El caldero africano

sábado, 26 de julio de 2003 · 01:00
Con la asistencia de los presidentes de Argelia, Nigeria, Senegal y Sudáfrica, en la conferencia del Grupo de los Ocho celebrada durante el verano de 2002 en Canadá se lanzó un Plan de Acción para África, bajo la convicción de que, en un mundo de economía y terror globalizados, Occidente y el continente africano se necesitan recíprocamente Un año después, sin un solo paso concreto que reportar, los mismos cuatro dirigentes volvieron a reunirse con el G-8 en Francia Y aunque África ya no fue el foco de atención de la cumbre, junto con otros mandatarios de países en desarrollo escucharon otra vez las mismas promesas de apoyo para superar la miseria, los rezagos estructurales y la violencia endémica Ambas comparecencias fueron duramente criticadas por medios tanto africanos como occidentales, por organizaciones de la sociedad civil y por entidades profesionales que las consideraron más un acto de lucimiento político que de estrategia efectiva, ya que los planes emanados de ellas se diluyen en vaguedades y carecen de concreción en términos de compromiso y de recursos económicos Considerados como los elementos más modernizadores del continente africano --en contraposición con añejos líderes como Khaddafi (Libia), Mugabe (Zimbabue) y Nujoma (Namibia)-- los presidentes argelino, nigeriano, senegalés y sudafricano se encuentran a la cabeza de una iniciativa de recuperación económica a nivel continental, denominada Nueva Sociedad para el Desarrollo de África (NEPAD, por sus siglas en inglés) Y precisamente para lanzarla fue que se presentaron en las reuniones de sus contrapartes más ricos Casi al mismo tiempo (Durban, julio 2002), la ineficaz y obsoleta Organización de la Unidad Africana decidió transformarse en la Unión Africana, un émulo de la Unión Europea que pretende tener su propio parlamento, corte y banco central Algo que se aprecia poco menos que utópico en un continente con 53 naciones dispares en todos aspectos, desde el desarrollo económico y educativo, hasta la pertenencia étnica y religiosa, pasando por infinidad de cosmovisiones y manifestaciones culturales Y esto sin contar con la corrupción generalizada --que según el presidente nigeriano Obasanjo le ha costado a África una sangría de 140 mil millones de dólares desde los sesenta--; la violencia endémica que mantiene a una decena de países en una virtual o abierta guerra civil; los conflictos interétnicos, los enfrentamientos tribales, la miseria, la sequía, la hambruna, los desplazamientos masivos de población, el SIDA y el terrorismo, que hablan más de una región a punto del colapso que de la salvación Tan sólo en las últimas semanas, las noticias han dado cuenta de una matanza interétnica en la República Democrática del Congo, un fallido golpe de Estado en Mauritania y el recrudecimiento de la guerra civil en Liberia con unos niveles de brutalidad que erizan la piel Y casi nada se ha hecho desde la comunidad internacional para remontar esta dinámica que se instaló prácticamente desde el inicio de los procesos de descolonización Más, en realidad, que la intervención directa, ha sido la lógica geopolítica la que ha determinado la conclusión de algunos conflictos Junto con la confrontación Este-Oeste, cayó por ejemplo en Sudáfrica el insostenible régimen del Apartheid En Angola, donde los blancos sudafricanos cobijados por Estados Unidos apoyaron durante decenios al movimiento de resistencia de la UNITA, éste fue abandonado a su suerte y se desintegró después del asesinato de su líder histórico, Jonás Savimbi En Sierra Leona, donde “cascos azules” de la ONU y tropas británicas lograron congelar el enfrentamiento civil de diez años, la resolución vino con el apresamiento del líder opositor Foday Sankoh Su movimiento quedó descabezado, en parte porque él mismo se encargó de eliminar a todos sus rivales y porque el resto quedó sin capacidad operativa para mantener un movimiento guerrillero, sustentado en el resentimiento entre el campesinado pobre y las élites urbanas Con la mediación de Argelia, también se alcanzó un acuerdo entre Etiopía y Somalia, país este último que en 1993 vivió la postrer intervención directa de Estados Unidos, cuando el entonces presidente Clinton envió una misión “humanitaria” y varios de sus soldados fueron linchados por turbas enfurecidas Cabe decir que la propia Argelia no ha subsanado su enfrentamiento con el fundamentalismo islámico Otros países como Mauritania y Sudán se debaten entre su pertenencia al mundo árabe y al africano En ambos, el objetivo último de los rebeldes es la separación territorial y la imposición de la sharia o ley islámica La exacerbación de los ánimos musulmanes, la ocurrencia de atentados y la guerra global contra el terrorismo no han hecho sino caldear las tensiones internas Imposible mencionar todos los conflictos, pero se puede afirmar que fundamentalmente el centro y el occidente de África continúan en llamas Desde que cayó el dictador Mobutu Sese Seko y Zaire volvió a ser el Congo, este país, que tiene fronteras con otros nueve ha sido el eje de una verdadera hecatombe en toda la región de los Grandes Lagos Y, pese al acuerdo de 1999 en Lusaka y a la presencia de tropas de la ONU, las rivalidades interétnicas y las injerencias interestatales, estimuladas por la codicia hacia las inmensas riquezas del país, han hecho imposible que cualquier acuerdo se lleve a la práctica Algo similar ocurre en la costa occidental, donde la partición artificial en un sinnúmero de naciones sólo ha logrado incrementar las