El Islam radical y el Sudeste Asiático

sábado, 9 de agosto de 2003 · 01:00
Esta semana, en Yakarta, volvió a repetirse la historia que en octubre del año pasado estremeció a la isla de Bali: Pese a todas las advertencias y controles una carga explosiva de dimensiones mayores detonó en un lugar primordialmente frecuentado por turistas occidentales, sembrando destrucción y muerte Y, también como la vez pasada, de su autoría se responsabilizó al grupo islámico radical Yemaá Islamiya Más allá de lo que un atentado de esta magnitud significa en sí mismo, lo que más preocupa y llama la atención, es que ni todo el trabajo de inteligencia de países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia ni las acciones policiacas in situ lograron evitar que los activistas islámicos llegaran hasta la capital indonesia misma y hasta el hotel Marriot, un virtual bunker construido recientemente en la súper vigilada zona comercial, donde también se ubican numerosas empresas extranjeras Tal vez las pesquisas reveladas por varios medios occidentales y de la región con motivo del atentado en Bali –las de esta semana todavía no se conocen– den idea de cómo se está tejiendo la red del extremismo islámico no sólo en Indonesia, sino en otras partes del Sudeste Asiático y lo que se está o no haciendo para desarticularlas También, de cuál es su real o ficticia responsabilidad The Sunday Times de Londres, por ejemplo, reseña que meses antes de los bombazos en esa isla paradisiaca, oficiales de inteligencia occidentales habían recabado información creíble de que el movimiento de Al Qaeda estaría planeando nuevos atentados, ahora sobre “blancos blandos” como enclaves turísticos en el Sudeste Asiático, en general, e Indonsia, en particular Desde principios de los años 90, estos oficiales habrían rastreado una corriente de fanatismo y fondos materiales que fluía desde las austeras escuelas coránicas de la Meca y Peshawar hacia Malasia, Indonesia (el país con mayor población musulmana en el mundo) y los minoritarios pero rebeldes grupos musulmanes de Filipinas La idea: Construir en el “arco islámico” del Sudeste Asiático un bastión fundamentalista para la organización Al Qaeda de Osama bin Laden No todos los servicios de inteligencia de Occidente, particularmente los australianos que conocen bien esta zona, dieron credibilidad a estos reportes; mucho menos las policías locales Así, activistas de Al Qaeda con nombres ficticios y encubiertos como turistas y hombres de negocios entraron y salieron de ciudades indonesias y visitaron las regiones separatistas de Filipinas Ni siquiera la eficiente policía de Malasia descubrió que Ramzi Yousef, el autor de los primeros atentados en el World Trade Center (1993) se escondía en Kuala Lumpur Una figura clave en esta red era un joven kuwaití llamado Omar al Faurk Diez años antes había sido reclutado en un campo de entrenamiento en Afganistán por Abu Zubayda, el jefe de operaciones de Bin Laden, que también reunió a los principales conspiradores de los atentados del 11 de septiembre En 1994 fue enviado a Filipinas para tratar de convencer a los grupos islámicos rivales de que se unieran para formar un solo estado separatista en la región del Frente Moro No lo logró, pero observó que su mensaje y su ayuda económica eran bien recibidos Entonces, fue puesto a cargo de un campo de entrenamiento para terroristas en suelo filipino, que atrajo a reclutas de todo el Sudeste Asiático, pero notoriamente a miembros de un grupo indonesio denominado Yemaá Islamiya Al Faruk recibió la orden de reunirse con ellos en Indonesia, donde entró en forma clandestina en 1998 Fue un momento perfecto Después de 30 años de férreo control, el gobierno de Suharto se desplomó y los servicios de seguridad se aflojaron Al mismo tiempo, en un país que había mantenido un régimen secular, emergieron partidos políticos que pedían la aplicación de la Sharia para el 85 por ciento de la población musulmana del país También se desataron ataques terroristas contra las minorías cristianas y de otras religiones, patrocinados por grupos clericales y de poder Al Faruk no vaciló en vincularse con ellos e, inclusive, se casó con la hija de un radical para encubrir su presencia Agentes secretos de Indonesia dicen ahora que estaban al tanto de esta infiltración de Al Qaeda, a la que califican como un intento de “arabizar” su país y de la que responsabilizan directamente a Arabia Saudita Presuntamente, también la inteligencia australiana en el terreno sabía de estos movimientos Pero las diferencias en torno de la secesión de Timor Este, en 1999, impidieron cualquier acción conjunta A mediados de 2000, el segundo de Bin Laden, Ayman al Zawahiri, se introdujo en Indonesia para supervisar las perspectivas de operaciones planeadas por Al Qaeda Al Faruk lo escoltó a todas partes Poco después, la noche de Navidad, sendas bombas explotaron en iglesias cristianas ubicadas en diferentes regiones, sin causar mayores víctimas Expertos dicen ahora que se trató de un ensayo para el atentado de Bali Poco a poco la inteligencia norteamericana empezó a despertar Y, al rastrear las conexiones de Al Qaeda, descubrió un vínculo suelto, pero efectivo, con Yemaá Islamiya, a cuyos miembros Al Faruk había entrenado en Filipinas Como su líder, identificó a Abú Bakar Bashir, un clérigo de 65 años que había estado encarcelado Pero había más Según información de la