Argentina: el fenómeno Blumberg
Buenos Aires (apro) - El argentino Juan Carlos Blumberg es un hombre dispuesto a todo y sin nada qué perder A los 58 años, este ingeniero textil descendiente de alemanes viene de enterrar a su único hijo, Axel, de 22 años, asesinado a sangre fría por un grupo de secuestradores al que estaba a un paso de pagarle el rescate exigido para su liberación
Casi dos meses después, Blumberg todavía llora su pérdida, a veces en forma desconsolada y públicamente, mientras lidera una cruzada nacional contra la inseguridad en Argentina que ha llegado a los cimientos mismos del poder Y con un respaldo que haría poner rojo de envidia a cualquier político: más de 45 millones de firmas de apoyo a su “Cruzada Axel”
“Esta es una cruzada por la vida de nuestros hijos”, dice Blumberg en una entrevista con Apro
Su vida cambió definitivamente el 24 de marzo pasado, una fecha oscura para todos los argentinos, ya que ese mismo día, pero de 1976, tres militares se arrogaron el poder absoluto del país y reinaron sobre la vida y la muerte de millones de argentinos durante los siguientes siete años Tal como hicieron los secuestradotes de Axel Blumberg, que lo remataron con un balazo en la cabeza después de una breve, pero violenta percusión policial del automóvil en el que viajaban junto a la víctima en la periferia oeste de Buenos Aires
El asesinato de Axel se perpetró en represalia por la persecución policial, pese a que su propio padre le había exigido a la policía mantenerse al margen del caso Según se supo después, los secuestradores estaban a un paso de cobrar el rescate y liberar al joven cuando se vieron cercados
Un fenómeno social
El rostro de Blumberg, un hombre canoso con aspecto “bonachón”, aparece hoy en todos lados En televisión, en diarios y en portadas de revistas políticas y de actualidad Se le ve con los ojos brillosos, o directamente en llanto, cuando afronta improvisados discursos con sus mejores ropas de “antihéroe”
El 2 de abril, unas 200 mil personas, en su mayoría de clase media, acataron su desesperado llamado a movilizarse frente al Congreso Nacional para exigir seguridad en un país que, durante décadas, se acostumbró a vivir en una isla de paz mientras la región se hundía en la violencia Años de recesión y de exclusión social llevaron a Argentina de los sueños del “primer mundo” a la desesperación de una pobreza extrema jamás vista en una sociedad de enraizadas costumbres europeas, en especial en las grandes ciudades
Con la pauperización social llegó el fantasma de la delincuencia, que hoy aterroriza a la población, con una ola de secuestros en alza, aunque con índices de violencia aun sensiblemente menores a los de otros países de la región, incluido México
La masiva movilización fue un cimbronazo para el gobierno de Néstor Kirchner, que reaccionó de inmediato y conminó a su ministro de Justicia, Gustavo Béliz, a preparar de urgencia un paquete de medidas para “calmar” los caldeados ánimos
Después de 18 días, el 19 de abril, Béliz convocó a la prensa para anunciar su nuevo plan de seguridad que incluyó la aprobación legislativa, de urgencia, de una serie de reformas al Código Penal para endurecer las penas contra los delincuentes, en medio de un fuerte debate político y críticas de la oposición por el “apresuramiento” oficial
Pero Blumberg no se dio por satisfecho y siguió su cruzada Tres días después, el 22 de abril, volvió a convocar a una multitud frente al Palacio de Tribunales, algo que ningún político puede darse el lujo en la Argentina de hoy, cuya sociedad mira con desconfianza a todos sus representantes, más allá de la popularidad de su presidente
“Desde el punto de vista político, Blumberg es la expresión más acabada y reciente de la crisis política e institucional que atraviesa el país El desprestigio del conjunto del entramado institucional, sumado a la crisis de representación, ha producido, en algunos casos, y ampliado, en otros, la emergencia de movimientos de protesta ciudadana que expresan sus reclamos de manera espontánea e independiente de cualquier estructura de intermediación”, dice a Apro la analista Graciela Romer, directora de la consultora Graciela Romer y Asociados, una de las más importantes del país
Pero Blumberg no quiere hablar de política, sólo de su “cruzada” Se mueve de un lado a otro, viaja por todo el país, incluso a Estados Unidos para estudiar el sistema de juicios por jurados, mientras se reúne con sus seguidores en agotadoras jornadas Apro intentó entrevistarlo durante diez días y sólo lo consiguió después de varios intentos: “Discúlpeme, pero se me había olvidado Es que estoy de aquí para allá”, fue la última respuesta ante de otorgar una rápida entrevista
--¿Cuál es el objetivo de su lucha? --le preguntó Apro
--Nuestro objetivo es profundizar esta cruzada por la vida de nuestros hijos, por seguridad, educación y salud Vamos a fundar una ONG y vamos a ayudar a otras victimas de la violencia
--¿Y cómo se está organizando ese movimiento?
