Argentina: La pista del Cártel de Juárez

martes, 9 de marzo de 2004 · 01:00
Buenos Aires -- María Marta García Belsunce sabía demasiado Tal es la principal hipótesis del fiscal Diego Molina Pico que vincula el crimen de esta mujer argentina con el Cártel de Juárez y con el lavado de millones de dólares pertenecientes al narcotráfico mexicano Dicha hipótesis cayó como una bomba en Argentina, país que hace un par de años fue sacudido por la presencia del antiguo capo del cártel, Amado Carrillo, quien buscó residir en el balneario de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, para llevar una vida “tranquila” y, desde allí, manejar sus negocios Su supuesta muerte, en manos de un cirujano plástico en México, hizo olvidar a los argentinos las huellas que dejó en el país sudamericano el enigmático “Señor de los Cielos” Pero el Cártel de Juárez volvió a aparecer de lleno en Argentina ante un asesinato que llenó planas enteras de la prensa local al involucrar a una de las familias porteñas más tradicionales de la alta sociedad El crimen “Siempre la veía en el bingo de Pilar (en el oeste bonaerense, donde ocurrió el crimen) Ella iba con una amiga a jugar (a la lotería) y muchas veces compartimos la misma mesa Yo no sabía quién era, pero la reconocía de tanto verla en el lugar Un día escuché que le dijo a su amiga que al marido (principal acusado del homicidio) no lo aguantaba más Desde esa vez, no la vi más Hasta que vi su foto en el diario y me quedé helada”, dice a Proceso una vecina de la zona que pide mantener el anonimato y que jamás pensó en presentarse ante la justicia para ofrecer testimonio en el caso “Ahí hay algo raro y mejor es no meterse”, señala la mujer, de origen humilde y empleada de limpieza en una casa de un barrio acomodado de Buenos Aires María Marta García Belsunce era a todas luces una mujer ejemplar: periodista y vicepresidente de Missing Children Argentina, una organización humanitaria que se dedica a buscar niños desaparecidos, ya sea fugados de sus casas, raptados o sustraídos ilegalmente por uno de sus progenitores Disfrutaba de una vida de lujos en el exclusivo “country” (barrio cerrado) Carmel de la localidad de Pilar, una rica zona del oeste del Gran Buenos Aires El domingo 27 de octubre del 2002 alguien la mató después de ir a misa, almorzar con amigos, jugar tenis y ver por televisión el clásico de fútbol Boca-River Ese día la mujer entró sola a su chalet y se dirigió a la planta alta, pero cuando se estaba desvistiendo para tomar una ducha escuchó ruidos y se puso unos pantalones cortos color crema En ese instante, dos hombres (uno de ellos el marido, según el fiscal) y una mujer subieron a la planta alta y comenzó una fuerte discusión Los “intrusos” la atacaron y ella golpeó con un atizador a uno de ellos, quien la tiro al suelo de un puñetazo en la cara Ahí mismo le pegaron un tiro, la arrastraron hasta el baño y, aun con vida, la remataron con cinco disparos en la cabeza Entonces, abrieron los grifos, le cambiaron el pantalón corto por uno largo deportivo y acomodaron el cadáver mitad adentro y mitad fuera de la bañera Su esposo, Carlos Carrascosa, está acusado del crimen Según la reconstrucción del fiscal, “sobornó” al médico Juan Gauvry Gordon, quién vino en una primera ambulancia, para que “corroborara” que todo había sido un accidente Mientras el médico certificaba el “accidente”, las empleadas y una masajista que había llegado minutos antes limpiaban la escena del crimen, especialmente los rastros de sangre En una escena digna de “El Padrino”, alguien –Carrascosa, según el fiscal-- “tapó” los orificios de bala en la cabeza de la víctima con pegamento Mientras Carrascosa lograba “frenar” la llegada de la policía con sus influencias, varios cómplices --todos familiares o allegados-- tiraban al inodoro una bala que había atravesado y salido del cráneo de la víctima La bala fue hallada después en el “pozo ciego” (cloaca) de la casa Pero un segundo médico llamado por el “country” que concurrió el día del crimen a la vivienda, Santiago Biasi, constató que María Marta tenía orificios