Entrevista exclusiva con Celso Amorin, ministro de relaciones exteriores de Brasil
«Para luchar contra el terrorismo hay que combatir la miseria»
Especial desde Ginebra
Tras haber acompañado al presidente Lula en la exposición ante el G8 del plan mundial “Hambre Cero”, pidiendo gravar el comercio de armas y destinar una parte de los interés de la deuda externa de los países en desarrollo para erradicar la pobreza, Celso Amorin resume las grandes líneas de la política exterior brasilera, a las puertas del primer encuentro Lula-Bush en Washington el próximo 20 de junio A los 61 años este hombre de cultura y diplomacia ha presidido la empresa de películas estatales de Brasil, y ha ejercido como embajador ante la ONU en Nueva York, llegando a presidir el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas Fue también ministro de exteriores de Itamar Franco en 1993 y embajador en Ginebra de 1999 a 2001, periodo en que puso en marcha la negociación internacional para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dotara de una Convención Antitabaco, adoptada el 21 de mayo pasado
P ¿Cuál es su reacción a lo resuelto por el G8 de implicarse en la lucha antiterrorista?
R La principal cosa para combatir el terrorismo, además de lo que ya se hace bajo el derecho internacional, es combatir el hambre, la miseria … porque no es la única causa pero es quizá, digamos, el ambiente que posibilita que el fanatismo, que muchas veces es el padre del terrorismo, prolifere
P¿ Cómo ha sido acogida la idea de una campaña mundial contra el hambre y la edificación de infraestructuras que se financien con recursos de la venta de armas y de la deuda externa?
R Cuando uno habla en esta asamblea donde hay tantos países ricos es natural que traiga el espíritu recogido en tantos contactos Lula ya ha recibido 8 presidentes de Sudamérica y estuvo con Fox en el grupo de Río y en su mensaje hay ideas compartidas Y con Argentina, específicamente, las relaciones son tan próximas que cuando Lula está presente Kirchner se siente representado y viceversa Lo importante es que nuestras ideas de como conseguir fondos para el desarrollo puedan ser comprendidas y estudiadas Aquí en el G8 hemos también hablado al respecto con el FMI y el Banco Mundial Sus reacciones son positivas Están reflexionando
P Lula afirma que no hay otra prioridad en su política exterior que el Mercosur, ¿qué tipo de liderazgo pretende ejercer Brasil?
R El de la aceptación de la responsabilidad de la economía que, por los hechos y por los números, es la más grande Eso no quiere decir que nuestro país sea mejor que los otros, pero no pretendemos un liderazgo de hegemonía, de forzar la conducción en un cierto sentido Pero si nosotros no damos el ejemplo en términos de poner en práctica lo que deseamos que los otros pongan en práctica entonces no es posible Queremos ejercer el liderazgo de la acción propia que como el presidente Lula ha expresado muchas veces, que involucre incluso una cierta dosis de generosidad, y eso también es verdad para Argentina ante las otras dos economías menores del Mercosur, Paraguay y Uruguay, tiene que ser así… No es paternalismo porque cada uno tiene que saber lo que es mejor para cada país Hay que tener iniciativas y asegurar el acceso a los mercados e incluso utilizar los instrumentos financieros que tenemos, que no son muchos ni tan grandes en este momento, pues tenemos nuestras dificultades, pero hay que hacer trabajos en interés de los otros y el ejemplo es la oferta de 1000 millones de dólares de línea de crédito ofrecida a los exportadores argentinos por nuestro banco de desarrollo económico y social…
P Se critica a Brasil de proteccionista y de no dejar entrar productos de otros países del Mercosur, como el arroz uruguayo, o de socios vecinos, como la cerveza boliviana…
R No voy a hablar de productos específicos pero creo que con Lula vamos a tener una visión no burocrática, no tecnocrática y no economicista de hacer cosas Claro que uno no puede olvidar los intereses vecinos y si hay una característica de nuestro gobierno, entre otras, es que predomine lo político Hay una decisión política de hacer la integración de América del Sur
P ¿Cómo es eso?
R Queremos buenas relaciones con toda América Latina pero cuando hablamos de integración hablamos más de América del Sur Es una cuestión geográfica Se hace integración física Y esto tiene más sentido entre los vecinos, pero no hay rivalidades con nadie
P ¿Qué mensaje lleva a Lula a su primer encuentro con Bush el 20 de junio venidero?
R Con Estados Unidos queremos una relación de cooperación estrecha, adulta y madura que respete las diferencias En ciencia y tecnología Estados Unidos tiene un programa de becas que deseamos se incremente Queremos beneficiarnos de la tecnología que allí se genera En agricultura nuestras posiciones son parecidas Internacionalmente ellos están preocupados con el terrorismo y queremos que quede claro que combatiendo a la pobreza se combate al terrorismo
P ¿Cómo fue su reunión con el ministro argentino de exteriores, Rafael Bielsa, la semana pasada?
R Primero fijamos la fecha del 11 de junio para la reunión de Lula con Kirchner, que después se confirmó Hablamos de la importancia del Mercosur y de las relaciones bilaterales, pues no hay que olvidar que hay una dimensión bilateral de obras de infraestructura, de cooperación fitosanitaria, de continuar las discusiones en el campo monetario y social…
P ¿Va a haber equiparación entre el real y el peso para operaciones de comercio y turismo?
R No es aún el momento para una decisión fija Hay una compresión que eso debe evolucionar Hay una preocupación de tener en cuenta crecientemente la necesidad de coordinación, cooperación y consulta y desarrollar un mecanismo de crédito reciproco para el intercambio
P Argentina y Brasil también comparten la idea de crear un parlamento del Mercosur…
R Es una propuesta, una idea, que también tiene que evolucionar Hay que hablar con los otros dos países, con Paraguay y Uruguay Tenemos que hablar entre los cuatro