--Tenemos mucha gente que se ofrece a participar Tenemos 4 millones 553 mil firmas de gente que está apoyando esta causa Queremos canalizar este clamor Queremos hacer un control ciudadano de las promesas del gobierno nacional y provinciales, y formular propuestas contra la inseguridad
--¿Cómo cuáles?
--Hemos hecho muchísimas propuestas, como juicios por jurados, control de armas, interacción de todos los juzgados del país a través de sistemas computarizados, justicia tributaria Hemos conseguido ya muchas cosas Están reformando las distintas policías, creando nuevas cárceles, se aumentaron las penas Esto se da despacio Ahora tenemos que seguir adelante
Pero algunos de estos puntos, especialmente el endurecimiento de penas a delincuentes, fueron recibidos con desconfianza por algunos sectores, en especial en la izquierda
Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, dijo que “la derecha fascista alentó la marcha (de Blumberg) excitada por la posibilidad de atacar al gobierno y lograr simpatía popular” Según Bonafini, los asistentes a las movilizaciones de la llamada “Cruzada Axel” son “los conservadores que cebaron a la policía de la mano dura”
Blumberg prefiere no entrar en confrontaciones “Ella tendrá sus ideas, y la respeto Pero nosotros tenemos 45 millones de firmas que nos están apoyando Ella tiene su lucha, pero sus expresiones están fuera de lugar”, dice a Apro
Para Graciela Romer, “el tema de la seguridad inquieta siempre a la izquierda, tanto en Argentina como en otras partes del mundo La tensión entre la necesidad de respuestas efectivas para solucionar las demandas de la opinión pública ante el problema de la criminalidad y la violencia (muchas veces asociadas a demandas de aumento de las penas o mano dura) y la visión más estructural () que asume la izquierda, enfrentan a este sector con el dilema de responder a la presión social o a sus principios”
Los “piqueteros” (desocupados organizados) también quisieron tomar su tajada del efecto Blumberg y concurrieron a su segunda convocatoria frente a Tribunales
“Había mucha gente que no quería ir por los piqueteros Ellos hacen manifestaciones (cortes de rutas y de tránsito en lugares estratégicos de Buenos Aires y el interior del país) que no son muy adecuadas Intimidan a la gente Les pedí que se atuvieran a marchar sin pancartas ni capuchas (como suelen hacer los activistas más violentos)”, cuenta Blumberg
Para Romer, “sin duda Blumberg representa hoy un modelo de ciudadano responsable, comprometido, sincero y honesto Estos atributos son los que la población reclama en cualquier candidato político Sin embargo, ello no alcanza para construir liderazgo, más allá de que a algún partido probablemente se le ocurra convocarlo Habría que ver en el futuro inmediato cómo se comporta la oferta electoral y qué rumbo político decide --si es que decide alguno-- tomar Blumberg Su discurso es un discurso antipolítico Y la gente, más allá de su critica a los partidos políticos, está convencida de que sin partidos es difícil gobernar, sobre todo en épocas de crisis”, afirma
Pero Blumberg es terminante:
“No --concluye su entrevista con Apro--, no tengo ninguna aspiración política”