La cruzada contra los "maras"

sábado, 28 de febrero de 2004 · 01:00
San Salvador -- En julio pasado el gobierno salvadoreño inició una intensa batalla contra lo que consideró el flagelo “más peligroso” en contra de la sociedad: el accionar de las “maras” o pandillas juveniles El presidente Francisco Flores, escoltado por su ministro de Defensa y por el director de la policía, envió entonces un mensaje a la Nación desde el centro de un barrio que había sido dominado por las “maras” y les declaró la guerra Al cabo del tiempo el resultado del llamado “Plan Mano Dura” es cuestionado: más de 8 mil jóvenes de ambos sexos fueron apresados, pero sólo 31 por ciento de los presuntos pandilleros se encuentran inmersos en procesos judiciales, en su mayoría por delitos de robos y tenencia de armas Desde aquella fecha todos los jóvenes tatuados, peludos o rapados, y con vestimentas flojas, han sido apresados aunque no hayan cometido delitos Flores estableció que “pertenecer a las maras era un delito”, con lo cual provocó un grueso enfrentamiento con el sistema judicial, así como con organismos defensores de los derechos humanos y de la niñez y la adolescencia El mandatario salvadoreño y sus más importantes funcionarios han reiterado que los “mareros” son los responsables de la mayoría de los delitos, entre ellos unos 100 homicidios mensuales Sin embargo, la cifra de procesados judicialmente contradice tales afirmaciones oficiales A la “Mano Dura”, iniciada en julio, le siguió la denominada “Ley Anti-maras”, aprobada por el legislativo un mes después con la intención de consolidar y legalizar el plan de represión contra las pandillas juveniles Tanto la ley como el plan son considerados por los jueces como inaplicables e innecesarios debido a que todos los delitos indicados en la cuestionada legislación ya se encuentran contemplados en los códigos penales Organizaciones de la sociedad civil, como la Fundación para el Estudio y la Aplicación del Derecho (Fespad), también estiman que la referida ley es inconstitucional por violar los derechos humanos: se castiga la apariencia y no el delito; la policía asume función fiscal en el proceso, pues puede hasta declarar válidas las declaraciones extrajudiciales Pero el ímpetu del gobierno de Flores, al que se acusa en El Salvador de querer usar el tema con motivaciones político-electorales --las elecciones presidenciales serán en marzo de 2004--, traspasó las fronteras salvadoreñas y convenció a sus homólogos de Honduras, Guatemala y Nicaragua para emprender una especia de “Cruzada Anti-maras” en Centroamérica El vocablo “mara” viene de marabunta (unas voraces hormigas de regiones selváticas) Sus orígenes se remontan a la década de 1980 en las ciudades norteamericana de Los Ángeles y San Francisco, a donde llegaron grandes flujos de inmigrantes salvadoreños que huían de la guerra civil interna Según investigadores locales, la “Mara Salvatrucha” --la más conocida y antigua-- se formó en los barrios bajos de Los Ángeles en respuesta a la llamada “Mexican Mafia” Luego surgió otra rival de la “Salvatrucha”: la conocida como “Mara 18” (denominada así por una afamada calle angelina) Ante el continuo flujo de migrantes salvadoreños (de 64 millones de habitantes que tiene El Salvador, 23 millones residen en Estados Unidos), que van de Sur a Norte --expulsados por la falta de trabajo-- y de Norte a Sur --deportados por cualquier motivo--, también las “maras” y sus rivalidades han proliferado en la llamada “ruta del migrante”: El Salvador, Guatemala, México y Estados Unidos ¿Un peligro trasnacional? Dos importantes personalidades, conocedoras del tema de la violencia en El Salvador y en Centroamérica, Miguel Cruz, catedrático universitario y consultor de las Naciones Unidas, así como Bruce Harris, director de la no gubernamental “Casa Alianza”, dedicada a la defensa de la niñez desprotegida en Latinoamérica, se encargan de aclarar la realidad de las “maras”, sus motivaciones y el verdadero peligro que representan “No se puede negar que los ‘maras’ representan un problema muy serio en El Salvador, pero este problema no surgió en un año o en dos, esto data de hace más de 10 años y ya lo estudiábamos en los inicios de la década de 1990 Se dejó crecer y se dejó que se complicara Definitivamente no es con la internacionalización del combate o de la política para hacerle frente como se va a resolver”, expresó Miguel Cruz Por su parte, Harris estima que “no podemos pensar que todos los mareros son lo mismo Hay algunos, la minoría, que son altamente peligrosos y hay muchos también que quieren salir del grupo Muchos