estados Unidos ha practicado contra Cuba”
En cuanto a Argentina, que junto con Brasil se abstuvo, una de sus delegadas en la Comisión, Norma Nascimbene, manifestó su “profunda preocupación por las recientes detenciones y juicios sumarios producidos en Cuba que han resultado en severas condenas a largas penas de prisión de intelectuales, periodistas y otras personas comprometidas con la lucha por los derechos civiles y políticos e, incluso, en penas de muerte poniendo fin a la moratoria que regia en ese país sobre la aplicación de la pena capital”
Nascimbene reafirmó “nuestro respeto estricto a los principios que rigen el debido proceso y al derecho inalienable a la defensa en juicio”, lamentándose “que los últimos acontecimientos en Cuba demuestran un claro desapego a esos principios esenciales”
Sobre “la continuidad del embargo económico que pesa desde hace años sobre Cuba”, la diplomática argentina dijo que es convicción de su gobierno que ello “no contribuye a la promoción y protección de los derechos humanos en ese país”
LA TRASTIENDA
Por encima de valoraciones y opiniones, este examen de Ginebra configura una derrota para Cuba de mayor envergadura que la sufrida el año pasado En el 2002 perdió por 23 votos en favor de la resolución contra 21 en contra y 9 abstenciones En el 2003 hubo un voto más en contra y uno menos a favor, con el agravante que esta vez los delegados de La Habana intentaron volcar la balanza en sentido contrario introduciendo el tema del bloqueo Fracasaron estrepitosamente
Al mismo tiempo, las oleadas represivas contra disidentes, juicios sumarísimos contra opositores y ejecuciones contra tres de sus ciudadanos que quisieron huir de Cuba, fueron tomadas como un desafío del gobierno de Fidel Castro lanzado en el seno de la Comisión Ello provocó la hostilidad del máximo órgano de la ONU sobre derechos humanos, que le dio la espalda
La trama de lo acontecido estos días con Cuba en la sede europea de la ONU en Suiza tiene sus entresijos El capítulo final comenzó a jugarse el pasado lunes 14 cuando los Estados Unidos y la Unión Europea desistieron de formular enmiendas Comprendieron que modificar un texto presentado el 21 de marzo por Costa Rica, Uruguay y Perú, y que contaba con apoyo mayoritario en América Latina y entre los países occidentales, podía poner en riesgo su aprobación
El documento original, que fue el que finalmente se adoptó, mantiene al gobierno cubano entre los que violan sistemática y masivamente los derechos humanos, siendo merecedor de un mecanismo especial de la ONU para vigilar su observancia
Sin embargo, Costa Rica entendió que el dispositivo no era suficiente El martes 15 consideró que la resolución necesitaba ser reforzada en su “operatividad condenatoria” Presentó entonces una enmienda fustigando la represión que se viene intensificando en la isla Con ello hicieron más frágil el delicado equilibrio de fuerzas Endurecieron un proyecto, haciendo peligrar su aceptación por algunos países, proclives a sostenerlo aunque no al precio de las pretensiones costarricenses, independientemente de la justicia de las mismas
Según sondeos en fuentes de la ONU, la resolución con la enmienda costarricense podía pasar apenas por un sufragio
Por la mañana del miércoles 16 la delegación cubana enrareció el panorama doblando la apuesta En vísperas de la votación lanzó su propia enmienda Articularon, en un lenguaje agresivo, la exigencia de la interrupción inmediata del bloqueo estadounidense en torno a la isla Afirmaron que atentados en perjuicio de Cuba son urdidos desde Estados Unidos y perpetrados a sabiendas de las autoridades de Washington La iniciativa, sumada a la de Costa Rica, propició la postergación del tratamiento de la resolución por un día, como estipula el reglamento de la Comisión cuando las enmiendas afectan al fondo de su contenido
Pero transcurrido el periodo de reflexión y consultas, la soberbia tuvo su consecuencia Costa Rica asumió su lección en silencio, y Cuba, no pudo eludir que le volviera a caer el rigor del voto adverso en Ginebra