La osadía de México en Ginebra

sábado, 10 de abril de 2004 · 01:00
Ginebra —México pretende una osadía diplomática: por tercera vez presentó en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Naciones Unidas, que sesiona en Ginebra, un proyecto de resolución para impedir que en la lucha contra el terrorismo se violen los derechos humanos Más: pretende que dicha resolución sea adoptada sin votación El borrador del texto se presentó la semana pasada a las delegaciones de los 53 Estados que componen la CDH y a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) La delegación mexicana espera que el próximo miércoles 21 de marzo dicha resolución sea aprobada por “consenso”, de lo contrario sería sometida a votación En lo esencial, el documento plantea la nominación de un experto independiente Tendría la función de auxiliar al Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, con el objeto que la lucha antiterrorista no se implemente en detrimento de los derechos humanos, ya sea analizando las carencias del sistema de protección de los derechos humanos de Naciones Unidas, actualmente vigente, o mediante la formulación de recomendaciones especificas a los gobiernos Sobre esa base, la delegación mexicana espera que el año próximo las condiciones estarán suficientemente maduras para que la ONU de un paso más y se dote de un Relator Especial de la Comisión que podrá actuar como verdadera autoridad en la materia La primera tentativa mexicana para que la ONU asumiera responsabilidades en el monitoreo de la lucha antiterrorista, fue en el 2002, pero fracasó Argelia quebró la armonía de la idea, sugiriendo una enmienda Quiso introducir la "grave preocupación por las violaciones manifiestas de los derechos humanos por grupos terroristas", desviando el eje de la propuesta No se trataba de las violaciones de los derechos humanos que cometen los terroristas, sino de la prevención que imponen las obligaciones contraídas por la comunidad internacional en múltiples instrumentos que resguardan a las poblaciones civiles, prisioneros, heridos, emigrantes, defensores de derechos humanos y refugiados, las cuales eran desbordadas por el tenor que iba adquiriendo la lucha antiterrorista, además insuficientes para supervisarla Al desvirtuarse el hilo conductor, México retiró su proyecto de resolución Sin embargo volvió a replantear el proyecto una segunda vez en el 2003, reuniendo el apoyo sin fisuras de la Comisión Insistió en el criterio esbozado el año anterior de requerir al Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos –en ese entonces Sergio Vieira de Mello, quien había reemplazado a Mary Robinson-- que apreciara "los efectos de las medidas, leyes y practicas antiterroristas" Pedía además que el Alto Comisionado elaborase un informe que contemple la evolución de la situación a lo largo del año, "tomando en consideración la información fidedigna de todas las fuentes" En ese marco, México agregó que el Alto Comisionado debía proporcionar "ayuda y asesoramiento" a los gobiernos que lo solicitaran y "a los órganos pertinentes de Naciones Unidas" La petición se adoptó sin votación el 25 de abril de 2003 Significó un evento diplomático que pasó casi desapercibido Fue copatrocinado por la casi totalidad de los 11 países latinoamericanos de los 53 que constituyen la Comisión, y, entre otros, por Estados Unidos, Gran Bretaña, Polonia y Portugal, que pocos días antes se habían embarcado en la aventura militar en Irak, a la que México se había opuesto en el Consejo de Seguridad de la ONU En la presente y tercera versión, la ambición es todavía mayor Se reafirma que reforzar la vigencia de los derechos humanos no debilita la lucha antiterrorista, sino que la fortalece y legitima Recuerda que los derechos humanos no son negociables, siendo indivisibles, complementarios, inderogables e interdependientes Señala que no porque se respeten unos se pueden transgredir los otros Toma nota de las recientes conclusiones preliminares del Alto Comisionado, admitiendo que hay lagunas en la estructura jurídica de Naciones Unidas para encuadrar debidamente la lucha antiterrorista en el contexto de la observancia de los derechos humanos La resolución que ahora plantea México demanda nombrar a un experto independiente con una doble función Por un lado, apoyar al Alto Comisionado para elaborar ese informe; y por el otro, formular recomendaciones a los Estados, de manera que las medidas antiterroristas que se tomen no se contradigan con los compromisos establecidos en tratados y convenciones de la ONU Para la mayoría de las ONG, lo que México deja para el 2005, es decir un Relator Especial, autónomo y con mandato independiente, debería realizarse ahora Es el punto de vista de Loubna Freih, directora de Human Rigths Watch Según ella, hay que desligar del problema al Alto Comisionado, el guyanes Bertrand Ramcharam La sobrecarga de trabajo que soporta no constituye la optima condición para abordar la espinosa cuestión del terrorismo y los derechos humanos No obstante, Federico Andreu, coordinador de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) asume una posición más flexible Estima que si bien el propósito final permanece inamovible y que hace falta un Relator, "muchos Estados no están convencidos que hay vacíos en la legislación de la ONU y entonces la evaluación que reclama México va a venir muy bien para terminar de demostrar que los órganos de los Tratados y Convenciones de la ONU no cubren todo el espectro, y por tanto es imprescindible un nuevo mecanismo que lo remedie, que es el Relator Especial, aunque para lograrlo necesitamos un año más" ¿Cuáles son los Estados reticentes? Fuentes diplomáticas coinciden en señalar a India, país que anteriormente entorpeció el consenso de un proyecto similar a México en la Asamblea General de la ONU También citan a Estados Unidos, China, Marruecos y Argelia Argumentan que la ONU dispone de muchos mecanismos y que añadir otro no contribuiría a solventar la lucha antiterrorista en el desorden mundial actual La replica mexicana sostiene que si se supone que hay mecanismos obsoletos, eso no justifica dejar de crear uno nuevo que se considera necesario ¿Como convencer a los gobiernos de los 53 integrantes de la Comisión, y a los de los demás gobiernos de los 192 que conforman la ONU, que asisten a las deliberaciones como observadores, para que de aquí al 21 de abril abandonen sus dudas y se sumen al consenso? Es una de las tareas del flamante embajador de México ante los organismos de la ONU en Ginebra, Luis Alfonso de Alba En entrevista, Alfonso de Alba afirma no querer "amarrar las manos ni limitar a ningún gobierno Queremos que al luchar contra el terrorismo respeten los compromisos fundamentales Reivindicamos valores democráticos para que el combate contra el terror sea eficaz, dentro de la ley, no mine la autoridad de las instituciones y no se lleve a cabo con métodos autoritarios" El discurso del embajador de Alba pretende que "no hay animo de politizar ni de polarizar" y anticipa que toda América Latina está detrás de México en esta iniciativa Los otros 10 países de la región han anticipado el apoyo, empezando por Argentina, vocero del grupo en esta Comisión, hasta Cuba, pasando por Brasil, Chile, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú y República Dominicana

Comentarios