Las maras: Redes y amenazas trasnacionales

lunes, 28 de febrero de 2005 · 01:00
México, D F(apro)- Un fenómeno que obedece a la violencia, la exclusión social, la necesidad de una identidad común, y al mismo tiempo un problema de seguridad, un desafío a las leyes migratorias y, últimamente, un reglón más en la lista de amenazas terroristas identificadas por la administración Bush: las maras, como se les conoce en la literatura especializada y en los medios de información Se trata de pandillas de jóvenes que, a partir de los años 80 y 90, empezaron a organizarse y a crear verdaderas redes trasnacionales entre Estados Unidos y varios países de América Latina, generando, a su vez, la necesidad de estructurar medidas de combate y prevención a nivel nacional e internacional Las maras han suscitado por igual el interés de los medios, la sociedad civil y los gobernantes Para muestra baste un botón Tan sólo en esta semana se realizaron dos conferencias de gran relevancia que abordaron el mismo tema, aunque desde distintas perspectivas Se trata, por un lado, de la conferencia organizada por la ONG Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés) y, por el otro, de la Primera Conferencia Internacional del Combate a las Pandillas celebrada en El Salvador el pasado lunes La primera tenía como objetivo reunir a activistas, expertos y miembros de organismos internacionales con el fin de conocer las iniciativas e investigaciones centroamericanas para la prevención y solución de la violencia juvenil en las maras La segunda, organizada por el propio gobierno salvadoreño, reunió a representantes de instituciones policiales de Centroamérica y Estados Unidos con el objetivo de compartir estrategias de combate a las maras, desde la visión de la seguridad nacional y regional La razón de este creciente interés obedece tanto al temor que generan los actos de violencia de estas pandillas trasnacionales como a las más recientes sospechas de que pudieran estar vinculadas con Al-Qaeda y el terrorismo internacional Las maras requieren, para algunos, soluciones y respuestas sociales; para otros, medidas y políticas de combate De pandilleros locales a mareros trasnacionales El carácter trasnacional de estas pandillas tiene sus orígenes en los últimos años de la década del 80 y principios de los 90, cuando Estados Unidos empieza a aplicar una política migratoria de deportación a sus países de origen a los criminales convictos con nacionalidad extranjera Es en estos años que los miembros de las conocidas Mara Salvatrucha (MS) y la Mara Dieciocho (M-18), que actuaban principalmente en Washington y Los Ángeles, empiezan a activar nuevas “clicas” o células en El Salvador, Guatemala y Honduras, principalmente Al lado de estos jóvenes mareros que tenían ya amplia experiencia en organizarse y actuar en los barrios gracias a su actividad previa en las gangs de latinos en Estados Unidos, empiezan a actuar pandilleros locales y jóvenes desempleados, en un escenario de posguerra en el que, después de haber estado en las filas de las guerrillas o de los ejércitos centroamericanos, se encuentran sin ningún oficio y sin oportunidades de reinserción social Para principios de los años 90, en Guatemala estaban operando más de 25 mil jóvenes y en El Salvador unos 20 mil Hacia finales de la misma década ya había más de 35 mil en El Salvador y aproximadamente 60 mil en Honduras Actualmente se calcula que el número de maras rebasa los 200 mil En poco tiempo, lo que empezó como un problema ubicado en algunos barrios de unas cuantas ciudades estadunidenses, se expandió a prácticamente toda la región centroamericana, incluso a varios países latinoamericanos En nuestro país, por ejemplo, el fenómeno de las maras forma parte del mismo ciclo migratorio que empezó en Estados Unidos Se trata de los mareros que, después de haber formado nuevas redes de pandillas en sus países, quieren regresar a Estados Unidos y se han asentado, sobre todo, en la frontera sur de México Actualmente se calcula que la Mara Salvatrucha y la Mara Dieciocho tienen presencia en 21 estados de nuestro país, incluyendo Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Baja California, Veracruz y Tamaulipas La transnacionalización de las maras, sin embargo, ha sido también una estrategia efectiva para hacer más eficientes las operaciones delincuenciales que realizan Por ejemplo, aumentar el control territorial les permite traficar libremente con mexicanos y centroamericanos que pretenden llegar a Estados Unidos, además de que facilita sus actividades vinculadas al narcotráfico Exclusión social y seguridad internacional Es un hecho que el fenómeno de las maras está vinculado con la marginación social y con las condiciones de pobreza de los países en los que operan Sin embargo, debido a la naturaleza violenta de estas pandillas y a los actos delictivos que realizan, los gobiernos han concentrado sus esfuerzos en el combate policial antes que en las medidas de prevención social y de desarrollo A partir del 11 de septiembre y de la consecuente securitización de las agendas, esta tendencia se ha reforzado aún más Justamente, en la reunión celebrada en El Salvador, el mandatario salvadoreño no descartó que las maras que operan en su país estén vinculadas con el terrorismo internacional y reafirmó así, la política de “Súper Mano Dura” impulsada por su gobierno El hecho de que agentes del Buró Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos estén interesados en conocer las medidas aplicadas por El Salvador expresa muy bien el beneplácito del gobierno estadunidense hacia medidas más duras y represivas frente a los mareros No obstante, las formas de abordar esta problemática varían de país en país y de barrio en barrio Mientras El Salvador ha optado por aplicar este plan de cero tolerancia, que ha demostrado su efectividad para llenar las cárceles de jóvenes mareros, pero su poca efectividad para evitar que sigan ingresando más niños y jóvenes a la M-18 y a la Mara Salvatrucha; en Honduras, la Procuraduría General de Derechos Humanos implementó un plan que ofrecía a los pandilleros la posibilidad de reincorporarse a la sociedad por medio de programas laborales y educativos Los estudios han demostrado que los integrantes de las maras son cada vez más jóvenes (de 11 a 15 años en promedio) y que incluso ha aumentado el número de mujeres entre sus filas Esta amenaza trasnacional requiere ser combatida no sólo a través de esfuerzos que reaccionen a la criminalidad e inseguridad que genera, sino a través de programas que reconozcan la dimensión social del problema Es decir, es necesaria una visión integral que combine ambos enfoques El fenómeno de las maras tiene que ver con jóvenes que se sienten excluidos de la sociedad y que buscan venganza por ello, pero también con verdaderos delincuentes trasnacionales que saben cómo actuar a través de las redes criminales México se ha convertido en un país de tránsito y acción de los mareros Somos justamente el puente entre las células que operan desde hace años en Estados Unidos y las que están bien establecidas en Centroamérica De ahí que además de tomar medidas a nivel nacional, nuestro país deba participar más activamente en estos foros que se están abriendo para discutir medidas de prevención y políticas de combate Para ello, se debe contar con la participación de los distintos sectores de la sociedad que están involucrados en el problema, desde expandilleros, psicólogos y trabajadores sociales, hasta policías judiciales y militares

Comentarios