jóvenes se meten en las pandillas porque casi todos son de grupos socio-económicos bajos, con pocas esperanzas en la vida Esta falta de futuro mezclado con el aventurerismo de la adolescencia y con una falta de supervisión de los padres, provoca que muchos muchachos caigan en las ‘maras’ En ciertas áreas de las ciudades principales, las autoridades han dejado que las ‘maras’ sean una amenaza a la seguridad ciudadana” Informes divulgados en la prensa centroamericana dan cuenta que las “maras” han hecho públicas sus amenazas de muerte en contra de altas autoridades gubernamentales, específicamente contra los presidentes de Guatemala y Honduras, Oscar Berger y Ricardo Maduro, respectivamente Las amenazas se han encontrado en cuerpos de asesinados En días pasados el presidente del Congreso hondureño fue ametrallado, presuntamente, por “mareros” El presidente Flores no se cansa de repetir que las “maras” son agrupaciones criminales, traficantes de drogas y asesinos, pero Cruz estima que “realmente el problema de las pandillas no es igual al del crimen organizado, ni tienen capacidad de atentar contra las altas autoridades Más bien, como se les está reprimiendo y no se les da oportunidad y alternativa, lo que puede provocar en ellos una reacción violenta, que desahogarían con las autoridades locales, es decir, con el policía de a pié “Hasta el momento, siento que los gobiernos, en lugar de intentar dialogar y de entender a los “mareros”, los están empujando hacia la violencia Teniendo un enemigo común de alta visibilidad, es decir, las “maras”, las autoridades colocan en segundo lugar los problemas de la corrupción, de los escuadrones de la muerte, la ingobernabilidad…Temas que no le conviene al gobierno que el público vea”, argumenta Harris, quien ha denunciado constantemente las limpiezas sociales en Honduras y Guatemala, países en los que escuadrones de la muerte asesinan mensualmente a unos 50 presuntos pandilleros o presuntos delincuentes juveniles Mientras tanto, Cruz indica que -- a diferencia del crimen organizado y de la corrupción-- es fácil “esteriotipar” a las “maras” “Los pandilleros vienen de estratos bajos, son los grupos excluidos y marginados en la sociedad y se convierten en el ‘chivo expiatorio’ de la violencia” De acuerdo con los estudios que ha hecho Cruz, los homicidios que cometen las “maras” --por lo general, en pleitos o en rivalidades entre ellos mismos--, no alcanzan el 30 por ciento del total que se cometen en la región Por otra parte, contrasta que, siendo el tema de las “maras” un problema social tan extendido, la policía y el gobierno pusieron en los últimos años el énfasis del combate contra el secuestro y el robo de furgones de mercaderías que afectaban a menos del 1% de la población Por otra parte, Harris afirma que el tema de las “maras” se ha usado políticamente, sobre todo en El Salvador, dónde están próximas las elecciones presidenciales “Los políticos de ahora son los responsables de haber manejado un país durante los últimos 15 ó 20 años, donde ahora la mayoría de la juventud no tiene esperanza, no tiene acceso a la escuela y no tiene dónde capacitarse Entonces los empujamos salir de ‘mojados’ hacia Estados Unidos, para que después los políticos digan: Hay menos gente pobre en el país y, claro, porque todos los pobres están en camino a Estados Unidos” El experto agrega: “Hay indicios de que algunos grupos están afiliados informalmente entre los distintos países como El Salvador, Honduras, Guatemala y Estados Unidos, pero no creo que sea tan grave, que cuenten con una estructura identificable” Cruz recalca otro tema: la generación de sicarios “Creo que sí pueden ser utilizados los “mareros” como sicarios por ciertos grupos del crimen organizado y narcotraficantes Quizás no llega a los niveles de Colombia, pero se pueden ir generando Por eso insisto que este es un tema social y que debe resolverse también con medidas sociales” La preocupación por el tema de las “maras” ha llegado a organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidos para la Niñez y la Infancia (UNICEF) Su representante en El Salvador, Juan Carlos Espínola, aseveró recientemente: “Estamos convencidos, que este último (el problema de las pandillas) es el resultado de largos años de exclusión social y poca inversión en los sectores sociales y especialmente en la familia La historia y la experiencia nos ha dejado como lección que la mejor estrategia de prevención de la violencia es la inclusión social y la creación de oportunidades para adolescentes y jóvenes”

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