de bala en la cabeza Según su declaración ante la justicia, sugirió que llamaran a la policía, pero Carrascosa lo atajó diciendo: “ya nos vamos a encargar” Además, Biasi le pidió al otro médico, Gauvry Gordon, que no firmara el certificado de defunción Biasi denunció en los últimos meses amenazas contra su vida, perdió su empleo y afirma que vive en “un infierno” desde el día del crimen María Marta fue enterrada finalmente un día después con un certificado de defunción con datos falsos Dos meses después, su hermanastro John Hurtig (quien después sería acusado de encubrimiento) denunció el caso ante la justicia La autopsia reveló el homicidio La noticia del crimen acaparó las primeras planas de todos los diarios durante varios meses e incluso mereció la portada de todas las revistas de actualidad en el primer aniversario del asesinato Desesperada, la familia apuntó el dedo acusador hacia un vecino del “country”, Nicolás Pachelo, con antecedentes policiales y quien se llevaba muy mal con los García Belsunce La madre del acusado se suicidó poco después, abrumada por las sospechas que recaían sobre su hijo Pero Pachelo no tenía nada que ver con el asesinato La investigación había sido desviada durante meses Después de más de un año de investigación, el fiscal Molina Pico entregó su informe a la justicia: para él, María Marta fue asesinada “por un sicario del Cártel de Juárez” con la colaboración de Carrascosa y otros miembros de la familia Según fuentes policiales citadas por el Diario Popular de Buenos Aires, los cinco balazos que mataron a la víctima, cerca de la oreja izquierda, “son una marca característica de los sicarios del cártel mexicano, utilizada cuando la víctima es alguien que puede traicionar o delatar a la organización” Según el fiscal, Ella siempre supo, o se enteró poco antes de su muerte, de los negocios turbios de la familia y amenazó con contarlos a la policía El diario incluso sostiene la teoría del “killer mexicano” que habría venido a Buenos Aires con la misión precisa de asesinarla Actualmente son ocho los implicados en el crimen, todos familiares o allegados de la víctima El principal, su esposo, Carlos Carrascosa, en una lista que incluye “por encubrimiento” a su hermano, Horacio García Belsunce; su cuñado Guillermo Bártoli; su amiga, Nora Burgués de Taylor; su vecino, Sergio Binello; el médico Ramón Gauvry Gordon; su hermanastro John Hurtig; su padrastro Constantino Hurtig y hasta la masajista Beatriz Michelini Carrascosa es defendido por el abogado Licino Scelzi, el mismo que intentó en vano evitar la extradición a España del exrepresor Ricardo Miguel Cavallo El nexo El Cártel de Juárez pisó fuerte en la Argentina en los años 90 en plena era del “menemismo” Fuentes de inteligencia vincularon entonces al poderoso clan de la droga mexicana con contactos políticos, económicos y judiciales que le permitieron una amplia inserción en el país Las denuncias involucraron al Cártel como “financista” de la campaña electoral del cantante y excandidato a vicepresidente por el peronismo Ramón “Palito” Ortega, quien compartió la fórmula con el expresidente Eduardo Duhalde La pareja fue derrotada en 1999 por Fernando de la Rúa, pero Duhalde finalmente asumiría el poder en medio del caos que derivó de la crisis económica de diciembre de 2001 El aporte a la campaña, según las denuncias, rondó el millón de dólares y se hizo a través de Aldo Ducler, director de la financiera Mercado Abierto y del MA Bank de las Islas Cayman Ducler fue ministro de Hacienda de la dictadura, colaborador del menemismo y asesor de Ortega ¿Pero cómo hizo el fiscal Molina Pico para relacionar el crimen de María Marta con el Cártel de Juárez? La respuesta está en un archivo hallado en la computadora personal de la víctima El archivo se llama “Bicho” y contiene una carta dirigida a Vicente “Bicho” Fernández Ocampo, de la firma financiera Exprinter En la misiva, Carrascosa y su esposa piden transferir el saldo de su cuenta al Banco Northern Trust International Bank de Nueva York La carta está fechada en diciembre del 2001, en plena vigencia del