Argentina: corrupción y banalidad
Buenos Aires (apro) - El locutor de la radio porteña "La 2 x 4", anunció el popular tango de Enrique Santos Discépolo, "Chorra" (ladrona) con una dedicatoria especial y, enseguida, se escucharon las estrofas del popular tema de los años cuarenta:
"Por ser bueno, me pusiste en la miseria, me dejaste en la palmera, me afanaste hasta el color En seis meses me fundiste el mercadito, el puestito de la feria, la ganchera (donde se cuelga la carne), el mostrador”
Minutos antes el juez Adolfo Canicoba Corral, el mismo que ordenó la detención de 45 militares y un civil por pedido del magistrado español Baltasar Garzón, había dispuesto el arresto de María Julia Alsogaray, exsecretaria de Recursos Humanos y la figura más emblemática de las interminables denuncias de corrupción que llovieron durante los dos gobiernos del expresidente Carlos Menem (1989-99)
Alsogaray, heredera de las más rancia y tradicional familia liberal de la Argentina, acostumbrada a una vida de lujos y “glamour”, llevó adelante además privatizaciones cuestionadas y fue la funcionaria multifacética de Menem, que la defendió a capa y espada cuando la oposición apuntaba todos sus dardos contra “la ingeniera”
Las acusaciones son variadas: acumula una decena de procesos en su contra, el último de los cuales por irregularidades en obras de remodelación (sin licitación y en favor de empresarios amigos) del edificio de la secretaría a su cargo, entre 1995 y 1997, que le costó la cárcel
El juez la acusa de desvío de fondos, defraudación por administración infiel en perjuicio del Estado, falsedad ideológica e incumplimiento de los deberes de funcionario público
Su detención dibujó una sonrisa entre los funcionarios del gobierno, en especial en el rostro del presidente Néstor Kirchner
“Está bien En este país tiene que haber justicia”, sentenció el mandatario, a quien le gustan “los golpes de efecto” para mantener bien alto sus índices de popularidad, del orden de 80 por ciento, según confían sus más cercanos allegados
Y es que la detención de María Julia, tal como se la conoce popularmente en Argentina, desató una bocanada de aire fresco en la población, habitualmente desconfiada y descreída sobre el papel de la justicia
El 709 por ciento de los consultados en una encuesta del diario Clarín en su versión en Internet, aseguró que “cambió para bien” la justicia argentina en los últimos meses (desde la asunción de Kirchner, el 25 de mayo) con los fallos que ordenaron la detención de más 40 militares acusados de violaciones a los derechos humanos, la renuncia del presidente de la Corte Suprema, Julio Nazareno, bajo presión del gobierno y ahora con la detención de Alsogaray
Un 223 por ciento consideró que todo sigue igual y 68 por ciento que “cambió (pero) para mal”
“El encarcelamiento de Alsogaray representa un paso muy importante para terminar con una Argentina en la que los funcionarios se llenaban los bolsillos, mientras se vaciaban las arcas públicas y la capacidad del Estado para responder ante los ciudadanos Es un símbolo emblemático de la impunidad e impudicia del menemismo y sus socios”, dice Fernando Melillo, diputado nacional por la Alternativa para una República Independiente (ARI, centroizquierda)
Banalidad vs corrupción
María Julia Alsogaray marcó la década del noventa en Argentina Fue “la elegida” por un Menem obsesionado por el “glamour” y el poder, una mezcla explosiva teñida de corrupción que le costó sus ansias de volver a la presidencia en las últimas elecciones
Su designación marcó una inflexión en el gobierno peronista de Menem: su giro de 180 grados hacia políticas ultra-liberales, dejando de lado todas sus promesas pre-electorales más cercanas al populismo tradicional del justicialismo fundado por Juan Domingo Perón (“a veces es necesario mentir”, llegó a admitir Menem)
La ingeniera Alsogaray, hija del exministro de Economía de una de las tantas dictaduras del siglo XX Alvaro Alsogaray, “padre” del ideario liberal argentino, había sido legisladora del partido fundado por su padre (Unión del Centro Democrático) hasta que fue convocado por el exmandatario para comandar la privatización de la telefónica estatal Entel
Fuentes que estuvieron cerca del poder en aquella época cuentan que “hubo una fascinación” entre el caudillo peronista y la mujer rica y conservadora, a quienes muchas revistas de chismes le endilgaron un romance nunca probado
La venta de Entel fue el primero de una serie de millonarios negocios de la era “menemista, a la que le siguió la privatización de la siderúrgica estatal Somisa, también a cargo de la “dama de hierro” argentina, la única que acompañó los 10 años de gestión de Menem
El rechazo popular hacia su figura fue inmediato, en especial después de que posó para la revista Noticias sólo cubierta por un tapado de piel, mostrando su escote y un hombro sensual, con un marco de nieve natural en los Andes argentinos