CIA, Bashir recibió una transferencia de 74 mil dólares de la cuenta de Sheik Abu Abdulá al Emarati (un seudónimo de Bin Laden), para adquirir tres toneladas de explosivos de oficiales corruptos y/o solidarios del ejército indonesio Con información adicional recabada después en Afganistán, los movimientos y contactos de Al Zawahiri fueron rastreados y la policía de Singapur logró detener a 13 musulmanes que, presuntamente, planeaban atentados contra las embajadas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia e Israel Todos admitieron ser miembros de Yamaá Islamiya De hecho, las actividades del grupo ya eran seguidas desde años atrás, pero por motivos internos de la política Indonesia no se actuó El periódico independiente The Jakarta Post da cuenta del ascenso de los sectores musulmanes a la par de la descomposición del régimen de Suharto Éste se expresó primero con la designación de su sucesor inmediato, BJ Habibi, y luego con la elección en 1999 del clérigo musulmán Abdurrahman Wahid, como presidente Acusado de corrupción y abuso de poder, tuvo que dejar su lugar a Megawati Sukarnoputri y su partido el Democrático Indonesio en Lucha, que buscaron devolver la secularidad al gobierno indonesio Sin embargo, como vicepresidente quedó Hamzah Haz, un islamista de quien se sabe guarda simpatía hacia Bashir Apoyada por una frágil coalición y con pocas simpatías de un ejército mayoritariamente musulmán, Megawati optó por no tocar el avispero islámico A pesar de la parálisis del gobierno de Yakarta, se lograron avances importantes Durante el año pasado, tanto en Indonesia como en Egipto y Filipinas fueron detenidos militantes que reconocieron tener nexos con Al Qaeda y/o Yamaá Islamiya Pero el golpe mayor se dio en junio: Al Faruk fue apresado en Cijeruk, un pequeño poblado a una hora de la capital Indonesia, y entregado a los norteamericanos para su traslado a la base de Bagram, en Afganistán Ahí, después de dos meses de silencio, soltó la información: Habló de su asociación con Bashir y de un plan para asesinar a 40 prominentes indonesios, incluyendo a la presidente Sukarnoputri También que estaba en marcha una campaña mayor de atentados con bombas Los norteamericanos alertaron al gobierno indonesio, pero Megawati prefirió, otra vez, no tocar a los islamistas Entonces se dio uno de esos capítulos poco divulgados por la prensa, que marcan el verdadero accionar de la política Según narra The Sunday Times, Karen Brooks, una rara sobreviviente demócrata que pasó del Departamento de Estado de Clinton al Consejo Nacional de Seguridad de Bush, fue enviada a Yakarta Experta en asuntos asiáticos, estudió en ese país, habla el indonesio con fluidez y es amiga personal de Megawati, a quien conoció a mediados de los años 90, cuando militaba en la oposición contra Suharto Ambas mujeres tuvieron el 16 de septiembre una reunión absolutamente secreta, en la que Brooks le mostró a Sukarnoputri evidencias en video de campos de entrenamiento de Al Qaeda en suelo indonesio La idea era convencer a la mandataria de actuar contra los extremistas islámicos por iniciativa propia, sin que pareciera que estaba obedeciendo órdenes de Washington Nada se filtró a la prensa local Pero la misión fracasó, por otro artículo publicado en la prensa internacional Filtraciones del interrogatorio a Al Faruk publicadas por la revista TIME, en las que se calificaba a Bashir como terrorista, desataron un furor antiamericano Líderes musulmanes clamaron que Bashir era víctima de una conspiración estadunidense y dirigentes políticos opinaron que Washington controlaba a Indonesia Resultado: Bashir y Yamaá Islamiya permanecieron intocados Menos de un mes después, una discoteca y un bar en Bali volaban por los aires, cobrando más de 200 muertos Aunque con menos víctimas fatales y menor difusión internacional, por parecer producto de la guerra secesionista que libran los sectores musulmanes locales, en Filipinas se han suscitado por lo menos cuatro atentados con bomba, muy similares a los ocurridos en Indonesia Pero investigaciones tanto de inteligencia, como periodísticas, señalan que Yemaá Islamiya sigue tan activo en territorio filipino, como en tiempos de Al Faruk Según fuentes castrenses consultadas por Tony López, de The Manila Times, la organización encabezada por Bashir ha utilizado el Campo Abubakar, del Frente Moro de Liberación Islámica, en Maguindanao, como escuela de entrenamiento de terroristas y de preparación para ataques con bombas También tiene relaciones con la guerrilla de Abu Sayaff, que además de reivindicar varios atentados, se ha singularizado por practicar asesinatos de escarmiento y tomar rehenes en islas turísticas En una de estas tomas, hace tres años, que involucró a varias decenas de turistas de diversas nacionalidades, el grupo extremista planteó entre sus exigencias para liberarlos la excarcelación del ya anteriormente citado Ramzi Yousif, el clérigo ciego relacionado con el primer atentado a las Torres Gemelas Desde entonces se le vinculó con Al Qaeda y sus filiales en el Sudeste Asiático Yemaá Islamiya, una de ellas, se planteó nada menos que instaurar un Estado islámico que englobara a Malasia, Indonesia, Singapur, el sultanato de Brunei, el sur de Filipinas y el sur de Tailandia Si las acusaciones por el atentado en el Marriot son ciertas, parece que el proyecto avanza

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