famoso “corralito” (de hecho una confiscación bancaria) que prohibía este tipo de transacciones Las sospechas apuntan que era dinero del narcotráfico que reclamaba el envío de sus fondos sin importar la prohibición oficial vigente Según el fiscal, Exprinter se relacionaba con el Banco General de Negocios, que estuvo asociado con Carrascosa y su esposa y donde trabajó el hermano de “Bicho” Fernández Ocampo Esta entidad bancaria propiedad de los procesados José (detenido) y Carlos Rohm (prófugo) es investigada por “lavado de dinero” en dos diferentes causas, una de las cuales por el blanqueo en el país de 25 millones de dólares del Cártel de Juárez El fiscal sospecha que el dinero lavado rondaría en total los 18 millones de dólares, aunque la entidad también es investigada por la salida ilegal del país de millones de dólares en pleno “corralito” Los hermanos Rohm eran hombres muy cercanos a Carlos Menem e incluso muy influyentes en Washington con vinculaciones con el expresidente George Bush padre y con el actual mandatario uruguayo Jorge Batlle Incluso la prensa menciona una cena en la que los hermanos Rohm reunieron a Menem, Bush y Battle con el entonces presidente electo De la Rúa en 1999 Una de las dos causas sobre los Rohm, investigada por el juez Rodolfo Canicoba Corral, corroboró que Amado Carrillo Fuentes vivió en Mar del Plata entre 1996 y 1997 “El Señor de los Cielos” vivió en una estancia adquirida a Roberto Bordeau, antes de viajar a México para someterse a una cirugía plástica que le causó la muerte El cártel, según la investigación, lavó dinero a través del MA Bank y el Banco General de Negocios El cártel compró con ese dinero numerosas propiedades y empresas en Argentina a través del agente inmobiliario Nicolás Di Tulio, que habría ayudado a “lavar” unos 17 millones de dólares, aunque otras fuentes mencionan 100 millones En estas operaciones está implicada como “testaferro” (aunque no condenada) Laura Elena Burgués, hermana de Nora Burgués de Taylor, curiosamente una de las acusadas por encubrimiento en el crimen de María Marta Di Tulio era el mayor “testaferro” del grupo y recibía el dinero del cártel, aunque se presume que el verdadero “dueño” de las cuentas bancarias era un representante mexicano de Carrillo El fiscal, además, dijo que el esposo de la Taylor estaba relacionado con el Banco General de Negocios y que otro de los imputados en el homicidio, Guillermo Bártoli, realizaba giros bancarios que, presume, estaban ligados al cártel mexicano de la droga “María Marta García Belsunce formaba parte o, en su caso, estaba muy anoticiada de la actividad mafiosa, de su acción, de sus movimientos ilegítimos de dinero ilegal”, escribió el fiscal Según las sospechas, Carrascosa incluso habría presionado a su esposa para involucrar a la entidad humanitaria Missing Children, de la que era vicepresidenta, en las transacciones mafiosas, a lo que su mujer se habría negado tajantemente “El interés económico del conocimiento de secretos por lo que pudo ser sancionada (asesinada) María Marta eran suficientemente poderosos para mover sumas ingentes de dinero para comprar conciencias, testigos, abogados, funcionarios y todo el abanico de posibilidades que el dinero del narcotráfico y el lavado del Cártel de Juárez puede conseguir”, agregó Molina Pico Pero los defensores de los imputados rechazan las acusaciones y tildan de “fantasioso” el informe “Esto es un verdadero disparate”, dijo el abogado Alejandro Novak, defensor de Guillermo Bártoli “Molina Pico es un fabulador, un fantasioso”, sostuvo El fiscal puso oídos sordos y citó al emperador romano Julio César para culminar su acusación formal: “Con humildad, puedo concluir diciendo que, con la eficaz colaboración del personal a mi cargo, investigué, descubrí, acusé” Ahora, espera que el juez de la causa, Diego Barroetaveña, eleve el caso a juicio oral La sociedad argentina, en tanto, sigue con interés cada capítulo de la novela de los García Belsunce, una historia de lujos, intrigas, traición, violencia y narcotráfico

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