Al terminar su gestión privatizadora, en medio de fuertes protestas sindicales y de la oposición, Menem le encargó la secretaría de Recursos Naturales El diario Clarín escribió que Menem aprobó su nombramiento sólo para “tenerla cerca” suyo
Lo que siguió fue una sumatoria de actitudes, declaraciones (“la libertad es un venenito”, llegó a afirmar) y poses que crisparon los nervios de la población argentina, en especial de la clase media que por ese entonces cerraba los ojos y prefería abrazarse a una ficticia idea de “primer mundo” que le daba la convertibilidad (un peso igual a un dólar)
María Julia fue la encargada de anunciar con bombos y platillos proyectos millonarios que, uno por uno, fueron terminando en la basura Primero anunció que limpiaría el Riachuelo, un río putrefacto que rodea una parte de Buenos Aires, en mil días y lo convertiría en un lugar de veraneo El plan costó millones de dólares y el riacho sigue tan putrefacto como entonces
Después, anunció la construcción de una “aero-isla” frente a Buenos Aires, enmedio del Río de la Plata, para reemplazar el aeropuerto local, un proyecto faraónico que mereció críticas salvajes de ambientalistas, al igual que el plan de construir un basurero nuclear en el Gran Buenos Aires
Mientras los bosques del sur ardían a mediados de los noventa, la secretaria de Recursos Naturales viajaba con sus tapados de piel por Europa
Fue protagonista de secretas peleas palaciegas con su correligionaria Adelina Dalesio de Viola, también de su partido, el Ucede, pero mucho más bonita que ella, a juicio popular De Viola se unió al gobierno de Menem más tarde que “la ingeniera”, pero naufragó poco después enmedio de un escándalo por irregularidades al frente del Banco Hipotecario “Se odiaban”, dice a Apro un antiguo miembro del partido liberal
“Sólo soy una chica paqueta (una mujer “fresa”), dijo en plena era “menemista” cuando las cirugías eran visibles y se movilizaba en aviones privados por todo el país, mientras la Argentina se endeudaba y el desempleo crecía al mismo ritmo que la pobreza en un país orgulloso de ostentar, hasta ese entonces, los índices sociales más elevados de América latina
Las denuncias
En la actualidad María Julia está acorralada por las denuncias en una celda de 2 x 3, sin teléfono ni TV en una dependencia de la Policía Federal La celda, según fuentes cercanas a la exfuncionaria, es apenas un quinto de su baño personal en su lujoso departamento ubicado en un barrio tradicional de Buenos Aires
Pero lo que más le duele es el silencio de su “jefe”: Carlos Menem no hizo declaraciones sobre el arresto de su antigua protegida Sólo su hermano, el senador Eduardo Menem, habló: “No siente (el expresidente) que haya una persecución judicial o política contra el menemismo”, dijo
Mientras recibe las visitas de sus hijos y su hermano, quienes le llevaron las sábanas de su cama, toallas, ropa y algunos libros, María Julia se pasa el tiempo estudiando la causa por la cual se la envió a prisión y se le trabó un embargo de 15 millones de pesos (medio millón de dólares)
Las causas son numerosas: enriquecimiento ilícito y falsificación de documento (investigación de su patrimonio), defraudación por administración infiel (por cesión de tierras a empresas telefónicas), fraude en perjuicio al Estado (por contratación de una consultora para evaluar contratos pendientes de Entel), administración fraudulenta (por un pago injustificado de 9 millones de dólares a un proveedor de la telefónica) y peculado (por irregularidades para la refacción de la sede de la Secretaría de Recursos Humanos)
En el primero de los casos los números son sospechosos: tras diez años en el poder aumentó su fortuna en al menos dos millones de dólares Entre sus propiedades se incluye un “petit hotel” de 650 metros cuadrados en el barrio de Recoleta, el más caro de Buenos Aires y un departamento frente al Central Park de Nueva York María Julia llegó a gastar 200 mil dólares en su fiesta de cumpleaños número 47
“Mi madre tiene la conciencia tranquila El gobierno ejerce una fuerte presión sobre los jueces”, acusó su hijo Álvaro Erize “Tuvo 30 mil oportunidades para irse del país y prefirió someterse a la justicia, pase lo que pase”
Desde la vereda judicial le contestó el propio magistrado de la causa, Canicoba Corral: fue “la crónica de un final anunciado Es altamente improbable que sea liberada antes que recaiga la condena en el juicio oral”, la que podría llegar en varios meses
Actualmente, a los 60, la mujer que obnubiló a Carlos Menem, pasa sus días en una sala con cama de una plaza, dos sillas, un armario y una pequeña ventana tapada con una chapa
En la misma dependencia policial, comparte sus días de soledad junto a un concejal acusado de corrupción, un rabino narcotraficante y siete policías que participaron en la represión del 20 de diciembre del 2001, el sangriento episodio que desembocó en la caída de Fernando de la Rúa, el expresidente llamado a enderezar un país sumido en el caos del poder, el glamour y la corrupción de diez años de “fiesta menemista”