rivalidades El caso más álgido, de momento, es el de Liberia, un país creado en el siglo XIX para repatriar a los esclavos libertos de Estados Unidos Ahí, el enfrentamiento es de grupos, pero lleva ya diez años Su actual presidente, Charles Taylor, no sólo se ha distinguido por corrupto, sino que está acusado de crímenes de guerra no sólo en su país, sino por haber apoyado a los rebeldes de la vecina Sierra Leona –aquellos que cercenaban manos y pies– a cambio de diamantes Y aparte de todo este escenario de inestabilidad social y política está el SIDA, que ha golpeado como a ningún otro al continente africano Según el programa de las Naciones Unidas para esta enfermedad, el 70% de los infectados con VIH a nivel mundial y el 80% de las muertes relacionadas con el síndrome se ubica aquí Hasta ahora han muerto 19 millones de africanos y se espera que hacia el 2020 sean 55 millones, en un continente de 700 millones de habitantes La mayoría de estas muertes ocurre además entre hombres y mujeres en edad productiva, lo que ha abatido hasta en un 4% la productividad en general y disminuido la producción de alimentos en particular También ha dejado una estela de por lo menos 10 millones de huérfanos Según el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se requeriría de por lo menos 10 mil millones de dólares anuales para detener la pandemia Hasta la fecha sólo se dispone de un total 2 mil millones de dólares Para no hablar del abandono y/o el saqueo a que ha estado sometida África históricamente, baste señalar que tras el fin del bipolarismo la misma inercia ha sido arrastrada durante los últimos diez años Ungida como la única superpotencia, Estados Unidos buscó llenar el vacío de poder dejado por la Unión Soviética y competir con las exmetrópolis coloniales europeas que todavía mantienen intereses en la región Pero el trauma de Somalia hizo que el gobierno de Clinton no volviera a aparecer en el escenario africano sino hasta 1998, cinco años después y luego de que se gestara la enorme crisis humanitaria en torno de los Grandes Lagos, con millones de muertos y desplazados, en la que sólo intervino Francia mediante la fallida “Operación Turquesa”, que acabó colocándola del lado de los genocidas Tras un breve mea culpa por las prácticas esclavistas del pasado y las omisiones del presente, Clinton, escoltado por Annan, selló en Uganda, con asistencia de varios de sus vecinos, “una asociación entre Estados Unidos y África para el próximo siglo, con el fin de integrar al continente a la economía mundial, reforzar la seguridad regional, mantener la paz y evitar genocidios” Luego vendrían, sin embargo, los atentados de las embajadas en Kenya y Nigeria, y Sudán sería bombardeado, devolviendo las relaciones a la congeladora En 2001, ya con la administración Bush en funciones, pero antes de los atentados de septiembre, el National Energy Policy Development Group recomendó “revigorizar” las relaciones comerciales con África y profundizar los nexos bilaterales y multilaterales, con el fin de crear un ambiente más receptivo para el comercio, las inversiones y las operaciones petroleras” Sí, porque además de sus riquezas en oro, diamantes, minerales estratégicos y otras materias primas, África se ha revelado ahora como una promisoria fuente de petróleo Según otro organismo norteamericano, el US Corporate Council on Africa, la tasa más acelerada de descubrimiento de nuevas reservas petroleras en el mundo se ha ubicado en las costas occidentales de África y, más concretamente, en el Golfo de Guinea (siete de cada ocho nuevos barriles detectados provienen de esta zona) Aunque las fuentes no siempre concuerdan en cifras, los cálculos sobre los depósitos comprobados off-shore en el arco que va desde Liberia y Costa de Marfil hasta Sudáfrica oscilan entre 20 mil y 30 mil millones de barriles diarios; pero hay analistas que prevén cifras de hasta 90 mil millones, con reservas por explorar todavía más altas, de buena calidad y con la ventaja de rutas de transporte más cortas que las de Oriente Medio Ya en la actualidad, entre el 12% y el 15% de las importaciones petroleras de Estados Unidos proviene de África Occidental y, según el National Intelligence Council, en pocos lustros podría elevarse hasta un 25% Aunque nada garantiza todavía este incremento que, de acuerdo con los expertos, depende de variables geofísicas, presiones de mercado y acuerdos de explotación y distribución de ganancias entre compañías y gobiernos Y, por supuesto, de la estabilidad política y social de la región Es en este marco que se dio la gira relámpago de George W Bush por cinco países africanos a principios de este mes El eje de su discurso giró en torno de la ayuda para el desarrollo, el combate al SIDA –para el cual ofreció una cifra sin precedentes de 15 mil millones de dólares–, la lucha contra el terrorismo y hasta el posible envío de una fuerza de paz a Liberia porque, según dijo, “Estados Unidos no tolerará desequilibrios en sus zonas de interés más importantes” Bush no aclaró por qué esta olvidada región del mundo se había vuelto de pronto tan importante Pero los analistas locales de los países visitados no tuvieron duda Prácticamente todos coincidieron en que se trata de “la desesperada búsqueda de proveedores alternativos de petróleo” ante la creciente crisis en Asia Central y el Golfo Pérsico Es probable que pronto fluyan las inversiones Ninguno espera que esto redunde realmente en el desarrollo de África Más bien, todos se miran en el espejo de Irak

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